El primer ministro franc¨¦s marca sus distancias con la presidencia de la Rep¨²blica
La evoluci¨®n de la campa?a preelectoral con vistas a los comicios legislativos de marzo pr¨®ximo est¨¢ poniendo de manifiesto las dificultades que existir¨ªan en las relaciones entre el presidente de la Rep¨²blica, Valery Giscard d'Estaing, y su primer ministro, Raymond Barre.Hace algunas semanas, un responsable socialista declaraba en privado que ?el verdadero enemigo de Giscard ya no es Chirac, sino Barre?. Por entonces se empez¨® a configurar la imagen del ?tercer hombre?, que fue presentado al pa¨ªs en agosto de 1976, por el presidente de la Rep¨²blica, como ?un t¨¦cnico y no un pol¨ªtico?. Para los advertidos resultaba ingenuo creer que un hombre que acepta el puesto de primer ministro pueda no ser un hombre pol¨ªtico, pero el se?or Barre ha jugado el juego ante la opini¨®n francesa, repitiendo con placer visible sus cr¨ªticas contra los ?profesionales de la pol¨ªtica?.
Pero el se?or Barre empez¨® a ser matizado por algunos c¨ªrculos pol¨ªticos como el ?tercer hombre? que, ?tras el fracaso de gesti¨®n de la izquierda? podr¨ªa ofrecer una alternativa ?a lo Pompidou?, ya que los dos hermanos enemigos, el presidente y el alcalde de Par¨ªs, se habr¨ªan destrozado mutuamente.
La proximidad de las elecciones de marzo y las dificultades de la mayor¨ªa para unirse frente a la izquierda han empezado a poner de manifiesto un cierto desentendimiento entre el presidente y el se?or Barre. El se?or Giscard hubiese deseado que el primer ministro jugara abiertamente contra los gaullistas la carta del giscardismo, proclam¨¢ndose l¨ªder de la coalici¨®n creada recientemente por los tres partidos que responden al presidente (radicales, centristas y Partido Republicano) bajo la sigla UDF (Uni¨®n por la Democracia Francesa). El se?or Barre se ha lanzado en la batalla electoral (se presenta como candidato en Lyon), pero con iniciativas propias, manteniendo una relativa distancia respecto al palacio presidencial del El¨ªseo y de los gaullistas.
Igualmente, el presidente tampoco apreciar¨ªa, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al El¨ªseo, que el se?or Barre ataque ?excesivamente? a los socialistas. Una parte del PS, en la estrategia del se?or Giscard, figura como la componente que, tras las elecciones, pudiese servirle para crear la ?tercera fuerza? socialdem¨®crata, m¨¢s poderosa que el partido gaullista en la mayor¨ªa.
Las ¨²ltimas cr¨ªticas del se?or Barre contra los socialistas, a prop¨®sito del programa econ¨®mico del PS, estar¨ªan en la l¨ªnea de su estrategia de ?tercer hombre?: los dirigentes del PS no merecen ser considerados ?con dignidad? y, en particular, su l¨ªder, Francois Mitterrand, es un ?pir¨®mano?, y el coste de su pol¨ªtica, si llegase al poder, conducir¨ªa a Francia al ?suicidio?.
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