El fiscal pide tres a?os para cuatro miembros de Els JogIars
Pasadas las diez y media de la noche finaliz¨® el consejo de guerra ordinario que juzg¨® a los cuatro miembros detenidos del grupo teatral Els Joglars. El fiscal ratific¨® su petici¨®n de una pena de tres a?os para cada uno de ellos, por el presunto delito de injurias al Ej¨¦rcito, contenidas en la obra teatral La Torna, mientras los defensores soficitaban la libre absoluci¨®n. Inmediatamente despu¨¦s del juicio, que se habla iniciado a las nueve y veinte de la ma?ana, los cuatro acusados aceptaron tomar alg¨²n alimento en el mismo recinto del cuartel, finalizando as¨ª la huelga de hambre que manten¨ªan desde hac¨ªa varios d¨ªas. El veredicto ser¨¢ conocido a primeras horas de hoy.Contrariamente a lo acaecido en los consejos de guerra de significaci¨®n pol¨ªtica celebrados en Barcelona en los ¨²ltimos a?os, los cuatro procesados fueron conducidos por una pareja de la Guardia Civil, mientras que otros dos miembros del mismo Instituto se encontraban dentro de la sala. Mientras, en el interior del cuartel donde se celebr¨® el consejo de guerra, no estaba presente ning¨²n miembro de la Polic¨ªa Armada.
Como ya se inform¨® ayer, no se juzgaba a Albert Boadella ni a Ferr¨¢n Ra?¨¦, d¨ªrector de Els Joglars, y actor del grupo, respectivamente, que se encuentran huidos, con quienes se seguir¨¢ otro procedimiento penal militar. Boadella huy¨® cuando permanec¨ªa custodiado en el Hospital Cl¨ªnico por dos miembros de la Polic¨ªa Armada.
Tanto por la ma?ana como por la tarde, cerca del cuartel donde se celebr¨® el juicio -situado en las proximidades de la Ciudad Universitaria-, tuvieron efecto incidentes de importancia. Varios centenares de estudiantes se manifestaron en favor de la libertad de expresi¨®n y en solidaridad con los procesados. La polic¨ªa intervino con rigor y utiliz¨® gases lacrim¨®genos y balas de goma. Desde el cuartel donde se celebraba el consejo se escuchaban perfectamente los ruidos de los disparos.
El consejo se inici¨® con la lectura del apuntamiento. El presidente del consejo, coronel Luis Morano, admiti¨® la lectura de casi la totalidad de los folios solicitados por las partes. Ello permiti¨® apreciar cu¨¢l era el camino que deseaba seguir la acusaci¨®n y cu¨¢l era el de la defensa.
La acusaci¨®n militar deseaba establecer una conexi¨®n entre los programas, de mano repartidos en algunas representaciones y la obra en s¨ª, cuyo libreto estaba formalmente visado por la censura, la cual tambi¨¦n hab¨ªa visionado el espectaculo en sus mismos inicios. El libreto no se refer¨ªa directamente al caso de Heinz Chez, pero, en cambio, el programa de mano alud¨ªa directamente a aquel caso.
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Tres a?os de petici¨®n contra cuatro Els Joglars
(Viene de la p¨¢gina primera)
El fiscal quer¨ªa destacar tambi¨¦n que algunas prendas de los actores pod¨ªan ser consideradas de uso militar, y que el programa de mano implicaba la caducidad del permiso del Ministerio de Cultura.
Por su parte, las defensas quer¨ªan negar todo ¨¢nimo de injuriar y toda vinculaci¨®n directa entre la obra La torna y la ejecuci¨®n del ap¨¢trida Heinz Chez, ajusticiado el 3 de marzo de 1974, acusado del asesinato de un guardia civil.
Interrogatorio a los acusados
Por la tarde tuvo efecto el interrogatorio de los acusados. Se inici¨® con el de Miriam de Maeztu, quien reconoci¨®, al igual que los restantes acusados, ser coautora del programa y de la obra, afirmando que Chez ?es la musa del espect¨¢culo, pero ¨¦ste es aut¨®nomo y ajeno al caso de Chez?. Con relaci¨®n a la posible injusticia de aquel caso penal manifest¨® que ?considero que siempre que se agarrota a alguien hay una injusticia, porque estoy contra la pena de muerte?.
El siguiente acusado, Gabriel Renom, tambi¨¦n se reconoci¨® coautor del texto, de la obra y del programa de mano. Manifest¨® recordar que el programa hab¨ªa sido entregado al censor en el mismo d¨ªa del visionado de la obra.
El acusado Andreu Solsona manifest¨® que en un momento de la obra se cita la ejecuci¨®n de una segunda persona, cuyo nombre es Puig Abril. Precis¨® que la inspiraci¨®n proced¨ªa del caso Chez, pero que no se trataba de una reproducci¨®n real, sino simplemente de una fuente de inspiraci¨®n.
El cuarto acusado, Arnau Vilardebo, protagoniz¨® la exhibici¨®n de la indumentaria de la obra. En ella no aparec¨ªan insignias ni distintivos de car¨¢cter militar. El presidente no permiti¨® al actor que se explicara sobre las razones de la huelga de hambre que llevaban a cabo.
