Importante contrabando de obras de arte en Mosc¨²
En diecisiete millones de pesetas ha sido valorado el contrabando de iconos, otros objetos religiosos y piedras preciosas, aprehendido en la aduana del aeropuerto de Seremetievo, cuando pretend¨ªa sacarlo de la URSS el primer secretario de la embajada mexicana, Rafael Steger. El diplom¨¢tico, que hab¨ªa terminado su periodo oficial de estancia en Mosc¨², fue declarado persona non grata, y despu¨¦s de confiscadas sus maletas se le permiti¨® salir del pa¨ªs sin mayores consecuencias.El hecho, ocurrido hace algo m¨¢s de un mes, ha trascendido en estos d¨ªas. Rafael Steger, d¨ªas antes de abandonar su puesto en Mosc¨², solicit¨® permiso de la embajada mexicana para hacer un viaje particular a Alemania. Le fue concedido, y despu¨¦s de que pasasen sus equipajes por la zona reservada a las personalidades y minutos antes de tomar el avi¨®n rumbo a Francfort, fue requerido por los aduaneros, quienes, a trav¨¦s de los detectores de alarma para los equipajes, hab¨ªan observado una fuerte presencia de metal.
La rocambolesca historia del joven diplom¨¢tico termin¨® con la apertura de las maletas, en las que se encontraron m¨¢s de medio centenar de iconos y 160 crucifijos de oro con incrustaciones de piedras preciosas. Los aduaneros consideran que es ¨¦ste el mayor contrabando de objetos religiosos o de arte conocido en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y estiman que el valor de dichos objetos sobrepasa los 150.000 rublos, es decir, alrededor de diecisiete millones de pesetas.
El silencio sobre este asunto se ha mantenido hasta ahora en la prensa sovi¨¦tica y en la occidental. El diplom¨¢tico se ha incorporado a un nuevo puesto en la Subsecretar¨ªa del Ministerio de Asuntos Exteriores. Con este caso se han puesto de manifiesto las eficaces medidas de seguridad que la Uni¨®n Sovi¨¦tica tiene para evitar los problemas del terrorismo a¨¦reo. Todos los equipajes, aun los de los diplom¨¢ticos, pasan por unos modern¨ªsimos aparatos de rayos X que reflejan y detectan el contenido. Se ha demostrado que en las aduanas sovi¨¦ticas ya no existe el secreto, ni para los m¨¢s avispados diplom¨¢ticos mexicanos.
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