Luciano Ceschia: "El n¨²mero de periodistas en paro en Italia es preocupante"
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El proceso de democratizaci¨®n de la prensa italiana y la lucha por un sindicato unitario de los periodistas, como defensa de la propia libertad profesional, debe mucho a Luciano Ceschia. Este hombre, joven y batallador, secretario nacional de la Asociaci¨®n de la Prensa italiana desde 1970, y presente siempre en todas las luchas donde se juega la defensa de los periodistas democr¨¢ticos.
EL PAIS: Cu¨¢l es la dimensi¨®n de la crisis que tambi¨¦n en Italia aflige a la actividad editorial?Luciano Ceschia: El dato m¨¢s elocuente es la difusi¨®n limitada de los diarios, s¨®lo parcialmente atenuada por el gran desarrollo de la prensa semanal. A¨²n hoy, pese al aumento de la secularizaci¨®n y de la mayor participaci¨®n de los ciudadanos en la vida pol¨ªtico-social, en Italia se venden s¨®lo cinco millones de ejemplares entre los ochenta peri¨®dicos desde el m¨¢s importante y prestigioso, el Corriere della Sera, a los peque?os peri¨®dicos de provincia. La relaci¨®n con la poblaci¨®n es de uno a once: es decir, uno de los ¨²ltimos puestos en la escala europea. La mayor parte de las empresas pre sentan un balance pasivo, y el d¨¦ficit ha sido, en 1977, equivalente a quince millones de pesetas. Han desaparecido diversos peri¨®dicos, sobre todo vespertinos, otros contin¨²an con mucha dificultad; en otros casos son los periodistas y tip¨®grafos quienes autoadministran diarios cuyo cierre hab¨ªa decidido la antigua patronal. Por primera vez, el fen¨®meno del paro est¨¢ asumiendo en Italia, tambi¨¦n para los periodistas, dimensiones preocupantes.
EL PAIS: ?Cu¨¢l es la causa y el origen de esta crisis?
L. C.: El problema es pol¨ªtico y t¨¦cnico al mismo tiempo. En el pasado, solamente en algunos casos el diario hab¨ªa sido sostenido por una verdadera estructura empresarial. Era, y lo es a¨²n en muchos casos, una cosa para ¨¦lites, con poco inter¨¦s por el aumento de la difusi¨®n. Esta colocaci¨®n ten¨ªa reflejos inmediatos tambi¨¦n en relaci¨®n al contenido y al di¨¢logo entre informaci¨®n y pa¨ªs. La industria del peri¨®dico era un servicio nacido en funci¨®n de los grandes centros de poder pol¨ªtico y econ¨®mico, cuyo deficit lo saldaban los grandes padrinos de las empresas p¨²blicas y privadas. Por eso, la actividad editorial se hab¨ªa concentrado casi exclusivamente en el Norte industrializado y en la capital, manteniendo relaciones de deferencia hacia las instituciones, es decir, hacia todos los centros de Poder. Esto hasta el a?o sesenta. En los ¨²ltimos a?os el panorama ha ido cambiando sustancialmente. Una toma de conciencia general de los periodistas, que acompa?a al vasto movimiento democr¨¢tico en todo el pa¨ªs, est¨¢ poniendo en crisis las relaciones en el interior de las empresas. Aumentan tambi¨¦n, en base a los instrumentos contractuales, el poder de los cuerpos redaccionales, es decir, los periodistas son menos gobernables y, por tanto, desaparece en muchos casos el inter¨¦s de los antiguos propietarios, incapaces de dar respuestas correctas, bajo el perfil de la gesti¨®n econ¨®mica, a los desequilibrios dejos costos, a la acentuada concurrencia de la radio y la televisi¨®n, a la dif¨ªcil adquisici¨®n de la publicidad y al desaf¨ªo tecnol¨®gico. La crisis de los peri¨®dicos en Italia es, pues, una crisis econ¨®mica y de credibilidad, favorecida precisamente por el proceso de democratizaci¨®n de la informaci¨®n.