En la prueba testifical fue citado en primer lugar el cr¨ªtico teatral Joan de, Segarra, quien afirm¨®, con relaci¨®n a una escena de la obra, que ?cualquier parecido con un consejo de guerra es rid¨ªculo y gratuito?, En t¨¦rminos parecidos se manifest¨® el tambi¨¦n testigo y cr¨ªtico teatral Salvador Corber¨®.
Informe del fiscal
El fiscal, en su informe, cit¨® con detalle el contenido del programa de mano, al que atribuy¨® una gran importancia. En ¨¦l se afirmaba que la ejecuci¨®n de Heinz, Chez ?se efectu¨® con una finalidad pol¨ªtica, constituyendo la "torna" de la ejecuci¨®n de Puig Antich, a fin de desorientar a la opini¨®n p¨²blica predispuesta a confundir f¨¢cilmente en aquel momento los t¨¦rminos de activista pol¨ªtico y de delincuente com¨²n?. El programa tambi¨¦n afirmaba que ?el espect¨¢culo se ha creado como una versi¨®n libre sobre el tema, con dos finalidades completas: una como un homenaje al comediante de calle que fue Heinz Chez y la otra para salvar del olvido una de entre tantas injusticias cometidas en nombre de lo que se llama Justicia y que conf¨ªa que el polvo de los a?os entierre las cosas?. El fiscal atribuy¨® una extrema importancia a estas frases.
Afirm¨® que ?si decimos que un tribunal se deja llevar por razones pol¨ªticas lo tachamos de arbitrario?. Record¨® la ley de Jurisdicciones de 1906, as¨ª como el proceso y la condena, en consejo de guerra, en 1975, del periodista Huertas Claver¨ªa. Elev¨® a definitivas sus conclusiones solicitando la pena antes mencionada.
Los defensores afirmaron que la opini¨®n p¨²blica ha llamado a este proceso ?proceso a la libertad de expresi¨®n?. Manifestaron que la obra contaba con los permisos pertinentes, y que en todo caso las acciones ten¨ªan que haberse dirigido contra quien concedi¨® estos permisos.
Afirmaron que en caso de que se considerara, no obstante, delito, proced¨ªa la eximente completa de que los acusados hab¨ªan obrado en ?ejercicio de un derecho? tipificado en las leyes castrenses.
Afirmaron tambi¨¦n que la representaci¨®n de la obra y el reparto del programa se llevaron a cabo a partir del 7 de septiembre, y que, por tanto, ello cae de lleno en el decreto-ley sobre amnist¨ªa, que contempla los hechos anteriores al 6 de octubre. Sobre este particular el fiscal difer¨ªa de ese criterio al considerar delito las representaciones posteriores a esta ¨²ltima fecha y no las anteriores.
El letrado Marc Palm¨¦s -en su d¨ªa defensor de Juan Paredes Manot, Txiki, fusilado en Barcelona- afirm¨®, que, como consecuencia de los pactos de la Moncloa, est¨¢ en marcha una re forma del C¨®digo de Justicia Militar, y considera, por tanto, que deb¨ªa esperarse a la promulgaci¨®n de esta reforma. Afirm¨® tex tualmente que ?se consigue que las Fuerzas Armadas m¨¢s que inspirar respeto inspiren temor?. A?adi¨® que ¨¦stas no tiene que imponerse por una fuerza o un poder, sino por la raz¨®n. Resalt¨® el hecho de que la causa se hubiera iniciado por un decreto de la auditor¨ªa de guerra, y afirm¨® que ?es el denunciante el que tiene que aconsejar a la autoridad militar lo que tiene que hacer?, aludiendo a la funci¨®n de la mencionada auditor¨ªa. Se refiri¨® a la de negaci¨®n de pruebas y a la presentaci¨®n de dos escritos de queja pendientes de resoluci¨®n.
El letrado Loperena afirm¨® que ?nadie pude ser juez y parte? y que ?sois militares y me temo que os sint¨¢is ofendidos?. Manifest¨® que ?son precisamente las Fuerzas Armadas las que deben mantener los derechos del hombre?, y que ?la amnist¨ªa es una gracia concedida por el Rey, que ten¨¦is que aplicar aun en el caso de que consideraseis que hubiesen cometido un delito?.
Nuevas intervenciones
El fiscal utiliz¨® su derecho de r¨¦plica. Cit¨® a Jim¨¦nez de As¨²a, al que calific¨® de maestro de penalistas. Afirm¨® que ?cuando los pactos de la Moncloa se concreten en actos legislativos, este ministerio fiscal ser¨¢ el primero en acatarlos. De momento, pura entelequia?.
En su d¨²plica, el letrado Marc Palm¨¦s afirm¨® que ?esperemos que se llegue a la unidad de jusrisdicciones, que es lo que desean todas las fuerzas democr¨¢ticas del pa¨ªs?.
El presidente del tribunal se interes¨® repetidamente por el estado de los acusados, y manifest¨® que le advirtieran si deseaban salir de la sala caso de encontrarse indispuestos. El coronel Morano, a juicio de varios observadores del proceso, puso especial ¨¦nfasis en respetar muy estrictamente la igualdad de las partes, las cuales pudieron utilizar ampliamente sus derechos.
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