?Peligra el pacto de la Moncloa?
LA CRISIS abierta en el gobierno Su¨¢rez tras la dimisi¨®n irrevocable del vicepresidente econ¨®mico no debe ser minimizada. La decisi¨®n irrevocable del profesor Fuentes de abandonar la responsabilidad pol¨ªtica y la defensa de su plan de reforma econ¨®mica amenaza a la realizaci¨®n del plan mismo.La cr¨ªtica m¨¢s elemental que se le puede hacer al vicepresidente dimitido es su abandono en un momento de grave crisis, a medio camino del plan por ¨¦l dise?ado, cuando se vienen abajo los sectores siderometal¨²rgico y naval, se anuncian grav¨ªsimos problemas sociales en el campo, y se prev¨¦ una agudizaci¨®n del paro y un mayor estancamiento, si cabe, de la actividad econ¨®mica. El se?or Fuentes siempre ha dicho que no era un pol¨ªtico, pero en cualquier caso era un gobernante. Dejar el tim¨®n en medio de la tormenta es algo que no se debe hacer, y ya argument¨¢bamos en nuestro editorial de ayer sobre la necesidad de la permanencia del profesor Fuentes en el Gobierno.
Otras interpretaciones, sin embargo, no valoran la salida de Enrique Fuentes del Gabinete como un abandono en estos dif¨ªciles momentos. La razonan m¨¢s bien como la definitiva no aceptaci¨®n del presidente Su¨¢rez de los criterios sobre composici¨®n del equipo econ¨®mico que el hasta ahora vicepresidente le present¨® como ultim¨¢tum para seguir adelante.
Como sea, lo importante es analizar los or¨ªgenes de la propia tormenta que han acabado con la paciencia del vicepresidente y han determinado su abandono final.
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?Peligra el pacto de la Moncloa?
Viene de primera p¨¢gina
Por los nombres de los nuevos ministros, lo que se ha podido saber entre pasillos y la evidencia de la situaci¨®n, la crisis supone un giro pol¨ªtico a la derecha del Gabinete, una intensificaci¨®n del color ucedista del Gobierno y un reforzamiento pol¨ªtico de la figura y el papel de los amigos personales del presidente Su¨¢rez. Las fricciones y dificultades con las que tropez¨® el se?or Fuentes no ten¨ªan un origen exclusiva ni primordialmente t¨¦cnico.
La intervenci¨®n progresiva de Fernando Abril en materias de pol¨ªtica econ¨®mica y la protesta creciente de sectores de UCD por lo que consideraban una pol¨ªtica que les restaba votos y credibilidad en el empresariado eran cuestiones previas al estallido de la pol¨¦mica con motivo del plan energ¨¦tico.
Las presiones del sector financiero motivadas por la reforma del sistema y las manifestaciones del ala m¨¢s conservadora del empresariado, junto a las maniobras para formar la gran derecha al margen de UCD, asustaron sin duda a los cuadros pol¨ªticos del partido y al propio Su¨¢rez. Y sin embargo ¨¦ste parece haber pretendido evitar hasta el final la marcha de su vicepresidente econ¨®mico, con el que se solidarizaba en p¨²blico hace s¨®lo unos d¨ªas, pero al que no le allanaba el camino de la acci¨®n.
La crisis se ha resuelto as¨ª con la ca¨ªda del protagonista de la pol¨ªtica econ¨®mica de Su¨¢rez y una amenaza cohe rente de un cambio de signo hacia una pol¨ªtica expansionista. Sin duda la permanencia de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez significa un intento de continuidad del plan y la presencia de un islote gubernamental con un tono m¨ªnimamente progresista. Pero la direcci¨®n de la econom¨ªa cambia de manos y al ministro de Hacienda ya le bastar¨¢ con defender la reforma fiscal. Fernando Abril queda despu¨¦s de esta crisis como un gran acaparador de poderes y confianzas. Cuantos le conocen elogian su inteliencia y capacidad pol¨ªtica y ponen de relieve su arraigado reaccionarismo. Con todo esto es de terner que el plan, sin su inspirador, y por m¨¢s que ¨¦ste quede como consultor t¨¦cnico de Su¨¢rez, se ir¨¢ al garete y ya hay propuestas, en el seno del Gobierno y fuera de ¨¦l, para acudir a una remodelaci¨®n del pacto d¨¦ la Moncloa. ?Se trata del primer paso para la ruptura del mismo?
