Dos impecables centros de Rojo batieron al l¨ªder
Dos impecables centros de Chechu Rojo, que reapareci¨® en el segundo tiempo tras largu¨ªsima ausencia, le dieron al Athletic el triunfo sobre un Madrid torpe y ap¨¢tico que no hizo como equipo nada de m¨¦rito en todo el encuentro. El Athletic tambi¨¦n jug¨® mal, y si su victoria puede considerarse justa es s¨®lo como premio a su superior voluntad y a esos dos chispazos. de clase de Rojo.
El Madrid salt¨® a San Mam¨¦s con menos ambiciones de ataque que en todas sus salidas precedentes en toda la temporada. Stielike fue ¨²nicamente un directo marcador de Churruca, sin apoyar casi nunca los contraataques, y Wolff se dedicaba, igualmente, a la vigilancia de Irureta. Juanito y Santillana, en la punta, s¨®lo recib¨ªan el lejano apoyo de Jensen y Vitoria, desacertad¨ªsimos los dos todo el partido.
Por lo que respecta al Athletic, no se sent¨ªa a gusto tampoco, a pesar de que el Madrid le regalaba medio campo y todas las iniciativas. Con el terreno pesad¨ªsimo, marcaje y muy directo sobre todos sus hombres de creaci¨®n y poca inspiraci¨®n individual tambi¨¦n en algunos de ¨¦stos -en especial Churruca e Irureta-, no ligaba juego m¨¢s que muy de tarde en tarde. Churruca se peg¨® a la izquierda tratando de abrir huecos por esa banda con el apoyo de Argote, pero Stielike y San Jos¨¦ cerraron muy bien ese lado y todos los intentos fueron in¨²tiles. Irureta no hac¨ªa nada de provecho en ninguna parte, y como Tirapu y Villar no ten¨ªan al parecer otro encargo que el de vigilar respectivamente a Jensen y Vitoria, la ¨²nica esperanza del Athletic era Dani, un hombre que siempre cumple con su papel de peligroso. Pero ni eso fue capaz de ver el equipo bilba¨ªno, que en lugar de cebarle de balones le dio juego s¨®lo de cuando en cuando. Dani cre¨® peligro siempre que intervino: pudo con Isidro, le puso tres buenos balones a Carlos que super¨® a Sol por alto y anduvo cerca de marcar- y solt¨®, adem¨¢s, dos disparos de los de su marca, por sorpresa y ajustados; uno escap¨® fuera y el otro lo detuvo Miguel Angel. Y eso fue todo lo que se vio de emoci¨®n en el primer tiempo en el ¨¢rea madridista. En la de Ir¨ªbar, el bal¨®n s¨®lo se present¨® un par de veces; en una de ellas Vitoria le peg¨® a Ir¨ªbar un pelotazo en el cuerpo al disparar desde cerca, pero sin ¨¢ngulo, a la salida de una falta, y en la otra Jensen pifi¨® en un remate desde posici¨®n ventajosa. Lo dem¨¢s fue una insoportable sucesi¨®n de balones mal jugados dentro del marco de una lentitud general desesperante.
Los diez primeros minutos de la segunda mitad parecieron espectaculares por contraste con lo anterior. Churruca se despeg¨® de la banda para irse m¨¢s hacia el centro y eso le permiti¨® a Argote, con la banda m¨¢s despejada -puesto que tambi¨¦n se march¨® de all¨ª Stielike, que jug¨® siempre a dos metros a la redonda de Churruca- marcarse tres internadas bonitas y con peligro.
Miguel Angel se tuvo que quitar de encima el bal¨®n varias veces en remates desde muy cerca, y entre eso y que Rojo comenz¨® a calentar por la banda el fiel p¨²blico de San Mam¨¦s se anim¨® y core¨® alguna jugada. Pero Rojo estuvo calentando diez minutos largos y en ese rato San Jos¨¦ le cogi¨® la medida a Argote y el Athletic qued¨® otra vez maniatado, con lo que el aburrimiento volvi¨® a las gradas.
Al fin sali¨® el a?orado Chechu Rojo, cuando s¨®lo faltaban veinticinco minutos de partido, y en sus primeras acciones puso de relieve las l¨®gicas deficiencias de un jugador que vuelve tras tanto tiempo. Pero llevaba nueve minutos sobre el campo cuando cogi¨® un bal¨®n junto a la banda izquierda, lo acarici¨® y le peg¨® como ¨¦l sabe para colocarlo donde a Carlos le gusta. Carlos, a la carrera y venciendo una vez m¨¢s a Sol; meti¨® la frente a placer y marc¨® un gol que los espectadores de San Mam¨¦s han visto ya qui¨¦n sabe cu¨¢ntas veces, pero que recibieron con el entusiasmo de siempre. El Madrid se acord¨® entonces de que es l¨ªder y de que quiere ganar la Liga y sac¨® a Pirri -el recurso heroico de todas las malas tardes- de la defensa para ver si acertaba con su golito. Pero la modorra y el desacierto generales hicieron in¨²til la medida y el Madrid no fue capaz de hacer nada de provecho. El Athletic, algo m¨¢s c¨®modo, puso de nuevo en aprietos a Miguel Angel, que volvi¨® a responder bien, y alcanz¨® finalmente un segundo tanto a medio minuto del final, cuando ya hab¨ªa salido Alexanco por Churruca -precauci¨®n defensiva de Aguirre, que sab¨ªa que. su equipo estaba con lo justo- y Roberto hab¨ªa comparecido por el in¨²til Vitoria, aunque sin tiempo ya ni para entrar en juego. Vino este segundo gol por la v¨ªa de un c¨®rner en la que Rojo esta vez puso el bal¨®n donde le gusta a Dani, que tambi¨¦n cabece¨® a placer un gol igualmente m¨¢s que conocido por los habituales de San Mam¨¦s. Dos espl¨¦ndidos centros de Rojo valieron la victoria. Fue poco lo que hizo el Athletic, pero es que el Madrid no hizo nada; ni siquiera lo intent¨®.
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