"Tras la Constituci¨®n adoptaremos modos de gobierno plenamente democr¨¢ticos"
El presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, respondi¨® ayer al emplazamiento que le hizo el Congreso, en la sesi¨®n del pasado 1 de marzo, para que explicase el porqu¨¦ de la remodelaci¨®n del Gabinete. El se?or Su¨¢rez ofreci¨® breves explicaciones sobre este extremo, negando que se pudiese hablar de crisis; analiz¨® la pol¨ªtica econ¨®mico-social e insisti¨® en que la Constituci¨®n debe ser obtenida por consenso. Afirm¨® que los objetivos prioritarios son la aprobaci¨®n r¨¢pida de la Constituci¨®n, y la resoluci¨®n de los temas econ¨®mico-sociales, de seguridad ciudadana y de pol¨ªtica exterior.El presidente comenz¨® explicando su presencia en el Congreso: ?Aunque no rigen a¨²n normas constitucionales concretas, aun no existiendo todav¨ªa -dijo- obligaciones constitucionales espec¨ªficas que vinculen indeclinablemente al Gobierno, es necesario aceptar sin reservas la voluntad mayoritaria del Parlamento?
?Poner en cuesti¨®n -continu¨®- las decisiones parlamentarias adoptadas reglamentariamente, cuando las matem¨¢ticas de los votos no resultan favorables, ser¨ªa prestar un flaco servicio al inmediato porvenir de la democracia espa?ola?.
Seg¨²n el se?or Su¨¢rez, la explicaci¨®n sobre los cambios en el Gobierno ?es muy sencilla?. Se refiri¨® al hecho desencadenante de la dimisi¨®n de Enrique Fuentes, de que dijo ?ha cumplido la funci¨®n que se le hab¨ªa encomendado -dise?ar un programa y colaborar en la aceptaci¨®n de ese programa-, misi¨®n que ¨¦l consideraba la propia de un t¨¦cnico independiente no sujeto a disciplina de partido?.
?No ha habido, pues -prosigui¨®-, lo que en t¨¦cnica parlamentaria se llama crisis de Gobierno, ni resulta, por tanto, correcto hablar de la pol¨ªtica del nuevo Gobierno como algo distinto, por quiebra de l¨ªnea o de objetivos de la pol¨ªtica hasta ahora seguida.?
Respecto a la posible pol¨ªtica del ?nuevo Gobierno? asegur¨® que ?no existe, en puro rigor t¨¦cnico, un Gobierno nuevo, tal y como se entender¨ªa esa expresi¨®n en la pr¨¢ctica pol¨ªtica de los reg¨ªmenes democr¨¢ticos, y menos a¨²n un nuevo programa que explicar o del que dar cuenta?. En ¨²ltimo t¨¦rmino, el se?or Su¨¢rez se refiri¨® a los cambios en la composici¨®n del Gabinete, asegurando que ?en todo caso, esa es mi responsabilidad?.
Analiz¨® despu¨¦s la pol¨ªtica de su Gabinete, y asegur¨® que ?la singularidad de nuestra forma de gobernar, en esta etapa de transici¨®n, puede justificar en parte el clima de desconcierto, de malestar y hasta de pesimismo que existe en ciertos sectores de la poblaci¨®n espa?ola?.
?En otra amplia medida -continu¨®-, esa actitud de descontento y de desconfianza en el futuro est¨¢ determinada por algunos datos de la realidad objetiva y por el negativismo, el car¨¢cter catastrofista y las interpretaciones extremadas con que se utilizan, en ocasiones, aspectos muy concretos de la situaci¨®n actual.?
Hizo un llamamiento a la cautela, al afirmar que ?es obligaci¨®n de las Cortes y del Gobierno valorar el ritmo y la amplitud de los cambios para que, por razones de acumulaci¨®n en el tiempo, no se produzca un cierto rechazo social a un proceso de cambio cuyo horizonte final desean todos los espa?oles?. Insisti¨® en que el objetivo fundamental es consolidar la democracia, tarea que defini¨® como ?nuevo objetivo prioritario, antepuesto a los que pueden ser objetivos de partido. Y no contribuir¨¢n a esa consolidaci¨®n quienes no sean capaces de subordinar sus leg¨ªtimos proyectos pol¨ªticos de grupo, incluso a veces la dial¨¦ctica Gobierno-Oposici¨®n a la instauraci¨®n y mantenimiento de una confianza general de los ciudadanos en el Estado democr¨¢tico y en sus instituciones?.
?Es l¨®gico -agreg¨®- que mi Gabinete estuviera y est¨¦ directamente afectado por la necesidad de anteponer, en las actuales circunstancias, la pol¨ªtica de Estado a la pol¨ªtica de Gobierno. Esta misma exigencia se ha planteado tambi¨¦n a todas las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas.?
Condicionamientos constitucionales
Seguidamente dijo que ?en una situaci¨®n de estabilidad constitucional, que no es todav¨ªa el caso de Espa?a, las opciones necesariamente diversas de gobierno pueden ser muchas m¨¢s y mucho m¨¢s profundas. Por el contrario, durante un proceso constituyente el Gobierno ha de limitar el alcance de esas opciones manteni¨¦ndose en niveles no sustanciales de disenso, porque son los ¨²nicos capaces de evitar lo que ser¨ªa el m¨¢s grave peligro para el cuerpo pol¨ªtico: la inexistencia de una concordia radical en el pa¨ªs, en la ra¨ªz, respecto a los elementos b¨¢sicos de la convivencia nacional.?
