La alternativa socialista: una opci¨®n plural
Miembro del Comit¨¦ Central del PCE
La pasada crisis de gobierno y las expectativas ante el debate sobre pol¨ªtica general en el Congreso contribuyen a estimular la pol¨¦mica sobre la f¨®rmula de poder m¨¢s conveniente. Un art¨ªculo reciente de Mario Trinidad sosten¨ªa la viabilidad de la alternativa del PSOE en estos momentos junto a una visi¨®n cr¨ªtica de las posiciones del PCE. Es indudable, por otra parte, la urgencia de acertar ahora con el tipo de gobierno que pueda abordar y resolver los graves problemas pol¨ªticos y econ¨®micos con la finalidad de estabilizar la democracia: asegurar que el r¨¦gimen democr¨¢tico es una situaci¨®n irreversible, que nuestro pa¨ªs encuentra despu¨¦s de siglo y medio los mecanismos institucionales que configuran una sociedad democr¨¢tica y libre, hacer imposible la vuelta atr¨¢s reduciendo al aislamiento pol¨ªtico a los sectores claramente insolidarios del proceso democratizador.
Estamos en una fase constituyente, de transici¨®n. Todav¨ªa no est¨¢ aprobada la Constituci¨®n, hace falta cambiar los ayuntamientos mediante las elecciones municipales, estructurar los estatutos de autonom¨ªa. Hay que acometer la reforma democr¨¢tica del sector p¨²blico para que su actuaci¨®n sirva al inter¨¦s general; todav¨ªa el aparato del Estado responde a las caracter¨ªsticas de la dictadura. Es la etapa de construcci¨®n de la democracia plena en condiciones singulares y en el marco de la crisis econ¨®mica m¨¢s grave desde hace veinte a?os. Parece evidente que la culminaci¨®n de esa etapa s¨®lo es posible con el acuerdo del conjunto de las fuerzas democr¨¢ticas, que se ha de materializar en el consenso expl¨ªcito ante un programa de transformaciones pol¨ªticas y econ¨®micas. Es muy dif¨ªcil que la gesti¨®n de ese programa pol¨ªticos -los acuerdos de la Moncloa han sido un paso muy importante en ese sentido- pueda ser competencia exclusiva de un Gobierno UCD, fuerza minoritaria en el Parlamento y en la sociedad. Una de las razones principales para proponer un Gobierno de concentraci¨®n democr¨¢tica es precisa mente asegurar la coherencia entre el pacto pol¨ªtico de las fuerzas democr¨¢ticas mayoritarias y la posibilidad de su aplicaci¨®n.
Por supuesto, el objetivo del Gobierno de concentraci¨®n democr¨¢tica para este per¨ªodo de transici¨®n se engloba en la pol¨ªtica de concentraci¨®n democr¨¢tica. A pesar de las negativas y dificultades para formar el Gobierno de concentraci¨®n democr¨¢tica el PCE ha procurado ese compromiso pol¨ªtico de mayor¨ªa democr¨¢tica por diversos caminos: en el pacto de la Moncloa, en el proyecto de Constituci¨®n, en la ley Reguladora de las Elecciones Municipales, e impulsando el protagonismo de las fuerzas sociales, en particular de las centrales sindicales.
Los primeros avances en la convergencia de las corrientes democr¨¢ticas desencadenaron la ofensiva y la presi¨®n de los segmentos m¨¢s derechistas y olig¨¢rquicos, interesados en congelar el proceso democratizador y formar un gran bloque de derechas destinado a poner l¨ªmites permanentes a las libertades pol¨ªticas y reproducir el esquema de las dos Espa?as. Es conocido que esta campa?a se ha apoyado en los me dios m¨¢s conservadores de UCD ha contribuido al incumplimiento de cap¨ªtulos relevantes del pacto (por ejemplo el Plan Energ¨¦tico Nacional) y ha conseguido romper el acuerdo general en puntos concretos del texto constitucional. Es tos hechos hacen m¨¢s complejo todav¨ªa el proceso de consolidaci¨®n de la democracia, hacen m¨¢s necesario que los partidos de izquierda y progresistas muestren una capacidad de direcci¨®n para facilitar la convergencia de la gran mayor¨ªa del pa¨ªs, que quiere, sin duda, culminar el cambio democr¨¢tico.
Se trata de perfilar el bloque democr¨¢tico dominante que persigue la normalizaci¨®n democr¨¢tica del pa¨ªs, y adem¨¢s hacer frente a la crisis econ¨®mica. Es obligado restablecer la armon¨ªa entre la pol¨ªtica democr¨¢tica (medidas constituyentes y de cambio institucional) y la pol¨ªtica de las cosas (la eficacia superior del sistema democr¨¢tico para resolver los problemas socio-econ¨®micos), bandera esta ¨²ltima que en ning¨²n caso se puede dejar a los sectores no democr¨¢ticos. Las soluciones a la crisis pol¨ªtica y a la crisis econ¨®mica son inseparables; los trabajadores tienen que influir en las decisiones econ¨®micas para que haya un reparto real de los costes de la crisis y obtener reformas econ¨®micas b¨¢sicas que tambi¨¦n tienen un cierto car¨¢cter ?constituyente? prefigurador de futuro.
