Albert Boadella: "No se puede reprochar a los militares el uso de sus c¨®digos"
Ayer fueron hechas p¨²blicas las primeras manifestaciones de Albert Boadella, director del grupo teatral Els Joglars, que actualmente se encuentra huido en Francia. Al mismo tiempo se precis¨® que Boadella protagonizar¨¢ el pr¨®ximo lunes una rueda de prensa en el teatro Les Bouches du Nord, de Par¨ªs.
?No se puede reprochar a los militares -afirma Boadella en sus declaraciones- la utilizaci¨®n de sus c¨®digos, aunque parad¨®jicamente algunos de los art¨ªculos posean en nuestros d¨ªas vigencia sobre los civiles, pero s¨ª lo concreto a las autoridades de la IV Regi¨®n, por tratamos a lo largo de todo el proceso con un inflexible exceso de rigor, dada la intransigencia en la aplicaci¨®n de dichos c¨®digos, ignoraron que trataban a un grupo de artistas largamente dedicados al servicio de la cultura de nuestro pueblo y no de una banda de gansters que pese a ser iguales ante la ley difieren ostensiblemente en sus objetivos profesionales.?Boadella afirma tambi¨¦n en sus declaraciones que piensa que ?se ha adolecido en todo momento de una aplicaci¨®n medida, serena y generosa de la justicia. Esta, dej¨¢ndose influir por acontecimientos externos, se ha convertido en una demostraci¨®n p¨²blica de poder, realizada en un momento bien inoportuno y lo que parece a¨²n m¨¢s grave, actuando bajo desconocidos intereses pol¨ªticos que llegan hasta el punto de reconocerme p¨²blicamente como ?cabeza de turco? por parte del presidente de Catalu?a.
M¨¢s adelante, el director de Els Joglars afirma que ?desconoce los motivos por los que en esta ocasi¨®n el Ej¨¦rcito, que desea hoy su plena identificaci¨®n con el pueblo, haya tenido en este caso una actuaci¨®n tan alejada del deseo profundo de ¨¦ste, que ha contemplado alucinado c¨®mo se encarcelaba a sus artistas sin llegar a comprender qu¨¦ delito tan grave puede producirse sobre un escenario, que merezca un consejo de guerra, formajudicial tan temida, de agrios recuerdos pasados y defendida s¨®lo en este caso por los sectores m¨¢s reaccionarios del pa¨ªs. Si bien todo ello ha sido llevado m¨¢s o menos dentro de esta legalidad anacr¨®nica hay que reconocer, sin embargo, su total inoportunidad?.
En sus declaraciones, Albert Boadella ataca muy duramente a los partidos parlamentarios presentes en Catalu?a. Al respecto afirma textualmente: ?Es necesario y doloroso denunciar tambi¨¦n la absoluta ineficacia de los hombres y partidos elegidos por el pueblo de Catalu?a. Su actuaci¨®n temerosa, justificada bajo el lema de la prudencia, se ha revelado incapaz de evitar este consejo y su condena, significaci¨®n clara de su atentado despiadado a la libre creaci¨®n del artista y a una cultura que ellos deben estimular y proteger como patrimonio del pueblo que les vot¨® por encima de sus pactos y partidismos del momento. Sus manifiestos y m¨ªtines no han representado m¨¢s que una visible excusa para autojustificarse p¨²blicamente y camuflar en el fondo su total inoperancia ante los hechos. Espero que ante la realidad actual, divididos nosotros entre la c¨¢rcel y el exilio, como en los viejos tiempos, sirva ello de revulsivo a nuestros pol¨ªticos para decidirse alg¨²n d¨ªa a lavar la cara de la predemocracia. Toda esta serie de circunstancias deprimentes, salvo la ¨²nica excepci¨®n solidaria de algunos sectores, provocaron en todos nosotros (excepto en Andr¨¦u) la decisi¨®n del exilio, ello antes que someternos a un consejo de guerra que intu¨ªamos previamente condenatorio.?
En sus declaraciones Boadella afirma tambi¨¦n: ?La decisi¨®n de exilio s¨®lo era reprimida al resto del grupo por mi encarcelamiento y tambi¨¦n en alguna ocasi¨®n por creer todos (ingenuamente) en una intervenci¨®n m¨¢s en¨¦rgica y afortunada de nuestros pol¨ªticos. Por ello en el momento en que consegu¨ª encontrarme en un lugar m¨¢s id¨®neo para la evasi¨®n, como era el hospital, la decisi¨®n del exilio se proyect¨® para unas horas antes del consejo, a fin de apurar todas las posibilidades para evitar su celebraci¨®n. Desconozco los motivos de ¨²ltima hora por los que algunos compa?eros decidieron presentarse aljuicio, a pesar de esperarlo condenatorio, deben ser con toda seguridad razones de gran peso las que les han llevado a aceptar voluntariamente la c¨¢rcel; ante ello nosotros no tendremos, m¨¢s objetivo que contribuir a su propia libertad.?
El director de Els Joglars afirma tambi¨¦n: ?Es necesario destacar tambi¨¦n que a lo largo de este asunto ofrecimos por nuestra parte constantes posibilidades para aliviar la tensi¨®n, no s¨®lo en declaraciones donde dej¨¢bamos bien patente la falta de objetivo injurioso de la obra, sino que llegamos hasta el punto de contener durante unas semanas la reacci¨®n p¨²blica del caso a fin de dispensar la animosidad que pudiera provocar. La ¨²nica respuesta a esta actitud fueron las constantes promesas sobre mi libertad inmediata.?
Respecto al contenido de la obra La Torna, objeto del proceso, Boadella afirma lo siguiente: ?Tanto por lo que hace referencia a la obra as¨ª como a todo el contenido de estas declaraciones, no desear¨ªa que se interpretase la posici¨®n cr¨ªtica sobre ciertas actuaciones y autoridades militares como una posici¨®n contraria al Ej¨¦rcito. Es precisamente ante las conciliadoras manifestaciones de respeto democr¨¢tico y alejamiento de privilegios pasados, declaradas ¨²ltimamente por los m¨¢ximos estamentos militares de la naci¨®n, cuando surge la contradicci¨®n de los hechos de los cuales nos parece haber sido v¨ªctimas pascuales.?
Sobre el mismo tema Boadella agrega: ?No deber¨ªa confundirse la actitud cr¨ªtica reducida a personas determinadas con el ataque generalizado contra una instituci¨®n que merece mi respeto, pero es necesario admitir que no siendo nadie poseedor del poder divino, de la verdad absoluta, la mejor f¨®rmula para mantener viva una tan alta instituci¨®n nacional es aceptando la posibilidad de error y por tanto de la cr¨ªtica externa, sin que sea necesario para impedir ¨¦sta que surja con demasiada facilidad el "clich¨¦ de la injuria o el insulto".?
En sus manifestaciones Boadella afirma taribi¨¦n que ?me resulta, no obstante, dif¨ªcil ser objetivo en mis razonamientos, despu¨¦s de recibir este golpe p¨®stumo del franquismo, pero desear¨ªa sinceramente no echar m¨¢s le?a al fuego de la confusi¨®n que ha presidido en muchos aspectos el desenvolvimiento de este asunto, siendo lo m¨¢s ecu¨¢nime posible?.
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