Lo cheli

En trance de definir lo cheli, que va siendo ya una manera madrile?o-metaf¨ªsica de estar en el mundo, ahora que La¨ªn se jubila de su c¨¢tedra, ejemplarmente llevada, yo dir¨ªa que lo cheli es lo madrile?o medular pasado por lo macarra multinacional. Lo cheli es que el eurocomunismo beba chinch¨®n, Carmen Diez de Rivera y Carmen Mart¨ªn Gaite sean las ¨²ltimas C¨¢rmenes de abanico y don Enrique Tierno Galv¨¢n se retrate como padre pedernal junto al seno desnudo e impar de Susana Estrada.Lo cheli no es lo punk, cuidado, sino que lo punk, en todo caso -con Ramonc¨ªn urg¨¢ndose las narices en la cola del autob¨²s- ser¨ªa la forma heroica de lo cheli. Lo cheli sube a los escenarios off -Cabanillas con el teatro de Paco Nieva, y dormita en las Cortes con el entresue?o de Pablo Castellano, que es un silencioso y permanente corta el rollo, t¨ªo, a los elocuentes del p¨²lpito democr¨¢tico, sean quienes fueren-. Lo cheli, en el PCE, es Santiago Carrillo, y lo cheli, en UCD, es esa manera que tiene Su¨¢rez de encender el pen¨²ltimo cigarrillo de la jornada (seg¨²n el cupo que la adjudica La Actualidad Espa?ola) cuando Moro le ha ganado, con cifras y tr¨¦molos, la batalla perdida de la sardina.

Voy a ir una vez m¨¢s a comer con los curas Llanos e Iniesta, que a Llanos le han echado del bajo que ocupaba y ahora est¨¢ en una chabola. En Entrev¨ªas, lo cheli semuere de hambre, pero Iniesta es un obispo cheli que toma vinos con el personal y hace aleluyas obreras a la orilla del tren. Hay un cheli viejo que se llama Luis Calvo y que dejaba que las orientales vinieran a tocarle el pelo blanco y sagrado, para tocarlas ¨¦l a contramano. Viene una profesora francesa, se?orita Basset, a preguntarme por la deontolog¨ªa y filosof¨ªa de mis libros, para la tesina esa de siempre, y le digo que lo m¨ªo es lo cheli:

-Lo m¨ªo es lo cheli, se?orita..

El magnetof¨®n se queda perplejo de que no le hable de estructuras narrativas, niveles de la prosa y sublecturas del subtexto. Lucio, que es un cheli bajito del Rastro, me vende un cartel de Servetinal y otro de matarratas, puro a?os cuarenta, para mi funci¨®n cheli, pues los chelis de entonces estaban en la cola del aceite, en la cola del exilio o en la cola del cementerio, que hasta los muertos hac¨ªan cola.

Lo cheli es estar de vuelta, claro, y lleno uno del sentimiento tragic¨®mico de la vida, que lo otro es unamunismo paliza. Voy a la cena que da Lara para otorgar un premio a Baltasar Porcel (que estaba en mi mesa: enhorabuena) y me cuenta Baltasar que su libro es la ver¨ªdica historia de un anarquista exiliado. ?Es lo cheli un anarquismo festivo? Lo cheli, s¨ª, es un anarquismo que nace con Franco, o mejor bajo Franco, lleno de escepticismo tanto por el oro de Mosc¨² como por las realizaciones del R¨¦gimen.

Lo cheli es lo remadrile?o socarronizado por la dictadura y cosmopolitizado por las casas de discos. En la andanada de prensa del Congreso, asistiendo al faenar de sus psoes como desde un playa vestida de amargura, estaba Massiel, la Massielona, que es puro cheli de la calle de Leganitos, venida inevitablemente a un socialismo de barber¨ªa de barrio, y que debiera cuidar m¨¢s su cheli inicial para no contaminarse de mejicanismos adheridos y contestaci¨®n-folk. Lo cheli es lo cheli y basta.

Voy a un homenaje que le dan a Pepe Garc¨ªa Nieto y yo s¨¦ que a Pepe, aunque tan Garcilaso, no tendr¨ªa que explicarle qu¨¦ es lo cheli, ni ¨¦l a m¨ª, porque lo hemos vivido y malvivido juntos cuando no se llamaba as¨ª y aunque ¨¦l no lo diga. Lo cheli asoma igual en un editorial de este peri¨®dico que en el dontancredismo de C¨¢ndido o el acratismo de Manolo. Don Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n escribi¨® en la revista Espa?a (a?os veinte) un esperpento nunca representado que es puro cheli y que trata de un tal don Herculano y un tal don Seren¨ªn en quienes las lenguas anabolenas quieren ver a don Torcuato y a Azor¨ªn. La piececilla sale ahora en Austral y me lleva a pensar que El Ruedo Ib¨¦rico y los esperpentos son ya puro cheli y que don Ram¨®n, hoy, hubiera escrito en cheli, porque lo cheli es el fatalismo ir¨®nico del pueblo y los intelectuales bajo las democracias burguesas y las dictaduras peque?oburguesas. Lo cheli, en fin, es todo lo contrario de L¨®pez-Rod¨®.