La derecha, en busca de una estrategia electoral de urgencia
La derecha francesa parece haber ca¨ªdo en la cuenta, en estos ¨²ltimos d¨ªas, del efecto determinante que puede tener, para el resultado final de estas elecciones, los porcentajes que se obtengan en la primera vuelta del pr¨®ximo d¨ªa 12.Aunque en esa primera vuelta no habr¨¢ posiblemente m¨¢s de un 20% de candidatos que consigan la mayor¨ªa absoluta -y, como consecuencia, su esca?o en la Asamblea, sin necesidad del ballotage-, se empieza a considerar que el voto popular del d¨ªa 12, sobre todo el caso de una notable diferencia a favor de la izquierda, puede condicionar en gran medida el resultado final del d¨ªa 19.
Un editorialista de un diario de derechas advert¨ªa ayer que la diferencia clara favorable a la izquierda en la primera vuelta contribuir¨ªa a borrar las diferencias surgidas entre los partidos de izquierda. Diferencias que, hoy por hoy, comprometen una victofia final de la oposici¨®n en la segunda vuelta.
Pero hay m¨¢s. Como recordaba a principios de esta semana Pierre Mendes-France, aunque giscardianos y gaullistas obtuviesen finalmente una estrecha mayor¨ªa en la nueva asamblea, crear¨ªa una situaci¨®n dificilmente sostenible.
Se producir¨ªa entonces lo que el veterano pol¨ªtico considera como un divorcio entre la ?mayor¨ªa parlamentaria? de derecha y la mayor¨ªa electoral de izquierda. ?Creo -a?ade- en un conflicto social grave y profundo si el pa¨ªs siente enga?ado y frustrado.?
Conscientes, pues, de que el 12 de marzo se juega algo m¨¢s que una simple aproximaci¨®n a la batalla final, sectores pr¨®ximos a la mayor¨ªa gobernante plantean n estos ¨²ltimos d¨ªas una doble estrategia de urgencia. En primer lugar, descargando sus bater¨ªas obre el sector del electorado -que ellos creen suficientemente amplio- que votar¨ªa izquierda lo por una adhesi¨®n plena a sus tesis, sino como expresi¨®n de un sentimiento de ?descontento? hacia los actuales gobernantes.
Con el objeto de probar que ese descontento no tiene bases en la realidad, el diario conservador Le Figaro est¨¢ dedicando toda la semana a publicar unos cuadros de los progresos realizados por el pa¨ªs durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Cuadros que quieren descubrir al electorado indeciso que Francia se encuentra a la altura de Alemania Federal en ciertos sectores industriales, que es el pa¨ªs que tiene mejores esperanzas de vida, que aqu¨ª hay cuatro veces menos huelgas que en Italia y que los franceses son los europeos que mejor se alimentan.
La segunda parte de la estrategia consiste en conseguir en ¨²ltima instancia una intervenci¨®n p¨²blica del presidente Giscar antes de la primera vuelta, cuya oportunidad parece poner en duda a¨²n el propio jefe del Estado En este punto, los gaullistas quieren que las cosas queden claras
Un ¨²ltimo argumento se utiliza para convencer a ese electorado ?no claramente ? de izquierda: un cierto n¨²mero de franceses va a votar a la oposici¨®n porque desean una reforma del sistema sin grandes perturbaciones.
?Mitterrand, acu¨¦rdate de Praga?
Para ciertos sectores reformistas de la mayor¨ªa gobernante, m¨¢s bien pr¨®ximos a Jean Jacques Servan-Schreiber, lo importante, por el contrario, es pensar a m¨¢s largo plazo, tal vez conscientes de que la escalada de la izquierda es irreversible.
Lo decisivo, pues, a m¨¢s largo plazo es tratar de desvincular a ?os socialistas, que saldr¨¢n de estas elecciones como el partido m¨¢s fuerte de Francia, de sus actuales socios comunistas. Y desde medios de prensa vinculados a esos sectores se adula al electorado socialista, al partido y a su l¨ªder, Fran?ois Mitterrand, con la esperanza, expresada por el articulista de un semanario pol¨ªtico, de que ?el PS, estrechando sus lazos con los partidos socialistas democr¨¢ticos de Europa, de Escandinavia a Espa?a, acabe por convertirse en un partido socialdem¨®crata eficaz?.
Y, para a?adir fuerza a las adulaciones, L'Express de esta semana trata de ?refrescar la memoria? del l¨ªder socialista franc¨¦s sobre un acontecimiento del que ahora se cumplen treinta a?os: el ?golpe de Praga? de 1948, la alianza del dirigente socialista Zdenek Fierlinger con los comunistas checos facilit¨®, de forma decisiva, el acceso de ¨¦stos al poder.
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