Giscard d'Estaing hablar¨¢ hoy por televisi¨®n
Esta noche, a las ocho, el presidente de la Rep¨²blica francesa, Valery Giscard d'Estaing, rompiendo el suspense que mantuvo durante toda la semana, se dirigir¨¢ una vez m¨¢s a sus conciudadanos para recomendarles el voto bueno en la primera vuelta de los comicios legislativos que se desarrollar¨¢ ma?ana, domingo. La intervenci¨®n del presidente se produce, fuera de la campa?a electoral oficial, terminada ayer a media noche. Los partidos de la oposici¨®n consideran inconstitucional el partidismo del presidente. Los sondeos secretos corren por las redacciones de la prensa parisiense y contin¨²an dando por vencedora a la izquierda. El ¨²ltimo d¨ªa de la campa?a se produjeron los dos ¨²nicos accidentes graves.Por fin, el presidente de la Rep¨²blica escuch¨® a todos los que, en la mayor¨ªa gubernamental, le urg¨ªan para que pusiese en juego la fuerza de su funci¨®n suprema con el fin de insistir ante los 35.412.841 electores galos sobre ?la importancia del voto que van a emitir?. En opini¨®n del primer ministro, Raymond Barre, el se?or Giscard ?es el elegido de todos los franceses, y se dirigir¨¢ a ellos en funci¨®n de los intereses a largo plazo del pa¨ªs?. Sus predecesores de la V Rep¨²blica, los se?ores Charles de Gaulle y Georges Pompidou, hab¨ªan hecho otro tanto en ocasiones semejantes. Estos argumentos no le sirven a la oposici¨®n de izquierdas. En estos medios se subraya, en primer lugar, que el presidente interviene cuando ya ha terminado la campa?a y, en consecuencia, nadie puede res ponderle. Por otra parte, anotan que decirles a los franceses cu¨¢l es el voto bueno supone actuar no s¨®lo como presidente de ?todos los fraceses?, sino tambi¨¦n como jefe de una mayor¨ªa de derechas.
En suma, una decisi¨®n que coloca al presidente en situaci¨®n delicada ante la mitad del, electorado franc¨¦s, que votar¨ªa por la izquierda, indicar¨ªa que fue tomada porque la mayor¨ªa teme realmente la amenaza de la victoria de la oposici¨®n. Los sondeos secretos, de institutos privados y de alguna canciller¨ªa occidental continuaban dando por ganadores a los partidos de la izquierda, con el 52 % contra el 45 % para la mayor¨ªa en todo caso; nadie duda que ma?ana, a la hora del escrutinio de la primera ronda, la oposici¨®n obtendr¨¢ mayor n¨²mero de votos. Otra cuesti¨®n ser¨¢n los resultados definitivos, el d¨ªa 19, que depender¨¢n esencialmente del eventual acuerdo sobre los desestimientos que pudiesen concluir los comunistas y socialistas. Este acuerdo, a su vez, ser¨¢ m¨¢s o menos f¨¢cil en funci¨®n del porcentaje de sufragios que obtuviese cada uno de los dos grandes de la oposici¨®n: los ¨²ltimos sondeos le conceden al PCF entre el 20 y 21%, mientras el PS conseguir¨ªa alrededor del 27%. En la mayor¨ªa, por el contrario, aun que se presenta pr¨¢cticamente desunida en la primera ronda, giscardianos y chiraquistas est¨¢n totalmente de acuerdo para unirse en la segunda e intentar derrotar a la izquierda.
Dos v¨ªctimas
El final de la campa?a fue resaltado en la televisi¨®n con la aparici¨®n moment¨¢nea de to dos los grandes tenores de las formaciones pol¨ªticas. El primer ministro, Raymond Barre, cerr¨® su gira por provincias con un discurso en Lyon, ciudad en la que se presenta como candidato. Estas ¨²ltimas intervenciones conf¨ªrmaron, en primer lugar, el car¨¢cter hist¨®rico que los franceses le conceden a esta consulta, que por primera vez en Occidente pudiese llevar al Gobierno a una coalici¨®n de izquierdas con la participaci¨®n de los comunistas. Por lo dem¨¢s, el ¨²ltimo llamamiento fue una repetici¨®n del torrente de palabras electoralistas que desde hace semanas y semanas llueve sobre los franceses: ?La izquierda es el colectivismo?, en opini¨®n de la derecha. ?La derecha es la impotencia?, repitieron los l¨ªderes de la oposici¨®n. Todos los comentaristas coinciden en que la campana , a fuerza de ser larga, no, ha hecho m¨¢s que repetirse y, en ¨²ltima instancia, como consecuencia de los anticipos de los sondeos de la opini¨®n, favorables a la izquierda, las reuniones p¨²blicas, los debates, los discursos, en la derecha como en la izquierda, han reducido la ofensiva electoral a un solo tema: todas las posibilidades imaginables, de todo orden, en caso de que Francia se encontrase el pr¨®ximo d¨ªa 20 con un Gobierno de izquierdas. En otro orden de cosas, la campa?a no registr¨® accidentes serios hasta anteanoche: un candidato independiente, Bernard Laffont, en Lyon fue herido por cuatro personas que le golpearon y patearon hasta dejarlo en estado de coma. Y en las Antillas, un miembro del servicio de orden del candidato autonomista fue herido mortalmente en una gresca que estall¨® al final de un mitin.
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