"El Estado no puede convertirse en un hospital o asilo de empresas"
Pregunta: ?Qu¨¦ representa Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n en el actual Gabinete?Respuesta: Me alegra que me haga esa pregunta. Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n es un profesional que defiende los intereses que la naci¨®n tiene encomendados al Ministerio de Industria y Energ¨ªa. Ni m¨¢s ni menos. Durante casi veinticinco a?os de vida profesional he trabajado -dentro y fuera de nuestra patria- en el sector sider¨²rgico, el naval y el de bienes de equipo, as¨ª como en el campo financiero y en el del petr¨®leo. Creo que conozco el mundo de la empresa, y con toda ilusi¨®n tratar¨¦ de poner al servicio de Espa?a mi experiencia y toda mi capacidad de entrega para tratar de resolver los problemas actuales, especialmente los de nuestra industria, colaborando as¨ª dentro del equipo del Gobierno a la consolidaci¨®n del modelo de sociedad de libertades que los espa?oles elegimos el pasado 15 de junio.
P.: ?Cu¨¢l es el papel del Ministerio? ?La representaci¨®n de los sectores industriales ante el Gobierno? ?Ser correa de transmisi¨®n de las decisiones del Gobierno a los sectores?
R.: Espa?a tuvo un fuerte intervencionismo estatal durante la etapa de reconstrucci¨®n industrial, intervencionismo que se mantuvo despu¨¦s bajo formas diversas y que ha durado demasiado. Ese intervencionismo debe dejar ahora paso a una pol¨ªtica industrial de creaci¨®n, reestructuraci¨®n y coordinaci¨®n:
- Creaci¨®n para garantizar que nuestro pa¨ªs tendr¨¢ en las pr¨®ximas d¨¦cadas la capacidad adecuada para atender la demanda econ¨®mica justificada.
- Reestructuraci¨®n para asegurar que esa capacidad adecuada reduce los consumos energ¨¦ticos, y de inputs importados, y crea los suficientes puestos de trabajo.
- Coordinaci¨®n para hacer firme el cumplimiento de la pol¨ªtica econ¨®mica y general del Gobierno.
El Ministerio aplicar¨¢ estas grandes l¨ªneas de pol¨ªtica y marcar¨¢ las reglas de juego en lo industrial, dejando, paulatinamente, que los sectores y las empresas definan y resuelvan sus estrategias y planes a plazo corto coherentes con esta pol¨ªtica. Espa?a ha de reasignar sus recursos, y ha de reasignarlos mediante el mercado, y el mercado para todos. No tendr¨ªa sentido que el Ministerio de Industria y Energ¨ªa defendiese ni dejase de defender a los sectores, que son muy libres y capaces de defenderse por s¨ª solos.
Ha habido quiz¨¢ un exceso de paternalismo por parte de todos, y los part¨ªcipes del sistema econ¨®mico tenemos que ir poco a poco asumiendo las responsabilidades que a cada uno nos corresponden en el marco de la econom¨ªa social de mercado.
La reasignaci¨®n de recursos a trav¨¦s de la correspondiente reconversi¨®n de nuestro modelo es fundamental para poder tener un crecimiento estable que haga frente a las necesidades sociales de nuestro pueblo. Hay que ir a una utilizaci¨®n m¨¢s intensiva de la mano de obra, un mejor aprovechamiento de la energ¨ªa, un saneamiento definitivo de nuestro d¨¦ficit exterior y un mejor equilibrio sectorial y regional. Esto implicar¨¢ una pol¨ªtica diferente de costes, eliminando el encarecimiento o subvenci¨®n artificial de algunos de ellos.
De forma especial, la pol¨ªtica industrial que se aplique debe tener presente el apoyo necesario a la pol¨ªtica de empleo a corto, medio y largo plazo, para proporcionar puestos de trabajo suficientes para las nuevas generaciones.
P.: ?Considera adecuada y suficiente la dotaci¨®n actual del ministerio? ?Ha pensado en alguna reestructuraci¨®n org¨¢nica del mismo?
R.: La dotaci¨®n actual del ministerio, como consecuencia de lo que dec¨ªa antes, no es, quiz¨¢, totalmente adecuada, porque responde m¨¢s a la ¨¦poca intervencionista del pasado que a la ¨¦poca creativa que hay que potenciar al m¨¢ximo en el futuro. La base del Ministerio, por tanto, debe responder, y a ello ir¨¢ encaminada la reestructuraci¨®n que se estudie, a dos l¨ªneas de acci¨®n: la primera es llevar la iniciativa para definir las estrategias econ¨®mica, a la que tan dados hesentido econ¨®mico global y a plazo largo que evite los parches y las medidas parciales. La segunda l¨ªnea de acci¨®n es consolidar y racionalizar cada vez m¨¢s la legislaci¨®n actual, para adaptarla a lo que queremos que nuestras estructuras industriales sean en el futuro.
