George Hills: "Televisi¨®n Espa?ola puede tardar en renovarse entre dos y cinco a?os"
?En un per¨ªodo comprendido entre dos y cinco a?os Televisi¨®n Espa?ola puede acomodar sus estructuras y personal a la nueva situaci¨®n y ponerse a la altura de las exigencias de la Espa?a democr¨¢tica.? Este es el tiempo que el doctor George Hills, especialista en medios de comunicaci¨®n y director hasta el a?o pasado del servicio de capacitaci¨®n de personal de la BBC de Londres se?ala como probable, ?siempre que se siga un programa de reconversi¨®n planteado en t¨¦rminos estatales y no gubernamentales?.
El se?or Hills, unido laboralmente a la BBC desde 1946, primero como director de programas para Espa?a y Latinoam¨¦rica y despu¨¦s como responsable de la formaci¨®n y capacitaci¨®n profesional, pronunci¨® el pasado mi¨¦rcoles, en el Ateneo de Madrid, una conferencia sobre el tema Limitaciones de la televisi¨®n como medio informativo. Desde hace algunos d¨ªas el doctor Hills est¨¢ dirigiendo tambi¨¦n un curso en Prado del Rey para posgraduados y profesionales de televisi¨®n bajo el lema general Televisi¨®n y democracia.?La actual crisis de televisi¨®n es inevitable porque es un producto de una situaci¨®n anterior. No hay que olvidar -ha a?adido el se?or Hills- que durante m¨¢s de veinte a?os de existencia la televisi¨®n espa?ola estuvo totalmente al servicio de un r¨¦gimen que insist¨ªa en que "cierta" informaci¨®n llegara al p¨²blico. Al mismo tiempo, la misma televisi¨®n ten¨ªa que ocultar el hecho de que no informaba sobre otras muchas cosas que eran de gran importancia y de gran inter¨¦s para el p¨²blico. De esta manera surg¨ªa la farragosa Informaci¨®n redundante sobre ciertos temas. Se quer¨ªa darla apariencia de que exist¨ªa mucha informaci¨®n, pero no era cierto.?
?Ahora el problema fundamental reside en el hecho de cambiar este viejo sistema y dirigirlo hacia la consecuci¨®n de una verdadera informaci¨®n. En esta tarea deben tomar parte todas las personas e instituciones implicadas. Al p¨²blico le corresponde una postura activa y participativa a trav¨¦s de cartas, llamadas telef¨®nicas y otros sistemas parecidos. A los profesionales corresponde mejorar su preparaci¨®n. Sobre este punto quiero decir que pienso que algunas cr¨ªticas a Televisi¨®n Espa?ola son infundadas y derivan en muchas ocasiones del desconocimiento del medio. Por otra parte existe autocr¨ªtica en los profesionales de este medio y tambi¨¦n una aceptaci¨®n de las cr¨ªticas externas. Al Estado corresponde posibilitar un marco democr¨¢tico y de libertad de informaci¨®n que haga posible en la pr¨¢ctica trazar un plan de renovaci¨®n del medio y tratar de poner ese plan en marcha contando con el material humano de que se dispone y utilizando los medios t¨¦cnicos por cierto, Televisi¨®n Espa?ola cuenta con medios t¨¦cnicos muy escasos- que sean necesarios.?
?Este plan de capacitaci¨®n y adaptaci¨®n podr¨ªa llevarse a la pr¨¢ctica en el tiempo se?alado, siempre y cuando fuera un plan profesional, independiente de las intervenciones de los Gobiernos de turno. Estoy convencido de que el informador es la pieza m¨¢s importante en televisi¨®n. Este profesional, por trabajar en un medio monopol¨ªstico no s¨®lo ha de ser imparcial sino que tambi¨¦n ha de cuidar su imagen personal relacionada con este tema ante el p¨²blico. Por ejemplo, un informador de televisi¨®n entregado a la militancia de un partido pol¨ªtico perder¨ªa credibilidad delante del p¨²blico.?
A pesar de haberse dedicado al trabajo en el medio televisivo sobre el que tambi¨¦n ha escrito varios libros el se?or Hills es pesimista con respecto a las posibilidades informativas que ofrece la televisi¨®n (sobre este tema prec¨ªsamente disert¨® en el Ateneo). ?La televisi¨®n, que como medio de entretenimiento es perfecto como medio de informaci¨®n muy deficiente. Est¨¢ necesariamente limitado por el tiempo, por la posibilidad de conseguir la imagen fidedigna y por la escasa capacidad de respuesta que por lo menos hasta el momento tiene el espectador. Por eso creo que los televidentes exclusivos a largo plazo, volver¨¢n a leer peri¨®dicos. El p¨²blico se dar¨¢ cuenta de que a trav¨¦s de la televisi¨®n no se pueden dar las noticias con los mismos detalles que en los peri¨®dicos. No se pueden tratar en la televisi¨®n tantos temas ni en tanta profundidad. Pasados quince minutos de noticias. normalmente el p¨²blico se cansa?.
Sobre la posible relaci¨®n que la televisi¨®n pueda guardar con la actual crisis de la prensa espa?ola el se?or Hills estima que esa incidencia es sustancial. El problema fundamental de la falta de lectores reside en otras causas. ?Es natural que la gente compre m¨¢s peri¨®dicos cuando pasa algo importante. Desde la enfermedad de Franco hasta las elecciones el p¨²blico se interes¨® m¨¢s por las noticias. Adem¨¢s, exist¨ªa la novedad, tras casi cuarenta a?os, de la libertad de expresi¨®n. Pero no hay que olvidar un grave problema de este pa¨ªs, el de la dificultad que tienen los lectores de conseguir los peri¨®dicos. Existen graves problemas de distribuci¨®n. Por ejemplo, apenas se da el reparto domiciliario directo.?
Tambi¨¦n es diferente para el se?or Hills el papel que desempe?an la prensa por un lado y la televisi¨®n por otro en la consolidaci¨®n de un Estado democr¨¢tico. ?En una democracia, por pobre en el aspecto econ¨®mico o tecnol¨®gico que sea, existe la posibilidad de que surjan muchos peri¨®dicos que posibiliten la pluralidad informativa. La televisi¨®n, debido a sus altos costes, se presenta normalmente como monopolio del Estado, y el p¨²blico no puede contrastar tan f¨¢cilmente las informaciones que este medio le ofrece. Por eso, los informadores de televisi¨®n no pueden expresar sus opiniones personales. Adem¨¢s, la televisi¨®n la pagan los contribuyentes -es decir, todos los ciudadanos-, mientas que los peri¨®dicos son financiados por la publicidad y sus lectores. En el aspecto econ¨®mico. por ¨²ltimo. no hay que olvidar que la introducci¨®n de la televisi¨®n comercial o la aceptaci¨®n masiva de anuncios en la televisi¨®n ha ocasionado graves perjuicios a la prensa Y ha hecho tambalear su subsistencia. Se puede citar el caso del peri¨®dico inil¨¦s News Cronicle, que quebr¨® con un mill¨®n de ejemplares de tirada al sler absorbida su publicidad por la televisi¨®n comercial.?
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