Los robos de ganado han desaparecido como por arte de magia
Seg¨²n manifestaron los ganaderos, los robos comenzaron hace unos nueve a?os, aunque la cuant¨ªa de las reses robadas era poco importante. Lo que empez¨® como anecd¨®tico, fue, sin embargo, increment¨¢ndose. A Hilario Jusdado, presidente de la Cooperativa de Ganaderos de Colmenar, le desaparec¨ªan doce corderas en el mes de marzo de 1970. ?Desde entonces no ha habido a?o en que dos veces por lo menos no me hayan robado ganado?. Las fechas curiosamente se repiten en los meses de verano y en los d¨ªas antes de la Navidad, ?como si vinieran aqu¨ª a proveerse para hacer una juerga?.A Antonino Nogales le robaron siete veces, tres de ellas en el a?o 1976; a Eusebio Avila le desaparecieron tres vacas en plena producci¨®n de leche y un toro. ?A Gregorio, a El¨ªas, a Colmenarejo, a Ferm¨ªn, la lista ser¨ªa interminable?, a?aden los afectados.
Las juergas hab¨ªan dado paso a los nuevos cuatreros. Su forma de actuar, similar en casi todos los casos, su conocimiento del terreno, las circunstancias en que se produc¨ªan los robos, y la enorme especializaci¨®n que ten¨ªan los ladrones se convirtieron en el tema de conversaci¨®n.
Robo especializado
?A m¨ª me robaron seis borregas que a¨²n estaban mamando. Eran una maravilla y en el momento en que estaban mejor se las llevaron. S¨®lo a esas seis. Entonces me dije: "Esto ha sido porque los ladrones vieron que ten¨ªan la cola sin cortar, ya que s¨®lo se la cortamos cuando dejan de mamar." Por eso al a?o siguiente, cuando nacieron otras dos dije: "Vamos a ver si son tan listos", y entonces les cort¨¦ la cola a los tres d¨ªas de nacer. Pues cuando ten¨ªan seis meses, como las anteriores, me volvieron a robar. ?Y sabe usted qu¨¦ me robaron?, s¨®lo las dos borregas entre 280 reses que hab¨ªa en el establo.? Como la historia de Hilario Jusdado hay numerosas. Chotos y vacas que sus propietarios no pudieron coger y atar desde que hab¨ªan nacido, pasaban a los camiones de los cuatreros con una docilidad singular; reses perfectamente sacrificadas por especialistas que dejaban la cabeza y las patas, as¨ª como un largo etc¨¦tera de sucesos curiosos.Sin embargo, no todos los robos eran comentados con la pena de lo perdido o la sorpresa de la especialidad que ten¨ªan los cuatreros. Una noche, seis personas que intentaban robar gallinas a dos kil¨®metros de Colmenar en un establo propiedad de Fernando Preso fueron sorprendidas por un obrero que dorm¨ªa cerca del edificio. Ante los gritos de alto, los asaltantes dispararon, sin alcanzarle, cinco balas de calibre nueve largo. Despu¨¦s y ante la huida del operario se llevaron 75 gallinas en tres autom¨®viles.
Desde entonces los ganaderos montaron sus propios sistemas de vigilancia. ?Hab¨ªamos ido muchas veces al puesto de la Guardia Civil y como ve¨ªamos que no terminaban los robos y nadie era detenido, grupos de dos o tres ganaderos nos reun¨ªamos por la noche, despu¨¦s de catorce horas de trabajo y est¨¢bamos a la espera de los cuatreros.?
En varias ocasiones esta presencia hizo que los ladrones huyeran, ?pero nunca pudimos coger a nadie, ya que conocen la zona mejor que nosotros. Una vez les cercamos, pero no sirvi¨® de nada, ya que escaparon por donde no pod¨ªamos imaginar?.