Todo ello implica la inserci¨®n de las pol¨ªticas sectoriales en la necesaria visi¨®n macroecon¨®mica a largo plazo y la supresi¨®n de contemplaciones parciales de los diversos aspectos de la problem¨¢tica econ¨®mica a la que tan dados hemos sido los espa?oles en el pasado. Resumo en dos palabras: visi¨®n global y estrategia, en lugar de parches y puras t¨¢cticas.
P: ?Cree que es el momento de ir a un cierto relanzamiento de la econom¨ªa? ?Por qu¨¦? ?En qu¨¦ condiciones?
R.: La crisis que estamos atravesando es de larga duraci¨®n y se agrava por la coincidencia de una d¨¦bil coyuntura nacional e internacional con los defectos conocidos de nuestras estructuras.
El programa econ¨®mico del Gobierno en el marco de los acuerdos de la Moncloa ha abordado prioritariamente la correcci¨®n de los desequilibrios interno y externo (inflaci¨®n y d¨¦ficit de la balanza), y en este terreno se han conseguido logros importantes, que hay ahora que consolidar para poder ir a un relanzamiento de la econom¨ªa desde una posici¨®n de equilibrio. Son todav¨ªa grandes los esfuerzos que tendremos que realizar y los sacrificios que todos los espa?oles tendremos que compartir, pero los logros antes aludidos nos van a permitir una mejor posici¨®n; la tasa anual equivalente de inflaci¨®n, aunque a¨²n ser¨¢ de dos d¨ªgitos a finales de a?o, permite ya a los inversores afinar sus perspectivas de costes y beneficios; y la demanda dom¨¦stica y exterior, despu¨¦s del bache que ya dura desde el a?o pasado, comenzar¨¢ a alegrar el panorama. Mientras llega el momento ¨®ptimo de relanzar la econom¨ªa, el sector p¨²blico puede aumentar sus posiciones de gasto, para compensar la aton¨ªa inversora del sector privado. Aunque tambi¨¦n aqu¨ª espero una mejor¨ªa de perspectivas, para el segundo semestre de este a?o, en algunos sectores importantes, como se deduce de los ¨²ltimos resultados de la, encuesta de coyuntura industrial, lo que ayudar¨¢ a recobrar la ilusi¨®n y confianza de ahorradores e inversionistas.
P.: ?Qu¨¦ papel cree que debe jugar el INI en estos momentos?
R.: El INI debe ser el instrumento de la pol¨ªtica industrial p¨²blica en tres campos:
- Primero, ser el ejecutor de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, en lo que al sector industrial se refiere; por ejemplo, impulsando los efectos multiplicadores a nivel regional, promoviendo y coordinando la utilizaci¨®n de sectores con tecnolog¨ªa avanzada, promocionando al m¨¢ximo la creaci¨®n de puestos de trabajo y fomentando la exportaci¨®n.
Segundo, ayudar a la reestructaraci¨®n de los sectores en los que el Instituto tenga una influencia y participaci¨®n sustancial y en los que el Ministerio base su pol¨ªtica de reconversi¨®n y consiguiente reasignaci¨®n de recursos.
- Tercero, saneando y consolidando la cartera que actualmente lleva de manera que no se subvencionen empresas ineficientes ni se prive de una sana competencia a las empresas eficaces. Es decir, que exista una verdadera igualdad de oportunidades y una gesti¨®n eficaz en todos los aspectos de la empresa.
P.: ?Cree que debe hacerse cargo el Estado de empresas privadas que pasen por una situaci¨®n grave? ?En qu¨¦ t¨¦rminos?