En efecto, si se decide una mayor y decisiva intervenci¨®n del sector p¨²blico en la siderometalurgia y lo naval, los compromisos presupuestarios adoptados no podr¨¢n conseguirse. De otro lado, si la presencia de Rodr¨ªguez Sahag¨¹n en Industria es coherente con las protestas de la confederaci¨®n empresarial, intentar¨¢n elevar los topes de liquidez monetaria. ?C¨®mo quedar¨¢ despu¨¦s de todo esto el pacto salarial, si es que queda? Y de otro modo, ?qu¨¦ ser¨¢ en su conjunto de los pactos de la Moncloa, cuando s¨®lo hab¨ªan sido efectivamente aplicados en el terreno econ¨®mico y es en este terreno donde comienzan ya a quererse modificar seriamente?
Se mire por donde se mire, y aun cuando se llegue a un nuevo consenso interpartid ario, la marcha de Fuentes supone el primer gran fracaso de la pol¨ªtica Su¨¢rez, pivotante toda ella en su plan de saneamiento econ¨®mico, que ahora vemos naufragar con estr¨¦pito. Su¨¢rez sin duda ha sido el primero en comprender la situaci¨®n, y si aplaza un viaje de Estado a Polonia no es porque cambie el ministro de Transportes, sino porque es consciente del punto de inflexi¨®n que en toda su pol¨ªtica esta crisis supone. Y eso que ha logrado contener que la ola llegara a otros departamentos tambi¨¦n amenazados de cambio corno Exteriores, Regiones y Cultura. Confesar ante el electorado tantas decepciones a la vez era desde luego demasiado fuerte. El presidente se ha visto obligado as¨ª a hacer la crisis cuando menos lo deseaba, despu¨¦s de que llevara cuatro meses dudando en plantearla y cuando ya supon¨ªa que podr¨ªa pasar el rubic¨®n constitucional sin necesidad de cambios. La protesta de su propio partido y la del sector econ¨®mico empresarial han sido m¨¢s fuertes.
La presencia de Rodr¨ªguez Sahag¨²n, que es uno de los inspiradores natos de la organizaci¨®n patronal espa?ola, en el Gobierno a?ade adem¨¢s caracter¨ªsticas muy definidas a esta crisis. Este ya no es desde luego un Gobierno de centro, por si alguien lo dudara, sino de la derecha espa?ola de m¨¢s rancio abolengo. Est¨¢n en ¨¦l sentados todos los sectores posibles de abarcar: la antigua burocracia pol¨ªtica de la dictadura, los cristianos, que ganan otro puesto con la inclusi¨®n de S¨¢nchez Ter¨¢n, el mundo econ¨®mico y financiero y las posiciones enf¨¢ticamente m¨¢s afines al liberalismo econ¨®mico y al poder de las grandes familias. El Gabinete necesita ahora ofrecer una alternativa que saque a este pa¨ªs del agujero y la UCD ganar¨¢ protagonismo como partido de la derecha espa?ola. Mientras tanto los se?ores Osorio y Fraga -para qu¨¦ hablar de los intentos del conde de Motrico-, pierden terreno ante esta pl¨¦yade de subsecretarios suyos que se afianzan e instalan en el Poder cada vez m¨¢s c¨®modamente. Eso de la gran derecha y sus protagonistas es para los libros de historia y el polvo de los archivos. La derecha, grande o peque?a, es esta que ha montado el presidente. Sin duda el Partido Socialista se encuentra ahora por su parte como la principal alternativa posible de Poder, y no en un r¨¦gimen de coaliciones, sino como oferta ¨²nica de Poder. De la capacidad que Su¨¢rez tenga de retomar el tim¨®n y apaciguar sus propias borrascas depende ahora su futuro en las legislativas. Con este Gabinete se acaba el tiempo de las ambig¨¹edades; la UCD no es otra cosa que la prevista: el Poder heredero del Poder.
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