La vigilancia no se hac¨ªa de forma conjunta, ni siquiera se sab¨ªa de los delitos que se comet¨ªan en otras zonas como Algete, Torrelaguna, Fuente del Saz o Daganzo. Los doce kil¨®metros de radio a cubrir hac¨ªan as¨ª imposible la cobertura.
?Adem¨¢s, los ladrones deb¨ªan tener alguien entre nosotros, en el pueblo. Si no, no se explican tantas casualidades ni que la Guardia Civil en sus rondas no coincidiera con la ejecuci¨®n de un robo. Una vez les llamamos porque vimos un coche de noche en uno de los campos; la Guardia Civil les rode¨® y les dio el alto y se encontraron con que era una pareja de novios que estaban desnudos en el coche. ?
Obligado a dejar el oficio
Esta vigilancia infructuosa, en la mayor¨ªa de los casos, y el ¨²ltimo robo importante, en el que unos desconocidos cargaron en una camioneta DKW. veinti¨²n corderos, seis ovejas y cuatro cerdos, es decir, con todos los animales que se encontraban en una finca situada a dos metros de la carretera general, hizo que las protestas de lo! 270 ganaderos del t¨¦rmino municipal se generalizasen. Luciano Francisco Sanz, propietario de todo el ganado robado en esta ocasi¨®n, sufr¨ªa el sexto y definitivo robo; como consecuencia del mismo abandon¨® la ganader¨ªa; era el primer ganadero que dejaba el oficio ante la insistente batida de los cuatreros.?Convocamos a todos al sal¨®n de sesiones, llamamos a diputados como Enrique Bar¨®n, del PSOE, y a otros representantes de otros partidos. En esta asamblea hecha el pasado mes de septiembre estudiamos la forma de parar los robos. Un mes despu¨¦s nos, volvimos a reunir y nos llamaba el gobernador; en su despacho estaba un teniente coronel de la Guardia Civil. Dijeron que iban a aumentar la vigilancia de las patrullas y que el Ayuntamiento pondr¨ªa vigilancia nocturna en el plazo de un mes. Aunque esta promesa no ha sido cumplida, a pesar de haber pasado cuatro meses a ra¨ªz de aquella reuni¨®n, los robos han desaparecido como cosa m¨¢gica. No nos explicamos nada, ni sabemos si estos robos van a reanudarse; lo cierto es que ahora no hay, y que nosotros sepamos esta paz no ha sido motivada por detenciones o por un aumento en la gente que vigila los campos?, inform¨® Hilario Jusdado.
El suelo, demasiado bueno para ser pasto
?Ahora los problemas vuelven a ser los de siempre y, lamentablemente, los peores. La especulaci¨®n del suelo que hace que por seis hect¨¢reas a la salida del pueblo se ofrezcan hasta doscientos millones de pesetas para edificar despu¨¦s, las expropiaciones forzosas y la falta de una reforma agraria, que diga si es que somos ciudadanos de segunda, es lo que est¨¢ matando la ganader¨ªa. Por el momento, cincuenta ganaderos han dejado el campo y se han ido. El resto, formado por un 15 % de propietarios y un 85 %, de arrendatarios, subsiste como puede. Por eso nuestra protesta fue tan fuerte cuando nos cansamos de que nos robaran. Ya tenemos suficiente con los otros robos econ¨®micos que te he dicho, y ¨¦stos desde luego que no desaparecen tan r¨¢pidamente ni de la forma que han desaparecido los del ganado?, a?adi¨® el se?or Jusdado haciendo una peque?a s¨ªntesis de la situaci¨®n por la que pasa el sector ganadero cerca de una capital como Madrid. A pesar de la desaparici¨®n de los cuatreros, muchos ganaderos contin¨²an yendo algunas noches a sus tinaos o casetas donde guardan el ganado para vigilarlo. ?No es extra?o que despu¨¦s de cenar nos marchemos al campo. Unos llevamos un palo y otros la escopeta, pero la verdad es que aunque todos piensan en que les gustar¨ªa coger a los ladrones rezan al tiempo para no encontrarles. ?
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