Pradolongo, primer parque dise?ado por los propios vecinos
Ante la falta del anillo verde que hubiera podido evitar, tal vez, el desmesurado y an¨¢rquico crecimiento de Madrid capital, la ciudad se ve obligada a cercenarse con varios cinturones de asfalto. No obstante, todav¨ªa quedan zonas calificadas urban¨ªsticamente como verdes, en la l¨ªnea circular prevista anta?o para tal uso. Una de estas zonas corre desde el actual Parque Sur, hacia el Este, por entre los barrios de Usera y Orcasitas. Y los vecinos de la zona quieren salvarla. Seg¨²n public¨¢bamos recientemente (v¨¦ase EL PA?S, 14-2-78), el futuro de esos terrenos ser¨¢ otro parque, el de Pradolongo, realizado, por vez primera, con la participaci¨®n del vecindario. Escribe Jes¨²s de las Heras.
Los trabajos se hallan bastante avanzados. Se calcula que el parque sea una realidad dentro de un par de a?os. Pero ya puede decirse que nos encontramos ante otra de las acciones m¨¢s importantes del movimiento ciudadano, pues sienta las bases y el precedente de la cogesti¨®n en un campo in¨¦dito: el de parques y jardines.El suelo que podr¨¢ dedicarse, en su d¨ªa, a parque, alcanza las noventa hect¨¢reas en la zona aludida. Sin embargo, por una serie de inconvenientes actuales, de momento, el proyecto para el Parque de Pradolongo se concreta a setenta hect¨¢reas. Los inconvenientes se derivan de haberse construido junto al actual Parque Sur varias edificaciones que implican una ordenaci¨®n especial del terreno. En cambio, en el solar de las setenta hect¨¢reas s¨®lo existen dos centros escolares privados, un terreno destinado a polideportivo y unos n¨²cleos de chabolas.
La mayor pradera de Madrid
Ya no existe la Pradera de San Isidro, pero a¨²n queda la de Pradolongo. Es la mayor pradera natural de Madrid. Y, a pesar del deterioro, se conserva en su mayor parte.Para salvarla y dotar de un parque a las 150.000 personas que, aproximadamente, pueblan la zona de Usera, Orcasitas, Orcasur y el Poblado Dirigido, Zoflo, Almendrales y el barrio de La Paloma, se pretende construir el Parque de Pradolongo.
Los vecinos se pusieron en contacto con el delegado municipal de Saneamiento y Medio Ambiente, Florentino P¨¦rez Rodr¨ªguez, en enero de 1977. El Ayuntamiento estuvo de acuerdo: el parque se har¨ªa con participaci¨®n vecinal, costeado por el Ayuntamiento, pero deb¨ªa ser lo m¨¢s barato (unas trescientas pesetas metro cuadrado) posible y, sobre todo, en cuanto a mantenimiento. Los vecinos estuvieron tambi¨¦n de acuerdo. La soluci¨®n era f¨¢cil: en vez de emplear plantas de importaci¨®n, se utilizar¨ªan vegetales aut¨®ctonos; y, en cuanto a la infraestructura, que viene a ser el cap¨ªtulo m¨¢s importante en los costos, se aprovechar¨ªa la ya realizada en la zona con motivo del Plan de Urgencia de Barriadas.
Un parque democr¨¢tico
El intento vecinal -admitido por el Ayuntamiento- era doble: convertir en parque la pradera de Pradolongo y que ¨¦ste estuviera ejecutado de acuerdo con las necesidades y gustos de los vecinos que lo iban a usar. Ello significaba acometer democr¨¢ticamente la obra. Y se empez¨® por practicar una encuesta que, una vez codificada, arrojase datos sobre los puntos de vista de los barrios. As¨ª, los resultados fueron que se deseaba un parque donde poder pasear, escuchar m¨²sica, presenciar espect¨¢culos, leer con tranquilidad, que los ni?os pudiera jugar con instrumentos apropiados, etc¨¦tera.La encuesta fue costeada por el Ayuntamiento, y, para que fuera lo m¨¢s barata posible, fue elaborada, aplicada y codificada por el vecindario. Se invirtieron 150.000 pesetas.
Uno de los datos sobre deseos mayoritarios que se desprenden de la encuesta es que los vecinos quieren ?un r¨ªo con cascadas?. Bien, tanto como un r¨ªo, no, pero un arroyo, s¨ª. El cauce del arroyo de Pradolongo se conserva y, a veces, con agua. En base a esto se pretende que el parque mantenga dicho cauce, ampliado, por el que vuelve a discurrir el agua. Tambi¨¦n habr¨¢ un estanque.
Otra de las aspiraciones es un auditorio, que ya se recoge en el anteproyecto, aunque para realizar ¨¦ste habr¨ªa que contar con la Delegaci¨®n Municipal de Educaci¨®n, ya que le compete a ella la cuesti¨®n.
Lo que hoy son n¨²cleos de chabolas, una vez derruidas, servir¨ªan para convertirse en rinc¨®n de merendero y chiringuitos en general. En las esquinas del parque se habilitar¨ªan zonas de juegos infantiles, con aparatos aut¨¦nticamente pedag¨®gicos, que sirvieran, adem¨¢s, en su d¨ªa, para campo de juegos de escuelas pr¨®ximas.
La vegetaci¨®n ser¨ªa lo m¨¢s natural posible, de acuerdo con la flora castellana, si bien salpicada de otras variedades para darle mayor colorido y vistosidad.
Estas son, a grandes rasgos, algunas de las caracter¨ªsticas del futuro parque, seg¨²n los estudios realizados hasta el momento.
L¨ªmites y problemas
El primer problema, como ya se ha indicado, estriba en la necesidad de haber tenido que ce?ir los l¨ªmites del parque a s¨®lo setenta hect¨¢reas de las noventa de calificaci¨®n verde existentes en la zona. Estos son: al Norte, la cornisa de Usera; al Este, la calle de Rafaela Ibarra; al Sur, la carretera de Carabanchel a la de Andaluc¨ªa, y al Oeste, el antiguo ferrocarril de Portugal.En segundo lugar, la existencia de dos centros escolares privados ya construidos dentro de este terreno, as¨ª como el proyecto de un polideportivo, a pesar de la calificaci¨®n de zona verde. Tales edificaciones, por un lado, merman parte del parque, y, por otro, ofrecen dificultades al dise?o. Los vecinos reivindican una clara delimitaci¨®n de zona verde, sin m¨¢s cesiones dentro de ¨¦sta a escuelas o campos deportivos, y que se anule la cesi¨®n al Campo Federaci¨®n Castellana de F¨²tbol.
Finalmente, el proyecto se encuentra con dos problemas: al ser un terreno en descampado, se utiliza para la descarga de materiales de derribo, lo cual hace variar constantemente la forma de superficie; as¨ª, trabajos topogr¨¢ficos realizados quedan inservibles al mes siguiente, por lo que se pide un control del Ayuntamiento; en otro orden, resulta que los viveros municipales carecen de suficientes, plantas aut¨®ctonas de Castilla.
Previamente a la realizaci¨®n del parque es preciso que las zonas de chabolas de Almendrales, Rafaela Ibarra, etc¨¦tera, hayan sido erradicadas.
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