Panfleto contra el todo y defensa cr¨ªtica, de la democracia
Fernando Savater y Claude Lefort, en el Congreso de Fil¨®sofos J¨®venes
En la ma?ana de ayer tuvo lugar un seminario sobre el discurso ¨¦tico y antropol¨®gico del poder, en que hizo uso de la palabra, en primer t¨¦rmino, Fernando Savater, con una conferencia brillante y parad¨®jica. Empez¨® declarando que su disertaci¨®n constitu¨ªa un anticipo de un libro titulado Panfleto contra el todo, contra la idea de la totalidad. Es decir, contra la coerci¨®n del poder.En las sociedades primitivas el Todo del poder se identificaba con el todo social, como dijo Castoriadis. Y esa totalidad era justificada o legitimada por un pasado m¨ªtico e inventado. M¨¢s tarde las sociedades cristalinas modernas, la conciencia individual, se integra como parte del todo. Vemos, por ejemplo, en Rousseau c¨®mo el individuo, un todo en s¨ª mismo, pasa a un todo mayor: la sociedad.
La Revoluci¨®n Francesa, preparada por esta ideolog¨ªa totalitaria, subray¨® a¨²n m¨¢s la idea de la totalidad que las monarqu¨ªas tradicionales. La historia nos permite, pues, verificar un avance progresivo de esta imagen del poder. Cada nueva revoluci¨®n organiza totalidades m¨¢s totales y absolutas.
Las revoluciones consagran, pues, el imperio de la sociedad pol¨ªtica sobre la realidad social, descubrimiento que ya nos hizo Marx. No son, pues, revoluciones contra el despotismo. Se revelan no contra Iv¨¢n el Terrible, pero s¨ª contra el d¨¦bil Nicol¨¢s II, no contra Luis XIV, sino contra Luis XVI, pues no son en realidad revoluciones libertarias.Las revoluciones, hasta ahora, nos liberan de un poder pol¨ªtico para crear otro nuevo que refuerza el poder totalitario.
La abolici¨®n del poder
Luego estableci¨® una distinci¨®n entre el poder y el dominio. El poder no es malo en s¨ª por instaurar la autoridad y la jerarqu¨ªa. El mal procede de que el individuo cede su propio dominio al poder. El dominio es la fuerza corporal o irradiaci¨®n activa de la fuerza, mientras que el poder ser¨ªa la delegaci¨®n de la fuerza propia a otros que la ejercen.Poder delegado significa la cesi¨®n de mi voluntad a otro, que har¨¢ lo que yo no quiero hacer. El poder es la capacidad de mando, dictar o revocar leyes, crear el futuro y disponer de la fuerza propia de otros hombres. Es una planificaci¨®n activa. Abogar por la abolici¨®n del poder es restaurar el dominio propio y natural de los hombres y el Estado es la libido dominante y reedificada que ahoga las pasiones, los impulsos, el valor o ¨¢nimo propios del ser humano.
Es necesario, pues, una revoluci¨®n contra el todo, para potenciar los grupos, las personas y las peculiaridades. Hay que quitarse de la cabeza la idea de las revoluciones sociales, concepci¨®n de origen astron¨®mico que ha dado origen a la realidad agobiante y gregaria de la totalidad.
Por la tarde disert¨® el profesor Claude Lefort sobre La filosof¨ªa pol¨ªtica en Francia. Autor de un importante libro sobre Maquiavelo, colaborador de Les Temps Modernes hasta su ruptura con Sartre en 1953, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Escuela de Estudios Superiores, es una figura destacada de la filosof¨ªa francesa contempor¨¢nea.
Empez¨® denunciando en su conferencia la ausencia de una filosof¨ªa pol¨ªtica en nuestra ¨¦poca. Las razones por las cuales ha sido descuidada la atribuye a la Universidad y a la divisi¨®n que se ha establecido entre ciencias humanas y filosof¨ªa, la filosof¨ªa suma de compartimentos estancos.
Esta parcelaci¨®n del saber es el resultado de la divisi¨®n del trabajo en la sociedad capitalista. La divisi¨®n del trabajo crea la necesidad de la especializaci¨®n, que es una forma de cerrar el camino del conocimiento. Estas limitaciones que se imponen es para lograr el dominio total sobre los individuos. La posici¨®n de una t¨¦cnica o de un saber es lo ¨²nico que se propone una buena universidad.
Pero en nuestro tiempo el profesor ya no tiene autoridad, le es negada por el estudiante y por el mismo profesor, lo que revela las nuevas relaciones de poder en nuestra sociedad, tendencia que busca hacer menos visible el poder. Paralelamente, la ciencia pol¨ªtica se limita al conocimiento de las instituciones del Estado, del Parlamento, de la sociolog¨ªa electoral, etc¨¦tera.
La filosof¨ªa pol¨ªtica ha sido y es una historia de las doctrinas pol¨ªticas, lo que es otra forma de ocultar la relaci¨®n entre la filosof¨ªa y el poder.
La pol¨ªtica es filosof¨ªa
Sin embargo, para los cl¨¢sicos como Espinosa y Hegel, la pol¨ªtica no era una provincia de la filosof¨ªa, sino la filosof¨ªa misma e inseparables. Hay una filosof¨ªa pol¨ªtica que es responsable de esta ausencia de una filosof¨ªa pol¨ªtica: el marxismo. El rol que desempe?¨® el marxismo al pretender desvelar lo oculto y revelar la realidad a las apariencias pretend¨ªa denunciar la mentira de los discursos estatales y pol¨ªticos para denunciar los conflictos reales que se escond¨ªan tras estas apariencias.Pero de esta forma el marxismo contribuy¨® a esterilizar la interrogaci¨®n pol¨ªtica, al considerar la pol¨ªtica como una mera ilusi¨®n o proyecci¨®n de la econom¨ªa, olvidando la funci¨®n del Estado, de la naci¨®n, del pueblo. El marxismo ha completado la ciencia pol¨ªtica de la burgues¨ªa al desde?ar la recepci¨®n sobre el poder pol¨ªtico.
Por ¨²ltimo estudi¨® lo que es la democracia moderna. Emana de la soberan¨ªa del pueblo por el sufragio universal. Aunque ha sido denunciada como un mito, un mero juego, es una realidad esencial y contradictoria. As¨ª, la democracia es el poder que nace del pueblo y emerge de la sociedad, lo que supone una pulverizaci¨®n en ¨¢tomos individuales de la sociedad y que por el milagro electoral resurge un pueblo y un poder, pero la intenci¨®n oculta de esta farsa electoral es la de manifestar que el poder est¨¢ vac¨ªo, y el voto peri¨®dico cada cuatro o cinco a?os cubre ese vac¨ªo y constituye de nuevo el poder por un Gobierno que dice representar al pueblo. En consecuencia, la democracia niega la sustancia y la realidad de la sociedad y, a la vez, la presencia del poder y del pueblo.
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