Azc¨¢rate-Sempr¨²n
Manuel Azc¨¢rate en su Tribuna libre del 4 de enero, que he le¨ªdo con considerable retraso, acepta un estalinismo remoto en el PCE, pero no en la ¨¦poca en la que F. Claud¨ªn y J. Sempr¨²n fueron expulsados del partido. Es m¨¢s, afirma que la decisi¨®n tomada ?reflej¨® la opini¨®n de la aplastante mayor¨ªa de los comunistas?. Veamos: en aquella ¨¦poca yo era responsable del llamado ?sector mixto?, que agrupaba obreros y empleados a los que hab¨ªan dado el ingreso en el partido los estudiantes. Pues bien, yo s¨®lo tuve noticias por v¨ªas extraoficiales y con mucho retraso sobre la pol¨¦mica que se desarrollaba en el comit¨¦ central. Mi enlace org¨¢nico con el PCE nunca me inform¨® de nada: y cuando le interrogu¨¦ al respecto, comprob¨¦ que ni siquiera hab¨ªa o¨ªdo las socorridas campa?as. En cuanto al n¨²mero de la revista Nuestra Bandera (el de enero de 1965), al que alude Azc¨¢rate como ?algo quiz¨¢ sin precedentes?, es notorio que cuando se distribuy¨® en el interior, Claud¨ªn y Sempr¨²n estaban expulsados, no ya de los ¨®rganos dirigentes, sino del propio PCE. Una consulta, pues, ?sin precedentes? no s¨®lo en el movimiento estalinista, sino en el orden l¨®gico.Por lo dem¨¢s, resulta curioso que nadie conteste a la Tribuna de Azc¨¢rate, cuando hay tanta gente que sabe, por ejemplo, que, efectivamente, hubo ?un momento en que, pr¨¢cticamente, toda la organizaci¨®n de la Universidad de Madrid se distanci¨® del partido?, pero tambi¨¦n sabe que es mentira que ?fue a trav¨¦s de una discusi¨®n concreta de las posiciones respectivas, de los textos, como se reincorpor¨®?. Cuando yo, a ra¨ªz de la dura discusi¨®n de Arr¨¢s del verano del 63, dej¨¦ de ser responsable de la revista clandestina Argumentos, que editaba la organizaci¨®n comunista de la Universidad de Madrid, ¨¦sta contaba con cerca de trescientos militantes. Y cuando la direcci¨®n expuls¨® del partido al comit¨¦ universitario y nombr¨® nuevo responsable, la organizaci¨®n, fiel a Carrillo, se qued¨® con treinta (admito un error de diez por arriba o por abajo; no m¨¢s, porque no escribo, como pretende hacerlo Azc¨¢rate, a ?vuelapluma?: me he tomado la molestia de preguntar a varios protagonistas de los hechos).
Los improperios de Sempr¨²n han tenido, pese a todo, su utilidad.
Han servido para constatar que en el PCE ni los dirigentes ni los m¨¦todos han variado tanto como algunos creen o desean creer. Lo que si ha variado es la l¨ªnea pol¨ªtica, aunque no siempre para bien.
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