La psicosis del envenenamiento se extiende a Gran Breta?a
La psicosis de las naranjas envenenadas ha alcanzado en Gran Breta?a a los agrarios espa?oles despu¨¦s de que informaciones fechadas en Holanda y la Rep¨²blica Federal de Alemania dieran cuenta de la aparici¨®n en estos pa¨ªses de algunas naranjas presuntamente espa?olas inyectadas con mercurio.Fuentes londinenses pr¨®ximas a los exportadores espa?oles han desmentido rotundamente a EL PAIS la existencia de naranjas espa?olas contaminadas en ning¨²n punto de Europa y sugirieron la posibilidad de una vasta maniobra, comercial, apoyada por algunos medios de informaci¨®n, para trasladar a nuestros c¨ªtricos los efectos negativos sufridos por los israel¨ªes.
El Ministerio de Sanidad brit¨¢nico ha advertido a los consumidores que deben examinar cuidadosamente cada naranja antes de comerla, aunque ninguna recomendaci¨®n oficial ha sido hecha hasta el momento desaconsejando la compra de esta fruta. Fuentes oficiales guardaban silencio anoche sobre la existencia de contactos entre las autoridades espa?olas y brit¨¢nicas, destinados a rehabilitar ante la opini¨®n p¨²blica la imagen de nuestras naranjas, de cuyas distintas variedades se venden anualmente en Gran Breta?a entre 110.500 y 120.500 toneladas. No obstante, a partir de las fechas navide?as y hasta la siguiente campa?a, son las naranjas israel¨ªes las que acaparan la mayor parte del mercado brit¨¢nico, por lo que un retraimiento de las ventas espa?olas no ocasionar¨ªa a estas alturas un grave quebranto a nuestros productores.
Versiones recogidas en medios importadores brit¨¢nicos atribuyen al miedo de algunos vendedores continentales a no dar salida a sus stocks israel¨ªes la aparici¨®n de naranjas contaminadas presuntamente espa?olas. Aun cuando las variedades de ambos pa¨ªses se distinguen perfectamente a los ojos de los expertos, los consumidores no avisados pueden confundirlas f¨¢cilmente. Fuentes alemanas especulaban ayer con la posibilidad de que activistas palestinos hubieran envenenado naranjas espa?olas tom¨¢ndolas por israel¨ªes.
Los grandes intereses econ¨®micos y pol¨ªticos envueltos en este asunto se han traducido hasta ahora en la ausencia de declaraciones oficiales veros¨ªmiles. Por lo que se refiere a Gran Breta?a, la psicosis actual ha sido avisada por algunas informaciones poco escrupulosas referidas a las naranjas espa?olas, fiables en proporci¨®n inversa a la magnitud de los intereses pro jud¨ªos en medios que han actuado de portavoces.
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