EL PAIS: ?Qu¨¦ proponen ustedes para superar el problema?
L. C.: La respuesta es de car¨¢cter democr¨¢tico; precisamente gracias al movimiento de periodistas democr¨¢ticos, guiados por la Asociaci¨®n de la Prensa, ha nacido la propuesta de una reforma que elimine las causas m¨¢s profundas de la crisis y cree las condiciones necesarias para un desarrollo del sector. Los partidos democr¨¢ticos han aceptado las l¨ªneas de esta propuesta y el Parlamento est¨¢ a punto de aprobar una ley que prev¨¦ la concentraci¨®n de peri¨®dicos en manos de un solo propietario, la publicidad de las fuentes de financiaci¨®n, y diversas ayudas econ¨®micas y bancarias, privilegiando las iniciativas de car¨¢cter cooperativista.
EL PAIS: ?Qu¨¦ poder real ejerce la prensa en Italia? ?Existe la censura?
L. C.: La prensa ha sido usada, y lo es todav¨ªa en muchos casos, para campa?as pol¨ªticas y de opini¨®n, y para maniobras industriales. Este servicio que objetivamente ha hecho menos cre¨ªble el panorama informativo, ha perdido eficacia, con la mayor autonom¨ªa profesional de los periodistas. Ha aumentado el poder democr¨¢tico de la prensa. Esta es una tendencia a¨²n no completamente consolidada, que podr¨ªa ser paralizada por una involuci¨®n del acuerdo pol¨ªtico general. El empe?o en una informaci¨®n seria y objetiva choca con antiguo vicio de subordinaci¨®n, tab¨²es de origen cultural, esquemas superados en el modo de afrontar argumentos de fondo como la condici¨®n obrera, actitudes caracterizadas por una falsa neutralidad.
EL PAIS: ?Cu¨¢l es el papel que desarrolla, en esta situaci¨®n, la Asociaci¨®n de la Prensa en Italia?
L. C.: Desde hace ocho a?os, nuestra acci¨®n se desarrolla en dos direcciones. Por un lado una constante presi¨®n sobre los partidos y sobre el Gobierno para que nos d¨¦ una legislaci¨®n que contemple la informaci¨®n como servicio social y no como un arma de parte. Y por otro, hacia los periodistas, para desarrollar y defender una real profesionalidad, una conciencia ¨¦tica y un conocimiento de la propia funci¨®n. Hemos luchado para sustraer a los periodistas de sus antiguos h¨¢bitos de pasividad, y hemos impuesto a los editores y a los hombres del poder el respeto hacia la dignidad individual y hacia las exigencias del p¨²blico. Pero no se trata de objetivos conquistados de una vez para siempre, aun habi¨¦ndolos fijado en nuestros contratos. La vigilancia debe continuar d¨ªa a d¨ªa, porque s¨®lo hemos corregido las aberraciones m¨¢s evidentes, pero no hemos cambiado a¨²n el modelo de informaci¨®n.
EL PAIS: ?Cu¨¢l es el significado y el l¨ªmite del car¨¢cter unitario de la Organizaci¨®n Sindical de los Periodistas Italianos?
L. C.: El poseer un solo sindicato de periodistas, y no dos o tres divididos por discriminaciones ideol¨®gicas, nos ha dado una gran fuerza y una raz¨®n de ser: la autonom¨ªa. Autonom¨ªa organizativa y pol¨ªtica, de juicio y de acci¨®n. Cierto que no faltan las diferencias, a veces con efectos paralizadores. Pero de todos modos estamos convencidos que esta decisi¨®n es esencial en un proceso como el nuestro. De otro modo, afiliados cada uno a un partido o a una ideolog¨ªa, correr¨ªamos el riesgo de reducirnos a ser correas de transmisi¨®n.
Precisamente, acerca de este tema del sindicato ¨²nico tendr¨¦ esta primavera una serie de conferencias en Barcelona y Madrid.
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