Los que m¨¢s horas trabajan, esc¨¦pticos con la reducci¨®n de jornada: ¡°No creo que salga adelante¡±
Los empleados de la hosteler¨ªa, el comercio o la agricultura, los que tienen jornadas de trabajo m¨¢s amplias, ven poco viable la materializaci¨®n de la medida a pesar de tener expectativas de mejora en sus condiciones laborales
Los asalariados tendr¨¢n que esperar hasta bien entrado 2025 antes de que su jornada m¨¢xima legal ¡ªel l¨ªmite a partir del cual las horas de trabajo se consideran extraordinarias¡ª baje de las actuales 40 horas por semana en c¨®mputo anual. Y eso siempre que salga bien la maniobra in extremis, a pocos d¨ªas del cierre del a?o, de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, y los l¨ªderes sindicales de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, y de Uni¨®n General de Trabajadores (UGT). El ministerio y las centrales sellaron el viernes un acuerdo para rebajar la jornada a 37,5 horas sin reducci¨®n de salario. Seg¨²n el texto, que necesita la aprobaci¨®n del Congreso y previsiblemente sufrir¨¢ modificaciones durante la tramitaci¨®n parlamentaria, todas las empresas deber¨ªan aplicarla antes del 31 de diciembre de 2025. En los sectores con jornadas m¨¢s largas eso se espera ¡°como agua de mayo¡±, se?ala Jes¨²s Lillo, un veterano en el sector hotelero a sus 50 a?os. Pero tambi¨¦n cunde el escepticismo tras meses de negociaciones que han terminado con la retirada de la patronal y con un texto que hoy por hoy no tiene el apoyo parlamentario asegurado.
Aunque la jornada m¨¢xima legal no ha sufrido cambios en Espa?a en cuatro d¨¦cadas, la negociaci¨®n colectiva s¨ª que ha logrado bajadas dependiendo del sector o la empresa. Es decir, patronales y sindicatos han acordado jornadas ordinarias inferiores a la m¨¢xima en diversos convenios colectivos. As¨ª lo refleja la estad¨ªstica del Ministerio de Trabajo, que sit¨²a el promedio semanal en 38,3 horas para 2023. En ese sentido, todos los sectores tienen jornadas medias pactadas por debajo de las 40 horas, aunque algunos rozan el l¨ªmite. Tal es el caso del empleo dom¨¦stico (39,9 horas), seguido de la hosteler¨ªa y las informaciones y comunicaci¨®n, ambas con 39,3 horas.
Al segundo de ellos pertenece Lillo, que lleva casi una d¨¦cada y media trabajando en un hotel del Barrio de Las Letras, en Madrid. Con una intensidad de 40 horas a la semana, cubre el turno nocturno y gana un salario mensual de 1.900 euros. ¡°Veo muy favorable la reducci¨®n; quiero tener m¨¢s tiempo para compartir con mi familia¡±, afirma. Y como delegado sindical de UGT en la cadena hotelera donde desempe?a su labor, destaca que ese no es solo un deseo suyo: ¡°Todos los d¨ªas mis compa?eros de trabajo me preguntan si s¨¦ c¨®mo avanzan las negociaciones¡±, subraya. Sin embargo, admite ¡°muchas dudas¡± sobre el ¨¦xito de la medida. ¡°Cuando se meten los intereses pol¨ªticos, con la experiencia que tengo, no me da la sensaci¨®n de que salga adelante¡±. Y luego est¨¢n las cuestiones pr¨¢cticas, porque aunque nada le gustar¨ªa m¨¢s que implementar la reducci¨®n de horas de trabajo, recuerda que para bien y para mal ¡°los hoteles nunca duermen¡±.
La modificaci¨®n impulsada por el socio minoritario del Gobierno de coalici¨®n no solo aspira a una bajada de dos horas y media semanales, sino tambi¨¦n a endurecer las sanciones a las empresas que infrinjan esta medida, a ampliar la regulaci¨®n del derecho a la desconexi¨®n digital y a garantizar que la forma en la que las empresas registran la jornada diaria de los trabajadores sea fiable, trazable y accesible.