R.: El Estado no puede convertirse en un hospital o asilo de empresas, porque los asilos no tienen sentido en econom¨ªa. Dicho esto, los t¨¦rminos de la intervenci¨®n del Estado no pueden ser m¨¢s claros: s¨®lo debe intervenir como protagonista cuando lo exijan razones de inter¨¦s estrat¨¦gico general, o cuando el mercado falla, y el mercado puede fallar en tres situaciones. La primera es cuando hay monopolios naturales que podr¨ªan perjudicar los intereses de los consumidores. La segunda es cuando al mercado le vienen excesivamente grandes los vol¨²menes de una actividad. Este es el caso en que el pa¨ªs necesita un producto o un servicio al menor coste, pero las enormes necesidades de financiaci¨®n exceden la capacidad de cualquier fuente privada de fondos; en esta circunstancias, solamente el Estado puede coordinar el reparto de los costes de reestructuraci¨®n, y financiaci¨®n, entre consumidores dom¨¦sticos y exteriores, entre sector privado y p¨²blico, y ahorro, adem¨¢s de establecer una estrategia nacional a plazo largo que ?in pida que vuelvan a repetirse los mismos problemas dentro de alg¨²n tiempo. La tercera situaci¨®n es cuando los representantes soberanos de los ciudadanos deciden hacer intervenir al Estado para que se haga cargo de empresas de inter¨¦s nacional por motivos de defensa, sociales, etc¨¦tera. Por supuesto que esas excepciones est¨¢n sujetas a una ley elemental: no hay m¨¢s cera que la que arde, no hay m¨¢s recursos reales y financiaci¨®n que los que el pa¨ªs tiene. En otras palabras, la intervenci¨®n del Estado debe disminuir algunos costes, y resultar en beneficios, pero no debe servir en ning¨²n caso para perpetuar situaciones ineficientes que de todas maneras habr¨ªa que solucionar alg¨²n d¨ªa.
Las decisiones para que una empresa est¨¦ en el sector p¨²blico deben ser de orden estrat¨¦gico y sectorial, consecuencia del inter¨¦s general del pueblo espa?ol, como antes alud¨ªa, y no de puras circunstancias coyunturales.
Es decir, creo que cuando existan problemas de gesti¨®n en una empresa del sector privado, la soluci¨®n de ¨¦stos debe abordarse desde el propio sector y con un planteamiento muy realista de buscar salidas verdaderamente viables, negociadas y asumidas por las partes que garanticen la supervivencia del proyecto. No me parece admisible como sistema la pol¨ªtica de sociabilizaci¨®n de p¨¦rdidas y de intentar trasladar los problemas a la Administraci¨®n.
Eso no obsta para que la Administraci¨®n propicie soluciones -como acabamos de hacer en varios casos muy conocidos-, pero actuando s¨®lo como catalizador y, como usted sabe muy bien, un catalizador facilita una reacci¨®n, pero no interviene en ella. Nuestro papel debe ser apoyar, pero no sustituir a los protagonistas. Espero, en este sentido, que pronto dispondremos de un modelo ensayado que nos podr¨¢ servir de pauta para el tratamiento de las empresas industriales en crisis. Incluso dir¨ªa que espero pronto pueda estar montada una estructura con independencia, credibilidad y capacidad de gesti¨®n suficiente para desarrollar esa funci¨®n, al estilo de los entes que existen con ¨¦xito en otros pa¨ªses europeos.
P.: Desde hace muchos meses se espera que Industria proponga medidas de reestructuraci¨®n de sectores como el sider¨²rgico, naval, bienes de equipo y textil. ?En qu¨¦ fase se encuentran los proyectos? ?Cu¨¢l es su criterio sobre este punto?
R.: El Ministerio y partes interesadas est¨¢n trabajando sin parar para poner a punto planes de acci¨®n concretos de reestructuraci¨®n de los sectores mayormente afectados por la crisis que resulten en el m¨ªnimo coste social.
En lo que se refiere al sector sider¨²rgico, contemplamos un conjunto de medidas urgentes econ¨®micas, financieras e industriales que superen la grave situaci¨®n del sector a corto plazo y pretendemos estudiar un programa de acci¨®n industrial a cuatro a?os que consolide la soluci¨®n.
El contenido de esas medidas est¨¢ siendo objeto de conversaciones en este momento con las partes interesadas.
En lo que se refiere al sector naval, estoy hondamente preocupado por el coste social que puede entra?ar la necesaria reestructuraci¨®n. Espero tener terminados los estudios en un plaz¨® de dos semanas y pasar a verlos con las partes interesadas, as¨ª como presentarlos en un pr¨®ximo Consejo de Ministros. Estoy tratando con todos mis colaboradores, los trabajadores y los empresarios del sector, de buscar f¨®rmulas imaginativas que nos ayuden a reducir este coste social, ,que preveo puede ser elevado y, repito, me tiene seriamente preocupado.
En todo caso, en las reuniones que con unos y otros hemos mantenido, estamos todos decididos a evitar los parches y a ir a soluciones en profundidad, planteadas desde posiciones realistas y con un esp¨ªritu de di¨¢logo abierto.
