Nadia, s¨ª; Pen¨¦lope, no

Personado hace unos meses en el Registro Civil de Canillas al objeto de inscribir a mi hija, resulta que, tras rellenar los impresos de rigor y present¨¢rselos al funcionario que me atend¨ªa, me dice ¨¦ste una vez enterado del nombre que quer¨ªa ponerle (Iria o Pen¨¦lope), me indic¨® que me buscase otro, que ¨¦sos no val¨ªan... Descorazonado, busqu¨¦ otro en mi mag¨ªn (Libertad)... De nuevo discusi¨®n, pues tampoco le parece bien; le pido su consejo y me responde que la llame como todo el mundo: Petra, Josefa, Mar¨ªa. Como se ve, muy original y variado. Le pido el santoral para llegar a un acuerdo y me indica que vaya a comprarlo. Al final, y por no estar todo el d¨ªa lo mismo, ya que no dispon¨ªa de mucho tiempo, le indiqu¨¦, tras una corta meditaci¨®n, el de Nadia, al que, por fin, y no s¨¦ por qu¨¦ circunstancias, accedi¨®, eso s¨ª, con gran desconfianza, no s¨¦ de qu¨¦, y tras alguna pregunta innecesaria.Ahora bien, ?hasta qu¨¦ punto est¨¢n legitimados estos se?ores para negarse a inscribir ciertos nombres a los que m¨¢s tarde el sacerdote no pone ning¨²n reparo? ?Qu¨¦ dice nuestra legislaci¨®n al respecto? Al margen de lo que digan las leyes, una cosa est¨¢, para m¨ª, muy clara a este respecto: el virtual derecho que en conciencia me asiste de ponerles a mis hijos el nombre que me d¨¦ la gana. De poco nos servir¨¢ ser libres si luego no tenemos d¨®nde elegir.

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