Sebasti¨¢n Marcano Salazar, un trabajador venezolano de 22 a?os, coincide con esta ¨²ltima propuesta. ¡°Si te obligan a reducir las horas laborales, debes llevar un registro m¨¢s estricto¡±. Marcano cursa estudios en direcci¨®n de camareros y servicios, y realiza una jornada de 40 horas a la semana en un bar en las inmediaciones de Atocha. Su horario, relata, cambia conforme las necesidades del local, lo que complica todav¨ªa m¨¢s un equilibro ya de por s¨ª precario: el del trabajo con la formaci¨®n. Por eso el joven reconoce que trabajar menos horas potenciar¨ªa el bienestar de los empleados, y cree que, personalmente, ¡°me ayudar¨ªa a dar un servicio de mejor calidad a los clientes¡±.
La medida ¡°tiene calado¡± en el sector del comercio
No es coincidencia que los sectores con jornadas pactadas m¨¢s largas se caractericen tambi¨¦n por tener condiciones laborales precarias, con horarios repartidos a lo largo del d¨ªa, imprevisibles y salarios m¨¢s bajos. Seg¨²n la estad¨ªstica de convenios registrados, a los tres sectores mencionados anteriormente se suman dos m¨¢s que superan las 39 horas semanales de media: la agricultura y el comercio.
Este ¨²ltimo lo conoce bien Beatriz A., de 45 a?os. Lleva casi media vida como encargada de una tienda y pide no dar su apellido para no ser identificada. Asegura que la noticia de la reducci¨®n de la jornada laboral ¡°ha tenido calado¡± en el sector, pero tiene dudas sobre su materializaci¨®n: ¡°En el mundo del retail [comercio] predominan los contratos parciales porque hay mucho trabajo durante algunos periodos como el Black Friday, pero tambi¨¦n periodos totalmente muertos¡±, describe.
Su contrato es de 40 horas semanales sin horas extra, pero relata que los trabajadores a tiempo parcial suelen realizar, de promedio, un 30% m¨¢s de lo pactado: ¡°Hay mucha ampliaci¨®n y una desregulaci¨®n general de los horarios. Es dif¨ªcil conciliar el trabajo con la vida personal¡±. No obstante, pese al escepticismo, asegura que dada la dureza de algunas tareas, la reducci¨®n de la jornada laboral trae la esperanza de no acabar los d¨ªas con tanto cansancio: ¡°Es un trabajo f¨ªsico, hay mucha manipulaci¨®n de mercanc¨ªa¡±, explica.
Para el colectivo de los trabajadores con contratos a tiempo parcial, el acuerdo firmado por Trabajo y los sindicatos tambi¨¦n prev¨¦ mejoras. Estos empleados tendr¨¢n derecho a seguir haciendo las mismas horas que ven¨ªan realizando antes de que la ley entre en vigor y, por tanto, su porcentaje de tiempo efectivo trabajado ser¨¢ mayor sobre 37,5 horas que sobre 40 horas. Por ello, tendr¨¢n derecho a un incremento proporcional de su sueldo si el cambio legal sale adelante como est¨¢ previsto.
¡°El campo no tiene horario¡±
Si en la hosteler¨ªa o en el comercio acortar el tiempo de trabajo se ve dif¨ªcil, en la agricultura se percibe como algo imposible, tal y como destaca el secretario de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) en Castilla-La-Mancha, Andr¨¦s G¨¢lvez. ¡°Sinceramente, no hay expectativas en cuanto a la disminuci¨®n de los horarios en el sector primario. Aunque lo establezca la ley, no podemos trabajar 6 u 8 horas al d¨ªa, porque el ganado y los cultivos son nuestra exigencia¡±, sostiene este productor nacido hace 72 a?os en Carrascosa de Henares (Guadalajara).
Para el agricultor salmantino Jos¨¦ Manuel Cort¨¦s, de 54 a?os, un escollo a?adido es que la mayor¨ªa de los trabajadores del sector son aut¨®nomos, por lo cual no se beneficiar¨¢n de la reducci¨®n de la jornada laboral. Cort¨¦s calcula que pasa cada a?o m¨¢s de 2.800 horas al volante de su tractor, a las que se suman 300 horas de mantenimiento de las m¨¢quinas. Esto arroja una media de 54 horas semanales, 16,5 horas m¨¢s de la jornada m¨¢xima que quieren fijar el Ministerio de Trabajo y los principales sindicatos.
