Giscard y un Gobierno de izquierdas pueden coexistir pac¨ªficamente
El profesor Maurice Duverger, experto en Derecho constitucional y comentarista pol¨ªtico, considera que el triunfo de la izquierda, y la permanencia en el poder del presidente Valery Giscard. dEstaing, supondr¨¢ la aut¨¦ntica ?prueba de fuego? de la actual Constituci¨®n francesa, de car¨¢cter semipresidencial y hecha a la medida de un hombre providencial, el general De Gaulle. Hasta ahora hab¨ªan coincidido mayor¨ªa presidencial y Gobierno, tras los comicios de marzo, un presidente, de derechas, podr¨ªa ?coexistir pac¨ªficamente? con un Gobierno de izquierdas, seg¨²n opina el profesor Duverger.
EL PAIS: En caso de ¨¦xito de la oposici¨®n de izquierdas en la pr¨®ximas legislativas, ?considera viable la Constituci¨®n de la V Rep¨²blica gaullista?Maurice Duverger: ?Vayamos por partes. Hasta ahora el presidente de la Rep¨²blica en Francia ha tenido siempre dos series de poderes: el constitucional y el que, en definitiva, ven¨ªa en sus manos tambi¨¦n: el de jefe de Gobierno. Esto fue verdad con De Gaulle y con Pompidou y con Giscard lo es un poco menos, pero contin¨²a siendo el personaje fundamental. Ahora bien, en el caso de que ganase la izquierda en marzo, el presidente perder¨ªa el segundo poder, es decir, el de jefe de Gobierno. S¨®lo ostentar¨ªa los poderes constitucionales.?
EL PAIS: ?Cu¨¢les son esos poderes? ?Cu¨¢l es su importancia y qu¨¦ posibilidades pr¨¢cticas tendr¨ªan si, por ejemplo, fuese primer ministro el se?or Mitterrand?
M. D.: ?Los poderes constitucioales del presidente no son pocos. Dos de ellos son particularmente importantes: la posibilidad de disolver la asamblea y los poderes totales que le concede el art¨ªculo diecis¨¦is, en caso de crisis graves. La utilizaci¨®n de este ¨²ltimo deber¨ªa estar muy justificada y no merece la pena ir m¨¢s all¨¢ en este aspecto. Con un primer ministro de izquierdas, el presidente de derechas, no es jefe de Gobierno, ni es ¨¦l, en consecuencia, quien elabora la pol¨ªtica, seg¨²n lo especifica claramente la Constituci¨®n.?
?A partir de aqu¨ª, ?qu¨¦ podr¨¢ hacer Giscard d'Estaing? Una ley que a ¨¦l no le gusta, elaborada por Mitterrand, puede devolverla al Consejo Constitucional, puede igualmente enviar de nuevo al Parlamento otra ley cualquiera que la contradiga. Estas dos posibilidades no son excesivamente importantes para el presidente. Existe otro poder m¨¢s sustancioso: el presidente puede no firmar el nombramiento de altos funcionarios, de prefectos, de embajadores, de presidentes de empresas nacionalizadas, es decir, puede impedir el desmantelamiento del aparato administrativo. Tambi¨¦n puede, naturalmente; nombrar el primer ministro y los ministros que este ¨²ltimo le proponga.?
??Qu¨¦ posibilidades reales tendr¨ªa Giscard, con todos estos poderes, para oponerse al eventual primer ministro, Mitterrand? Hay que imaginar dos casos. El primero, de "guerra fr¨ªa", es decir, que Giscard decida torpedear desde el primer d¨ªa la gesti¨®n de la izquierda; esto no ser¨ªa serio y peligrose ante la opini¨®n p¨²blica. Porque no olvidemos que el Gobierno de izquierdas, como su pol¨ªtica, habr¨ªan sido elegidos por m¨¢s de media Francia. Tanto al presidente como al primer ministro, les interesa saberse apoyados por la opini¨®n p¨²blica. Un traspi¨¦s de cualquiera de ellos los desacreditar¨ªa: al presidente, zancadilleando al Gobierno para impedirle gestionar el pa¨ªs. Y al primer ministro tampoco le interesar¨ªa hacer "tonter¨ªas" para no justificar la posibilidad del presidente de disolver la Asamblea. No tendr¨ªan m¨¢s remedio que acomodarse al segundo caso previsible: la "coexistencia pac¨ªfica", una coexistencia h¨¢bil, maligna. Giscard no asistir¨ªa a todos los Consejos de Ministros; har¨ªa observaciones, aprovechar¨ªa ocasiones p¨²blicas para "ilustrar" a los franceses, etc¨¦tera.
EL PAIS: ?Se entender¨ªan, constitucionalmente, los se?ores Giscard y Mitterrand?
M. D.: ?Entre estos dos hombres no hay entendimiento pol¨ªtico, pero estimo que los dos se prestar¨ªan para que funcionase el sistema. No hay m¨¢s que ver c¨®mo los socialistas, de igual manera que los comunistas, manifiestan su deseo de que Giscard contin¨²e como presidente, y, por otra parte, creo que este ¨²ltimo tiene todas las cualidades y todos los defectos necesarios para ser un buen presidente con una mayor¨ªa de izquierdas.?
EL PAIS: ?Ser¨¢ posible la estrategia centrista del se?or Giscard, en espera de una colaboraci¨®n con los socialistas?
M. D.: Giscard tiene algo de so?ador, ser¨ªa un buen profesor. Eso es imposible. Este sue?o equivaldr¨ªa a la escisi¨®n del Partido Socialista, tras una victoria de la izquierda que habr¨¢ hecho aprobar el Programa Com¨²n. M¨¢s adelante, s¨ª, si los comunistas deciden coger la puerta. Pero si el PCF, obstaculiza la gesti¨®n, la izquierda no se rehar¨¢ nunca m¨¢s. O en mucho tiempo al menos. No creo que esta perspectiva sea la m¨¢s veros¨ªmil. Comunistas y socialistas pueden cohabitar.?
EL PAIS: ?Cabe un cambio de estrategia del PCF en favor de una especie de compromiso hist¨®rico con los gaullistas?
M. D.: ?En todo caso se dedican flores, pero nadie sabe lo que decidir¨¢ el PCF. En todo caso, estilo que ir¨¢ al poder, empujado por la ola popular que arrojan los sondeos de opini¨®n.?
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