Un edificio decimon¨®nico de la calle de Eloy Gonzalo, derribado
A la vista del p¨²blico y de espaldas a la norma municipal, prosigue la demolici¨®n (?tama?a paradoja!) del inmueble que en el n¨²mero 10 de la calle de Eloy Gonzalo posee, o pose¨ªa, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. Cubierto de lonas, para evitar riesgo o sonrojo al transe¨²nte, el noble edificio que en el siglo pasado alzara Fernando Arb¨®s y Tremanti se ajusta, al parecer, al mismo e ilegal tr¨¢mite que recientemente dio por los suelos con el Hospital Alem¨¢n y est¨¢ a punto de dar con el palacio de Talara. Son ya tres los monumentos hist¨®ricos que, incluidos en el precat¨¢logo del Ayuntamiento, se nos vienen abajo, contraviniendo la vigente normativa y desoyendo la protesta p¨²blica de responsables sectores c¨ªvicos.El precepto legal se le ocurre a uno tan claro y reciente como habitual e incomprensible su incumplimiento. En el pleno celebrado el 20 de septiembre del pasado a?o, el Ayuntamiento vino a decidir que todos los edificios y conjuntos incluidos en el precat¨¢logo se vieran a su vez enmarcados en la serie II, lo que implica, sin m¨¢s, la tajante suspensi¨®n de licencia de obras. ?Cumple con tales requisitos el inmueble, a medio demoler, de la calle de Eloy Gonzalo? Plenamente. ?C¨®mo, entonces, se provee de licencia a la empresa destructora-constructora y se procede a la demolici¨®n de un edificio precatalogado y homologado en dicha, serie ll?
De nada vale, a juicio m¨ªo y de cualquier ciudadano razonable, el que la Caja de Ahorros quiera ale gar que obtuvo la licencia con an terioridad a la nueva normativa, hecha p¨²blica en el Bolet¨ªn Oficial de la Provincia de Madrid, de 8 de octubre de 1977. De ser v¨¢lida la ordenanza, lo es a todos los efectos. El t¨¦rmino suspensi¨®n, por otro la do, y al margen de cualquier bi zantinismo interpretativo, est¨¢ cla ro que se ci?e al caso de licencias ya concedidas o de obras en trance de ejecuci¨®n. Dif¨ªcilmente, en efecto, puede suspenderse aquello que ni se ha iniciado.
Un edificio m¨¢s que se nos va al garete, para mengua de la identidad hist¨®rica de nuestra ciudad y en dem¨¦rito de la ejemplar trilog¨ªa que el arquitecto Arb¨®s y Tremanti construyera, en el ¨²ltimo tercio del siglo pasado, con destino a la madrile?a Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Pocas dudas hay acerca de sulautor. Especialistas como Navascu¨¦s y L¨®pez Ja¨¦n lo asignan a Arb¨®s y Tremanti quien lo alz¨®, junto con el de la ronda de Valencia, a t¨ªtulo de sucursal de dicha Caja de Ahorros, cuya sede central, sita en la plaza de San Mart¨ªn, es tambi¨¦n obra suya.
Fernando Arb¨®s y Tremanti ha dejado en Madrid unas cuantas notas inconfundibles, propias y muy propias de su particular ingenio, que diversifican, dentro de su unidad estil¨ªstica, la continuidad del tejido urbano. Suya es la iglesia de San Manuel y San Benito, en la calle de Alcal¨¢, h¨¢bilmente ponderado su exterior con la conciliaci¨®n evocadora de elementos bizantinos y g¨®tico-toscanos, y ornamentado su interior con revest¨ªmiento de mosaico. Tambi¨¦n se advierte su mano en la torre y pante¨®n de Nuestra Se?ora de Atocha (paseo de la Reina Cristina), aislados botones de muQstra de un ambicioso proyecto que nunca lleg¨® a cobrar realidad, as¨ª como en las puertas del paseo de Coches y de la Libertad, en el parque del Retiro. Demoler el inmueble de la calle de Eloy Gonzalo equivale a privarnos de un hito en el conocimiento de la evoluci¨®n del arquitecto, y de otro en la simple lectura hist¨®rica de la ciudad.
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