Reafirm¨® la necesidad del consenso para el texto constitucional y, tras explicar los acuerdos b¨¢sicos logrados en el pacto de la Moncloa, afirm¨® textualmente: ?Pero que conste que nadie pretende perpetuar y extender indefinidamente esta pol¨ªtica. En caso contrario podr¨ªa llegar a sustituirse la dial¨¦ctica mayor¨ªa-minor¨ªa por un sistema de democracia un¨¢nime, solo propia de los sistemas arcaicos o tribales o de los reg¨ªmenes pol¨ªticos totalitarios. Por ello urge terminar el proceso constituyente y sustituir en lo dem¨¢s el consenso por la moderaci¨®n en la defensa de las respectivas posiciones opuestas o divergentes.?
Econom¨ªa ?social y de mercado?
Se refiri¨® despu¨¦s a la situaci¨®n econ¨®mica y esquematiz¨® lo que m¨¢s tarde ampliar¨ªa el vicepresidente segundo, se?or Abril. Entre las ideas expuestas por Adolfo Su¨¢rez figura el hecho de que se ha iniciado una pol¨ªtica de saneamiento, al tiempo que una pol¨ªtica de reformas, ?que tratan de que nuestro sistema econ¨®mico, como piden nuestros empresarios, sea un sistema de econom¨ªa social de mercado, basado en la libre iniciativa y en la empresa privada. Cuando esto se pide, se olvida con frecuencia que ese sistema econ¨®mico -que rige los destinos de las sociedades industriales en Occidente- combina dos t¨¦rminos, social y de mercado, que deben hacerse compatibles?.
?El sistema debe ser de mercado -a?adi¨®-, abri¨¦ndolo a la competencia, acabando con los privilegios de sectores y empresas. Pero ese sistema de mercado debe ser social tambi¨¦n y esto significa, entre otras cosas, que las cargas fiscales se repartan con justicia, que sean capaces de sostener un sector p¨²blico transparente, que produzcan los bienes y servicios p¨²blicos de los que precisa una sociedad industrial.?
El presidente Su¨¢rez concluy¨® su tratamiento de la situaci¨®n econ¨®mica con la aseveraci¨®n de que las cifras del programa de saneamiento y reforma econ¨®mica abren una puerta para la esperanza, y que los reconocimientos internacionales al mismo no son gratuitos. Afirm¨® que ?en pol¨ªtica econ¨®mica es m¨¢s f¨¢cil decir empecemos que votar por la perseverancia del continuemos?, y concluy¨® que el Gobierno cumplir¨¢ y har¨¢ cumplir losacuerdos de la Moncloa.
Respecto a la seguridad ciudadana distingui¨® el desorden p¨²blico, ?producido por la transici¨®n pol¨ªtica, que se da necesariamente en todo proceso de cambio?, la criminalidad com¨²n, con ?aumentos consecuentes a las propias dif¨ªcultades econ¨®micas?, y la criminalidad de bandas armadas, respecto a las cuales asegur¨® la insistencia e combatirlas, aunque sin crear falSas esperanzas.
La pol¨ªtica exterior fue examinada por el presidente de manera muy gen¨¦rica, reiterando la necesidad de intensificar la acci¨®n en Europa, Am¨¦rica, el Mediterr¨¢neo y los pa¨ªses ¨¢rabes. ?Con las naciones africanas, de las que estuvimos muy alejados -mencion¨® expresamente- queremos llegar a una pol¨ªtica de mayor cooperaci¨®n?. Hizo tambi¨¦n referencia expresa al problema de los emigrantes.
Programa de futuro
La ¨²ltima parte del discurso estuvo dedicada a las intenciones y prop¨®sitos del Gobierno. ?La pol¨ªtica espa?ola actual -dijo, como idea inicial- no parte de una revoluci¨®n, ni est¨¢ en trance de agotamiento en sus f¨®rmulas democr¨¢ticas, pero tampoco ha llegado a la consolidaci¨®n definitiva de su nueva estructura pol¨ªtica. Estos tres datos son los que, consciente y reflexivamente, me hacen patrocinar, desde un Gobierno de partido, la pol¨ªtica de convergencia que estamos practicando.?
Insisti¨®, de diversas formas, en que la pol¨ªtica de confrontaci¨®n democr¨¢tica debe posponerse a la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n. ?Quiero adelantar -se?al¨®- que, una vez est¨¦ definitivamente la Constituci¨®n, aunque sigamos siendo fieles a los pactos y compromisos adquiridos, comenzaremos un modo de gobernar propio de sociedades plenamente democr¨¢ticas.?
Se?al¨® los desajustes de la legalidad vigente y dijo que los cambios que se han llevado a cabo para corregirlos ?mientras no se apruebe la Constituci¨®n, son necesariamente provisionales y precarios?. Y concluy¨® reiterando que ?es objetivo prioritario de mi Gobierno, al que estoy seguro se adhieren todas las fuerzas parlamentarias, la r¨¢pida aprobaci¨®n de nuestra futura Constituci¨®n?.
?Junto a la Constituci¨®n -continu¨®- el Gobierno entiende que las prioridades pol¨ªticas de nuestro pa¨ªs contin¨²an centr¨¢ndose en torno a la pol¨ªtica econ¨®mica social, a la defensa de la seguridad ciudadana y a nuestra pol¨ªtica internacional?. Y siempre sobre la base de los pactos de la Moncloa, invit¨® a todos los partidos ?a que compartan con nosotros, no s¨®lo la estricta aplicaci¨®n de los acuerdos, sino tambi¨¦n la atenci¨®n hacia estas importantes facetas complementarias. Este es nuestro reto en los pr¨®ximos meses?.
Finalmente expres¨® su esperanza de que las fuerzas sociales, las organizaciones empresariales y los sindicatos de trabajadores y otras entidades ?coincidan en la necesidad de alcanzar, en el m¨¢s breve plazo posible, la madurez institucional en una democracia plena?.
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