Fern¨¢ndez Santos: "En la novela realista se dec¨ªa lo que no se pod¨ªa decir en la prensa"
Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos acaba de publicar, en Alianza Editorial, sus Cuentos completos. Recoge el libro, desde aquel primero, Cabeza rapada, hasta Para¨ªso encerrado y Las catedrales. Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, que tiene una importante vertiente cinematogr¨¢fica y que ha tocado con ¨¦xito la novela, se sit¨²a en la generaci¨®n de cuentistas que encabezara Ignacio Aldecoa, y en el que se alineaban, si es que hay alineaci¨®n en literatura, S¨¢nchez Ferlosio, Alfonso Sastre y alguno m¨¢s. Esa generaci¨®n que ha sido llamada realista y que, como dice el propio Fern¨¢ndez Santos, encuentra su justificaci¨®n testimonial en que ?entonces ten¨ªamos que decir todo lo que no se pod¨ªa decir en la inexistente prensa diaria?.
?Tengo un libro in¨¦dito -dijo Fern¨¢ndez Santos a EL PAIS-: A orillas de una vieja dama, de narraciones largas, casi novela corta. Creo que en ¨¦l se ve mejor una evoluci¨®n que ha ido a favor del tiempo, desde aquel momento en que la narrativa ten¨ªa que sustituir a la prensa diaria, hasta cuando esto ocurri¨® con la prensa semanal, y casi insensiblemente, los escritores que yo creo mal llamados realistas fuimos preocup¨¢ndonos m¨¢s del estilo, del lenguaje.?Sobre la edici¨®n de sus cuentos dijo: ?Cabeza rapada se ha publicado ¨ªntegro. En cambio, en Las catedrales suprim¨ª las descripciones de catedrales imaginarias que cortaban el libro y que le daban cierta unidad, para dejar s¨®lo los relatos. Lo mismo en el Para¨ªso encerrado, donde el parque del Retiro era el lazo que de alg¨²n modo un¨ªa los cuentos.? En cuanto a la generaci¨®n de escritores en que se inscribe, dijo a EL PAIS: ?Me f¨ªo poco de las escuelas, y algo m¨¢s de las generaciones, porque sin duda el tiempo y las amistades marcan. Yo pertenezco por afinidades y amistad a ese grupo de Ferlosio, Sastre y Aldecoa, desde los tiempos de la aparici¨®n de la Revista Espa?ola. Nos conocimos en la Universidad, en los primeros a?os cincuenta, y estaban tambi¨¦n Paso y Gord¨®n, de Arte Nuevo. Est¨¢bamos todos en aquella especie de TEU que aglutinaba a los estudiantes de entonces, preocupados por la cultura, y que poco despu¨¦s nos dispersar¨ªamos por sus terrenos distintos, depende de nuestras particulares aficiones.
?Luego vino la ¨¦poca del Caf¨¦ Gij¨®n. Era aquel tiempo en que Buero llegaba y le aplaud¨ªan, cuando Cela ten¨ªa una tertulia asidua y Rodr¨ªguez Mo?ino patrocinaba la cultura y pagaba ediciones y revistas, adem¨¢s de ser un maestro... Nunca vi a Umbral en el Caf¨¦.?
?Creo que la muerte de Aldecoa ha sido un golpe terrible para todos. En aquellos a?os, termin¨¢bamos siempre en su casa, y hasta altas horas de la madrugada. Luego nos fuimos casando y el grupo se deshizo f¨ªsicamente. Ignacio se fue a Ibiza, Rafael se fue haciendo cada vez m¨¢s especial ...?
La literatura es, al fin, el problema central en una charla con un escritor. M¨¢s con un escritor supuestamente realista, en este momento en que el fuego est¨¢ abierto contra esa escuela en crisis: ?No s¨¦ si envejece o no. La verdad es que he le¨ªdo cosas de mi generaci¨®n que me han parecido viejas y otras que no. Yo m¨¢s que realista social me he sentido realista objetivo: ese realismo objetivo que puede llegar al final y que la opini¨®n del autor era perspectivada en boca de los personajes, para salvar, primeramente, los escollos de la censura, algo ingenuamente, pero que luego se convert¨ªa en una manera de hacer, en un estilo.
?En mi caso, creo que he derivado hacia una tem¨¢tica m¨¢s intimista, que creo que se nota en Las catedrales y en el Para¨ªso encerrado. ?
El cine lo ha tocado Fern¨¢ndez Santos desde varias perspectivas: como cr¨ªtico, en estas mismas p¨¢ginas, como director, guionista y como autor de documentales: ?Efectivamente, en los documentales he aprendido mucho, para el cine y para la literatura. Yo dirig¨ª Llegar a m¨¢s, una pel¨ªcula que no fue un ¨¦xito estrepitoso, pero que me cost¨® casi cuatro a?os, y la verdad es que me cans¨¦. En la vida hay siempre un momento en que conviene elegir, asi que yo opt¨¦ por otras cosas. El cine corto, en cambio, no lo he dejado, y le debo mucho: en principio, me sac¨® del caf¨¦ y me arrastr¨® a conocer el pa¨ªs. Creo que es distinto escribir la novela de ambiente campesino, rural, desde un caf¨¦ de Madrid que desde la vida misma de los pueblos, es decir, desde la ¨®ptica del personaje y su mundo. El campo espa?ol ha sido maltratado hasta por la literatura: o directamente mal, o paternalista como la Pardo Baz¨¢n en el mejor de los casos. Para m¨ª es mi primer ambiente, y eso tambi¨¦n influye: yo viv¨ª temporadas importantes en el pueblo de mi padre, que pertenec¨ªa a las ¨²ltimas generaciones de emigrantes a Madrid, y para ellos, yo soy uno m¨¢s, como si yo mismo hubiera nacido all¨ª. Es el ambiente de Los Bravos, mi primera novela, que conoc¨ªa mejor que Madrid.... pero est¨¢bamos en el cine. Creo que soy de la generaci¨®n posterior a Berlanga y Bardem, los que estudiamos en aquella escuela disparatada que era como un club de cine. Conseguimos, eso s¨ª, ver algunas pel¨ªculas dif¨ªciles entonces, hablar mucho y apasionarnos con ello, y de vez en vez poder rodar algunos metros. ?
?Yo -termina Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos- no puedo separar ni la literatura realista a secas ni la de imaginaci¨®n simplemente. En m¨ª no distingo compartimentos estancos. Mi literatura sale de m¨ª, de mis vivencias. Y por ah¨ª est¨¢n las ¨²ltimas razones, los ¨²ltimos porqu¨¦s del escribir. Yo escribo para recordar y para imaginar mundos.?
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