Los disidentes polacos descartan una liberalizaci¨®n desde dentro
A ra¨ªz del fracaso de la experiencia checoslovaca del 68 y de la propia experiencia polaca ese mismo a?o, la v¨ªa de transici¨®n ?revisionista?, es decir, la democratizaci¨®n a partir y desde dentro del Partido Comunista parece hoy en d¨ªa descartada por los disidentes polacos.En este sentido, la fracci¨®n reformista que se manifest¨® en el seno del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) mediante el env¨ªo, a principios de enero, de una carta a Edward Giewrek, secretario general del POUP, pidi¨¦ndole iniciase reformas democr¨¢ticas, no es, en absoluto, significativa. En opini¨®n un¨¢nime de los responsables de los dos movimientos de oposici¨®n polacos, el Comit¨¦ de Autodefensa Social (KOR), de tendencia socialista, y el Movimiento de Defensa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (ROP-COP), de inspiraci¨®n nacionalista, se trata de una batalla de retaguardia emprendida por hombres del pasado, como Edward Ochab, ex jefe de Estado durante los a?os sesenta.
La lucha hoy en d¨ªa sigue cauces diferentes. Para Adam Michnik y Jacek Kuron, principales responsables del KOR, la oposici¨®n respaldada por amplias capas de la sociedad, debe obligar al Estado-partido a retroceder, a liberalizar, como ya lo hizo el a?o pasado, cediendo a la protesta generalizada contra el encarcelamiento de disidentes, con la promulgaci¨®n de varias amnist¨ªas.
?La constante presi¨®n de la sociedad -observa Theorus Mazowiecki, director de la revista cat¨®lica Wiez- a favor de la ampliaci¨®n de las libertades c¨ªvicas y del respeto de los derechos humanos acabar¨¢ por arrancar al poder concesiones nada despreciables.? Siempre y cuando, a?ade Miclinik, no se produzcan explosiones de violencia, enfrentamientos directos,?porque, caso de tener Gierek que abandonar el poder, no le suceder¨ªa un Dubcek al estilo polaco, sino un Husak?.
En el seno del Partido Comunista se desarrolla, en efecto, una f¨¦rrea lucha que opone, seg¨²n Jacek Kuron, los ?pragm¨¢ticos? partidarios de cierta tolerancia, y encabezados por el propio Gierek, a los neoestalinistas implantados principalmente entre los cuadros medios.
?Pero no est¨¢n los l¨ªmites de toda liberalizaci¨®n marcados por la presencia militar y pol¨ªtica de la URSS en Polonia? Tras denunciar la utilizaci¨®n chantajista hecha por las autoridades de la amenaza de intervenci¨®n sovi¨¦tica, los miembros del grupo ROP-COP rechazan por completo esa eventualidad. ?Polonia -afirma su principal responsable, Leszek Moczulskino es Checoslovaquia. Nosotros, y esto Mosc¨² lo sabe, resistir¨ªamos. La intervenci¨®n ser¨ªa una masacre que, en la actual coyuntura internacional de distensi¨®n, los sovi¨¦ticos, pase lo que pase en Polonia, no se atrever¨ªan a provocar.?
M¨¢s comedidos, los responsables del KOR reconocen la existencia de dos puntos intocables en un eventual proceso de democratizaci¨®n: fidelidad a las alianzas mil¨ªtares Y mantenimiento de la hegemon¨ªa del Partido Comunista. Entonces, ?en qu¨¦ consistir¨ªa la democratizaci¨®n? Podr¨ªamos recortar -nos explican Kuron y Michnik- el poder arbitrario de partido, control¨¢ndole a trav¨¦s de instituciones democr¨¢ticas creadas a partir de la base.?
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