La vivienda y su problema
LA ABSOLUCION dictada por un juzgado de Madrid a favor de un padre de familia numerosa, a quien el ministerio fiscal acusaba del delito de allanamiento de morada por ocupar un piso propiedad del Ministerio de la Vivienda (temporalmente desocupado por su inquilina legal, ingresada en un hospital), puede crear la impresi¨®n de que se trata de una sentencia ?revolucionaria?. No es as¨ª, y no debe interpretarse como el inicio de una nueva jurisprudencia respecto a un problema tan grave y delicado como el de las ocupaciones de pisos.El magistrado ha calificado, de manera tradicional, las actuaciones del procesado -y del otro encartado, el presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de La Ventilla, que le invit¨® a ocupar la vivienda- como un delito; el fallo absolutorio afecta exclusivamente al improvisado morador, por estimar que concurre la eximente general del ?estado de necesidad?, pero ni le reconoce el derecho a permanecer en el piso ocupado ni se hace extensible a su compa?ero de inculpaci¨®n.
La lectura de la sentencia deja pocas dudas a este respecto. El procesado absuelto se hallaba en situaci¨®n de paro desde hac¨ªa tiempo. Su lugar de residencia anterior ten¨ªa una superficie de veintisiete metros cuadrados, distribuida en dos habitaciones, en la que se hacinaban el matrimonio y los seis hijos, de distinto sexo y de edades comprendidas entre los cuatro y los quince a?os. Como se?ala uno de los considerandos del veredicto, la promiscuidad y las grandes humedades de la chabola -?situada en una vaguada, cauce natural y l¨®gico por donde discurren todas las aguas al llover?- eran causa de frecuentes enfermedades. Un cuadro a la altura de las p¨¢ginas m¨¢s t¨¦tricas de Dickens; y no tan infrecuente como el triunfalismo de nuestra sociedad quiere hacer creer.
La existencia de una poblaci¨®n marginada por obra del paro -el procesado era un soldador sin empleo- es un dato que har¨ªan mal en desconocer nuestros gobernantes o quienes aspiran a sustituirlos en el poder.
El presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de La Ventilla, que seg¨²n la sentencia fue quien tom¨® la decisi¨®n de ocupar la vivienda temporalmente deshabitada, ha sido condenado a arresto mayor en su grado m¨ªnimo. La sentencia estima que su actuaci¨®n estuvo guiada ?¨²nica y exclusivamente? por el deseo de ?intentar demostrar ante los dem¨¢s que el cargo que ostentaba lo facultaba a disponer de un bien?. Se comprenden las razones por las que un magistrado niegue al presidente de una comunidad vecinal el derecho a interpretar la ley y a ejecutarla; y tambi¨¦n el grave precedente que implicar¨ªa reconocer judicialmente a un ciudadano que representa s¨®lo a una asociaci¨®n voluntaria la capacidad para sustituir a los organismos estatales.
En cualquier caso, es evidente que los problemas de la vivienda en Espa?a no van a resolverse mediante ocupaciones ?legales de moradas temporalmente deshabitadas; y todav¨ªa m¨¢s, que nuestra normativa no autoriza tales procedimientos. Es la acci¨®n de la Administraci¨®n la ¨²nica que puede resolver, 0 por lo menos aliviar, la escasez y la carest¨ªa de las viviendas, asignando, por ejemplo, las casas de protecci¨®n oficial mediante criterios de estricta justicia, sin permitir que las coberturas de fondos p¨²blicos sirvan para premiar a castas privilegiadas o para hacer negocios de especulaci¨®n. Es preciso propiciar, como los pactos de la Moncloa hab¨ªan prometido, una pol¨ªtica de vivienda orientada hacia ?los sectores m¨¢s necesitados de la poblaci¨®n?. La adquisici¨®n de suelo urbano por las corporaciones locales para su cesi¨®n temporal con destino a la construcci¨®n de viviendas destinadas a las clases de rentas m¨¢s bajas, la prioridad absoluta a las urbanizaciones en r¨¦gimen de alquiler destinadas a los sectores menos favorecidos, la instrumentaci¨®n de mecanismos democr¨¢ticos para la adjudicaci¨®n de viviendas de promoci¨®n directa y el control de las viviendas sociales, la investigaci¨®n sobre las distorsiones existentes en adjudicaci¨®n de viviendas estatales, el apoyo financiero a los municip?os para la promoci¨®n inmobiliaria: tales son algunos de los puntos a los que el Gobierno y la Oposici¨®n se comprometieron en octubre pasado ante los ciudadanos de este pa¨ªs. Merece la pena una reflexi¨®n al respecto.
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