Estamos estudiando tambi¨¦n otros sectores industriales, como el de bienes de equipo, etc¨¦tera, cuyos planteamientos espero est¨¦n concluidos en esta primavera. Sin embargo, dir¨ªa que lo que m¨¢s me preocupa es definir la filosofla y los criterios b¨¢sicos a sustentar dentro de una gran flexibilidad, pero evitando la improvisaci¨®n.
En todo caso, deseo aclarar que el Ministerio aportar¨¢ su trabajo para coordinar y guiar el de las partes interesadas de los sectores, que son los que tienen que definir, finalmente, la estrategia. El Ministerio tiene que saber hacer preguntas y ordenar las respuestas que se le den en el contexto de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. El Ministerio tambi¨¦n apoyar¨¢ con me didas legales las acciones de reestructuraci¨®n, siempre que las em presas que las soliciten acepten los t¨¦rminos de apoyo del Estado. Y llevar¨¦ adelante, por supuesto, la acciones necesarias en las empre sas que est¨¢n bajo su ¨®rbita.
P.: El plan eneg¨¦rtico ocup¨® buena parte del esfuerzo de su predecesor. ?Cu¨¢les son sus criterios sobre este punto?
R.: Conf¨ªo, que, en un plazo muy breve, me ser¨¢ posible presentar al Gobierno una planificaci¨®n adecuada para el sector energ¨¦tico, dentro de la cual las empresas de los distintos subsectores habr¨¢n de encajar ordenamente sus planes respectivos. En este sentido puedo confirmarle que ya he iniciado los necesarios contactos con mis colegas de otros departamentos, con objeto de perfilar aquellos aspectos que han de ser resueltos en estrecha colaboraci¨®n interministerial.
La planificaci¨®n energ¨¦tica y la correspondiente ordenaci¨®n administrativa y sectorial habr¨¢ de responder a la consideraci¨®n b¨¢sica de que la energ¨ªa es un elemento fundamental para el desarrollo de la naci¨®n y, por ello, la programaci¨®n de las actuaciones de los distintos subsectores, y no digamos de las empresas que se enmarcan en cada uno de ellos, debe estar rigurosamente supeditada al Plan Energ¨¦tico Nacional y, a su vez, ¨¦ste ha de ser perfectamente coherente con la planificaci¨®n econ¨®mica.
En cuanto a los objetivos que se persiguen, son ya conocidos y, en definitiva, comunes con las pol¨ªticas energ¨¦ticas de todos los pa¨ªses desarrollados, cuyos abastecimientos dependen fuertemente del exterior. Esto lleva consigo la aplicaci¨®n de medidas de mejor utilizaci¨®n de la energ¨ªa, el fomento, por tanto, de las inversiones que mejoren la eficiencia de los procesos productivos, la activaci¨®n de los planes de aprovechamiento de los recursos energ¨¦ticos propios, la diversificaci¨®n de nuestros abastecimientos, no solamente desde el punto de vista geogr¨¢fico, sino mediante la introducci¨®n de formas de energ¨ªa convencionales que, como la nuclear, sustituyan directamente importaciones de petr¨®leo; el desarrollo tecnol¨®gico que permita el aprovechamiento de nuevas fuentes, y me refiero particularmente a la energ¨ªa solar, geot¨¦rmica y la utilizaci¨®n energ¨¦tica de los residuos, tanto industriales como urbanos, y todo ello, naturalmente, dentro de una aplicaci¨®n cada vez m¨¢s exigente de las normas de protecci¨®n ambiental.
El ordenamiento que acompa?ar¨¢ el plan comprender¨¢ tambi¨¦n el necesario refuerzo de la actuaci¨®n administrativa de control y el seguimiento continuado de las actuaciones sectoriales y empresariales en todos sus aspectos, buscando la adecuada coordinaci¨®n y poniendo un ¨¦nfasis especial en los temas de seguridad y el mejor aprovechamiento de los recursos energ¨¦ticos nacionales. En algunos casos, de notoria importancia, se modificar¨¢n en todo lo necesario los esquemas vigentes, as¨ª, por ejemplo, la energ¨ªa nuclear, ¨¢rea en que la supervisi¨®n sobre el dise?o, construcci¨®n y explotaci¨®n de las instalaciones va a intensificarse reorganizando y dotando para ello los ¨®rganos competentes.
En fin, espero que en ese plazo muy breve a que alud¨ªa al principio, tendremos debidamente a punto todos los planteamientos necesarios y podremos volver a charlar largamente sobre esta cuesti¨®n.
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