La alternativa de poder del PSOE no responde a la necesidad de traducir, aqu¨ª y ahora, en f¨®rmulas operativas parlamentarias y de gobierno, la mayor¨ªa democr¨¢tica que existe en la realidad. Y la cuesti¨®n no es solamente la resistencia de los famosos poderes f¨¢cticos. Los sectores econ¨®micos que son contrarios a los acuerdos de la Moncloa ser¨ªan, sin duda, la primera oposici¨®n. El problema est¨¢ en que un Gobierno PSOE hoy puede catalizar el agrupamiento en torno a la gran derecha de fuerzas dispersas o indecisas que no se oponen a la democracia. La alternativa PSOE planteada como posibilidad inmediata producir¨ªa desplazamientos de signo negativo dentro de esos centros de poder importantes, que tendr¨ªan una referencia pol¨ªtica en la gran derecha, donde podr¨ªan verse representados. Los poderes reales son realmente operativos si encuentran una mediaci¨®n pol¨ªtica para manifestarse. Con la actual correlaci¨®n de fuerzas y el peso parlamentario insuficiente del PSOE, tales mecanismos producen de hecho la polarizaci¨®n prematura de la sociedad cuando las entidades democr¨¢ticas no est¨¢n asentadas todav¨ªa. Nos encontrar¨ªamos ante una situaci¨®n de bloque pol¨ªtico y, por tanto, en peores condiciones respecto a los poderes f¨¢cticos e institucionales.
Por el contrario, el Gobierno de concentraci¨®n democr¨¢tica despejar¨ªa la situaci¨®n para la futura extensi¨®n y profundizaci¨®n de la democracia. El marco de una democracia que cuenta con la adhesi¨®n de los sectores mayoritarios del pa¨ªs, en cuyo nacimiento la contribuci¨®n de la izquierda ha sido decisiva, favorece el avance de las ideas socialistas y de la alternativa socialista que en ning¨²n caso puede confundirse con la alternativa de un solo partido. Quiz¨¢ uno de los puntos m¨¢s d¨¦biles de la alternativa de poder PSOE radique en que su formulaci¨®n parece basada en la concepci¨®n vulgar del bipartidismo.
La pol¨ªtica inmediata ha de responder a los intereses del pueblo, integrarse en la corriente democr¨¢tica general e interclasista en presencia, y ser coherente con el proyecto revolucionario de una opci¨®n socialista plural. En la actualidad no es posible ni deseable proponer un frente de izquierdas por las mismas razones expuestas, sino un bloque democr¨¢tico. Pero no se debe hipotecar hoy la futura y necesaria unidad de los partidos socialistas y progresistas, planteando la alternativa PSOE como el problema de un solo partido, resaltando los aspectos excluyentes de tal opci¨®n. La realidad y la historia dibujan un cuadro diversificado de los partidos que est¨¢n por el socialismo, PSOE y PCE principalmente, y esa diversidad fundamenta la viabilidad de la alternativa socialista y favorece la total armon¨ªa entre libertad y socialismo, que para ambos es una posici¨®n de principio. Gobierno de concentraci¨®n democr¨¢tica y alternativa socialista son, pues, dos propuestas que no deben ser enfrentadas y s¨ª articuladas adecuadamente en el corto y medio plazo del futuro de este pa¨ªs. Lo que falta es iniciar un debate abierto que ayude a esclarecer y aproximar las pol¨ªticas respectivas.
Una ¨²ltima consideraci¨®n. Es evidente que el Gobierno tiene la responsabilidad de no haber aplicado cap¨ªtulos relevantes del pacto de la Moncloa, que trabaja mirando hacia la derecha, que ha empeorado su posici¨®n en el debate constitucional. Sin embargo, la operatividad de unos acuerdos p¨²blicos y solemnes de esa importancia se prueba en la eficacia de algunos puntos resueltos y, sobre todo, porque el Gobierno se ha visto obligado a prometer el cumplimiento de los pactos, que pasan a ser otra vez eje de la actualidad pol¨ªtica. Si el PSOE hubiera volcado su peso pol¨ªtico y parlamentario apremiando la materializaci¨®n del pacto de la Moncloa, es muy posible que en estos momentos el horizonte pol¨ªtico y econ¨®mico fuera menos incierto y que los sectores derechistas hubieran encontrado m¨¢s dificultades para enmendar el proyecto de Constituci¨®n.
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