La polic¨ªa y los gobernadores civiles

Indudablemente, el tema de la polic¨ªa y su reforma ha prendido en el inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica como prueba la frecuencia con que es abordado por los medios de informaci¨®n de las m¨¢s dispares tendencias.Sin embargo, hay algo vital que quisiera referir: el mando de la polic¨ªa. El proyecto de reforma lo encomienda a los gobernadores civiles de quienes depende. Esta instituci¨®n de tan inapreciables servicios al franquismo, que se conserva en toda su pureza tanto en personas como en atribuciones y que hace de sus representantes verdaderos s¨¢trapas de nuestras provincias, son los Harriados por la ley a dirigir, en definitiva, ?la credibilidad? de la polic¨ªa. Si la ponderaci¨®n de nuestros diputados no nos salva, malamente podremos conocer ?una organizaci¨®n policial... que rinda id¨¦nticos servicios a la sociedad bajo gobiernos de izquierda o de derecha?. Razones:

1. Poner el mando en manos de un pol¨ªtico, es continuar la polic¨ªa siendo lo que hasta ahora: un medio poderos¨ªsimo utilizado muchas veces al servicio de intereses sin el m¨¢s m¨ªnimo sentido policial o de importancia muy relativa.

2. Es entregar a un partido -el del poder- ni m¨¢s ni menos que uno de los medios m¨¢s cualificados de informaci¨®n del Estado que, con la justificaci¨®n de servir a ¨¦ste, aprovecha en beneficio propio, lo que es realmente grave. Entre otras cosas, porque si entre los grandes dicen: para cuando me toque a m¨ª, qu¨¦ hacemos con las minor¨ªas, con los indeperidientes... que nunca se ver¨¢n en el poder.

3. Los gobernadores civiles, al ser personal extra?o a la polic¨ªa, dif¨ªcilmente se sienten identificados con ella.