El pacto para reformar el Estatuto de los Trabajadores incluye un compromiso del Gobierno para ¡°revisar la normativa sobre jornadas especiales de trabajo¡± en un plazo de 18 meses. Entre estas se encuentran las labores en el campo o en el mar, pero tambi¨¦n los transportes, el comercio, la hosteler¨ªa u otras actividades que frecuentemente se realizan por turnos, con jornadas fraccionadas o en horario nocturno. Eso s¨ª, el l¨ªmite de 37,5 horas seguir¨ªa siendo sagrado, por m¨¢s que para muchos de los afectados por las jornadas m¨¢s largas se vea como una meta inalcanzable.
La tramitaci¨®n pendiente
Despierte entusiasmo o desconfianza, muchos trabajadores tambi¨¦n son conscientes de que al documento acordado esta semana le espera un largo y duro camino antes de entrar en vigor. Trabajo planea que la reforma se tramite de forma urgente a trav¨¦s de un proyecto de ley, lo que acelerar¨ªa los plazos habituales. Pero eso no evitar¨¢ que deba someterse a la valoraci¨®n por parte del Consejo Econ¨®mico y Social, para luego pasar al Consejo de Ministros, que lo remitir¨¢ al Parlamento. Los c¨¢lculos m¨¢s optimistas apuntan a que podr¨ªan pasar entre dos y tres meses antes de que aterrice en el Consejo de Ministros. Y luego le esperar¨ªan tres meses m¨¢s para su tramitaci¨®n en las Cortes, donde el Ejecutivo ya ha sufrido varias derrotas por su debilidad en los apoyos para sacar adelante distintas normas.
Durante este proceso es habitual que se introduzcan modificaciones en el texto por parte de los distintos grupos parlamentarios, a cambio de su voto favorable. Y algunos cambios podr¨ªan alterar a cuestiones sustanciales, tanto en el contenido como en los plazos de aplicaci¨®n. Si algo est¨¢ demostrando esta legislatura es que alinear a todas las fuerzas pol¨ªticas con la actual correlaci¨®n de fuerzas en el Congreso y el Senado no es tarea sencilla. Y justamente la necesidad de conseguir los apoyos para aprobar este recorte fue el argumento del ministro de Econom¨ªa, Carlos Cuerpo, que abog¨® esta semana por flexibilizar la aplicaci¨®n de la reducci¨®n y retrasar su vigencia de 2026 en adelante.
La patronal es la gran ausente en el pacto. Cerr¨® las puertas a la negociaci¨®n pese a los incentivos que Trabajo puso sobre la mesa para reducir el impacto de la medida en las pymes, como la bonificaci¨®n de cotizaciones para los nuevos contratos que suplan el recorte del tiempo de trabajo o ayudas directas por valor de 300 millones de euros para la digitalizaci¨®n del registro horario, entre otras. Si bien estas ayudas podr¨ªan recuperarse ahora durante la tramitaci¨®n parlamentaria como moneda de cambio para lograr el apoyo de algunos grupos como el PNV o Junts.
As¨ª, el vaiv¨¦n pol¨ªtico y la rigidez de algunos sectores mellan la confianza de muchos empleados en el cambio. Los planes originales del Gobierno de coalici¨®n, en cuyo pacto figura como compromiso la reducci¨®n de la jornada, eran rebajar esta a 38,5 horas en 2024 para alcanzar las prometidas 37,5 horas en 2025. Pero ha pasado todo un a?o de negociaciones con la patronal y no ha sido hasta diciembre, cuando ya estaba meridianamente claro que sumar a los empresarios era un imposible, cuando Trabajo ha sacado adelante un documento. Por eso Marcano, el camarero venezolano de 22 a?os, ve ¡°demasiados desaf¨ªos¡± para que la medida sea efectiva. En un sector que califica como ¡°ultra anticuado¡±, reconoce que a veces trabaja muchas m¨¢s horas de las que se?ala su contrato, sin cambios en los 1.350 mensuales que recibe. La iniciativa podr¨ªa ser una gran noticia para ¨¦l, pero el d¨ªa a d¨ªa le ha vuelto resistente al entusiasmo: ¡°Veo muy dif¨ªcil que esto se implemente letra por letra¡±, resume.
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