Elecciones y burocracia
Secretario general de la Confederaci¨®n de Trabajadores Sindicalistas (CTS)Despu¨¦s de cuarenta a?os de represi¨®n del movimiento obrero, los trabajadores espa?oles se encuentran, enfrentados a la necesidad de reconstruir la unidad sindical, logro imprescindible para poder luchar con eficacia contra las estructuras olig¨¢rquicas que nos oprimen. La Confederaci¨®n de Trabajadores Sindicalistas asume, como objetivo a lograr en el m¨¢s corto plazo posible, esta unidad, contra la que s¨®lo pueden situarse aquellas organizaciones objetivamente contrarias a los intereses de la clase trabajadora. Este objetivo condiciona, consecuentemente, la posici¨®n de CTS en relaci¨®n con las elecciones sindicales, reglamentadas por el Gobierno, derechista de UCD al margen de los propios trabajadores. La CTS considera que el ?real decreto ley sobre elecciones de representantes en el seno de las empresas? obstaculiza el camino hacia la unidad sindical, al propiciar el sectarismo en el seno de los centros de trabajo e ir en contra de la asamblea como ¨®rgano soberano de decisi¨®n. Nuestra acci¨®n sindical se basa en el desarrollo y consolidaci¨®n del movimienio asambleario, por lo que estimamos que s¨®lo los representantes elegidos por la asamblea y revocables por ¨¦sta en cada momento, ser¨ªan representativos. A las centrales sindicales s¨®lo corresponder¨ªa, siempre dentro de nuestros planteamientos, una funci¨®n de cooperaci¨®n y asesoramiento respecto a la asamblea, pero nunca de decisi¨®n. Para la CTS todos los trabajadores, sindicados o no, poseen los mismos derechos, por lo que rechazamos todo intento discriminatorio, como los que se dan en las presentes elecciones, entre unos y otros, facilit¨¢ndose en definitiva el monopolio de la acci¨®n sindical por parte de ciertas centrales sindicales, m¨¢s interesadas en establecer una nueva burocracia no muy alejada de aquella que padecimos, en tiempo no muy lejanos, por decreto.
Todas estas consideraciones determinan que la Confederaci¨®n de Trabajadores Sindicalistas propugne la abstenci¨®n activa, ya que estamos seguros que la implantaci¨®n de la nueva burocracia sindical a la que nos hemos referido, s¨®lo puede conducir a la marginaci¨®n de los protagonistas de la lucha, los trabajadores, en beneficio de los intereses partidistas que representan las tendencias hegem¨®nicas. Es m¨¢s que previsible, dada la situaci¨®n, que el presente proceso electoral nada solucione produci¨¦ndose, los s¨ªntomas son bien detectables, lo que podr¨ªamos llamar la rebeli¨®n obrera asamblearia. Se habr¨¢ iniciado entonces la andadura hacia el logro de la unidad. La CTS cooperar¨¢ decididamente en este prop¨®sito, fomentando una conciencia solidaria y cr¨ªtica en la clase trabajadora que le permita por s¨ª misma construir el futuro sin hipotecas.
Adem¨¢s, la Confederaci¨®n de Trabajadores Sindicalistas -que se define como un sindicato de clase, lucha, reivindicativo y revolucionario- sostiene como imprescindible el oponerse a todo planteamiento reformista y complaciente, en definitiva, con el sistema capitalista, cuyo derrocamiento es prioritario para la implantaci¨®n de, una nueva sociedad -que nosotros concretamos en la Rep¨²blica Sindical de Trabajadores- en la que desaparezca la tradicional divisi¨®n entre dirigentes y dirigidos, atribuy¨¦ndose a los trabajadores la propiedad y a la gesti¨®n de los medios de producci¨®n, y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, la direcci¨®n y planificaci¨®n de la econom¨ªa nacional, complet¨¢ndose con un sistema de democracia natural y directa en que las decisiones se toman a todos los niveles. Un sistema con una sola clase: la de los trabajadores. No ser¨¢ posible la definitiva emancipaci¨®n de la clase trabajadora mientras no se produzca la revoluci¨®n libertadora. La CTS -que no es, ni lo pretende, una central de masas, sino que se pone al servicio de la totalidad de los trabajadores espa?oles- luchar¨¢ , de acuerdo con su car¨¢cter revolucionario, para que sean los trabajadores los que consigan su propia liberaci¨®n. Entonces, la CTS -que le gustar¨ªa no convertirse en una central hist¨®rica- desaparecer¨¢. Pero enti¨¦ndase bien que no pretendemos erigirnos en una vanguardia redentora m¨¢s; ese papel ?corresponde? a otros. Nosotros rechazamos las vanguardias y dirigismos de todo tipo. Tampoco, como otros, queremos ocultar nuestro verdadero car¨¢cter. La Confederaci¨®n de Trabajadores Sindicalistas representa el aut¨¦ntico revolucionario nacional-sindicalismo, y ello a pesar de que somos conscientes de las connotaciones represivas del t¨¦rmino, gracias a la falsificaci¨®n que de nuestras doctrinas realizara el dictador.
Nuestros principios ideol¨®gicos, la lucha por el radical derrocamiento del sistema capitalista (ya sea privado o de Estado), determinan tambi¨¦n, en ¨²ltimo t¨¦rmino, nuestra postura ante las elecciones sindicales. Participar hubiera sido, simplemente, hacernos c¨®mplices de las maniobras olig¨¢rquicas que pretenden, mediante el establecimiento de la nueva burocracia sindical, el encontrar lo que ellos llaman ?interlocutores v¨¢lidos? (denominaci¨®n de reconocidas resonancias franquistas) aptos para que el sistema capitalista, conseguida la divisi¨®n obrera (pi¨¦nsese, entre otras cosas, en los dos colegios electorales), logre su superviviencia y consolidaci¨®n. La CTS, que no renuncia a la m¨¢s activa lucha reivindicativa, estima que con los opresores no se pacta, se les combate hasta su desaparici¨®n.
Se nos ataca en base a que el movimiento asambleario que propugnamos -tambi¨¦n coherente con nuestro principio de democracia natural y directa- se agota en el seno de la empresa. Falsa afirmaci¨®n, que olvida que es perfectamente coordinable a todos los niveles sectoriales y territoriales. Otros supuestos ?sindicalistas? no dudan en afirmar que se necesitan organizaciones fuertes, homologadas internacionalmente, para poder niegociar en un futuro con las organizaciones transnacionales que dominan la econom¨ªa. Quienes esto proclaman, al tiempo que evidencian sus servidumbres, cooperan, en realidad, con los intentos del capitalismo espa?ol para adecuarse a las estructuras internacionales, lo que demanda un veh¨ªculo ordenador y policiaco de la clase trabajadora, y este s¨®lo puede ser instrumentado por aquellas fuerzas sindicales homologadas por la Europa capitalista.
Finalmente, y para entender globalmente la posici¨®n de la Confederaci¨®n de Trabajadores Sindicalistas, conviene se?alar que partimos de una concepci¨®n humanista, personalista, tendente al logro de una sociedad de aut¨¦nticos hombres libres. Los sindicalistas de CTS son militantes que anteponen a cualquiera otra consideraci¨®n, mediante el ejercicio de una ¨¦tica bien definida, la defensa de la libertad y la dignidad del ser humano. Para nosotros la liberaci¨®n es, fundamentalmente, una alta tarea.
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