Francis Bacon inaugura hoy su exposici¨®n en Madrid
El pintor ingl¨¦s es un maestro del expresionismo contempor¨¢neo
Francis Bacon, uno de los grandes pintores contempor¨¢neos y uno de los artistas m¨¢s importantes de la historia universal de la pl¨¢stica, expone desde esta tarde 33 obras suyas en los salones de la Fundaci¨®n March, en Madrid. El catedr¨¢tico de Arte Antonio Bonet Correa pronunciar¨¢ una conferencia con motivo de la inauguraci¨®n. El acto se celebrar¨¢ a las ocho de la tarde. Es un acontecimiento.
Francis Racon, brit¨¢nico, nacido en Dubl¨ªn y trasladado pronto a Londres, tiene ahora 69 a?os. Su personalidad es controvertida y dif¨ªcil, como sus propios cuadros. Su autorretrato, un ejercicio de humildad, soberbia y violencia, es la expresi¨®n de tal complejidad. Su vida, guardada celosamente detr¨¢s de su silencio y de un car¨¢cter supuestamente hosco, es la de un ermita?o de la pintura que no observa prejuicio alguno cuando declara que para hacer un cuadro tan preciso y riguroso como La crucifixi¨®n se hallaba bajo los efectos de grandes dosis de alcohol y de continuas resacas. ?Pienso -le dijo a David Sylvester, su mejor entrevistador- que quiz¨¢ la bebida me ayudar¨¢ a sentirme m¨¢s libre.?Stephen Spender, el gran poeta ingl¨¦s que acudi¨® con W. H. Auden a la Espa?a de la guerra civil, ha escrito textos que subrayan los caracteres humanos de Francis Bacon, trasladados a la pintura. Para el artista, la creaci¨®n es un desaf¨ªo a la cr¨ªtica. ?Como h¨¦roe (o antih¨¦roe) -dice Spender- posee algunas de las cualidades del dandy baudelariano trasladado a este siglo. La mitolog¨ªa cristiana de sus pinturas no es una puerta trasera por la que pueden entrar sus creencias religiosas. Bacon pinta un mundo sin religi¨®n ni Dios, y la situaci¨®n b¨¢sica de su arte es la soledad del individuo en un mundo irremisiblemente laico y moderno.?
La soledad y la voluntad de ser m¨¢s libre, le explicaba Bacon a Sylvester, no proceden s¨®lo del deseo de traspasar las causas que motivan la soledad y la falta de libertad del ser humano. Proceden del desespero.
Sobre la personalidad de Francis Bacon se han tejido muchos mitos. Algunos se hallan subrayados por el mismo artista, quien reitera su tendencia alcoh¨®lica como elemento b¨¢sico en su lucha por la claridad y la precisi¨®n. Quienes le conocen personalmente dudan de que una obra como la ya suya provenga s¨®lo de la lucidez que el alcohol o la droga le podr¨ªan proporcionar. Francis Bacon calcula todos sus movimientos personales y pl¨¢sticos con una precisi¨®n que uno no se resiste a denominar brit¨¢nica. Su expresi¨®n verbal es, por otra parte, el reflejo de una lucidez y una inteligencia chispeante que ¨¦l ha ocultado tras el silencio y una afable sequedad.
Mitolog¨ªa del artista
El car¨¢cter bohemio, la homosexualidad, que tiene su origen en las relaciones inconscientes con su padre, forman parte tambi¨¦n de una mitolog¨ªa que el artista no se esfuerza en desmentir. Ese mismo Bacon al que se pinta como aficionado a los estimulantes y como destructor de su mejor obra puede estar horas analizando minuciosamente los fundamentos t¨¦cnicos de la pintura que utiliza y del lienzo sobre el que la usa.
Escepticismo
Si, como se espera, Francis Bacon viene a Madrid a la inauguraci¨®n de esta muestra, ser¨¢ porque ¨¦ste es un pa¨ªs que le atrae o porque hay alguna raz¨®n desconocida que le impulsa a acudir. La visi¨®n que los espectadores de su pintura tengan de la obra le importa muy poco. Habr¨ªa tres o cuatro personas en el mundo a las que le interesar¨ªa que les gustara su pintura. Darla igual si el resto del mundo no las contempla. El escepticismo de Bacon se refleja en la actitud que ha tenido ¨¦l mismo ante su propia obra. Un ni?o de la primera guerra mundial destruy¨® despu¨¦s de la segunda -cuando realmente comenz¨® a pintar- casi todo lo que hab¨ªa producido previamente. No se trata de una rebeld¨ªa en favor de la perfecci¨®n. Lo que ¨¦l hace desaparecer es muchas veces lo que m¨¢s le satisface, aquello que desde el punto de vista pl¨¢stico resulta m¨¢s convincente. Cuando la Fundaci¨®n March insiste en que los 33 cuadros que se exponen son parte de la producci¨®n de los ¨²ltimos diez a?os de Bacon no cita s¨®lo datos estad¨ªsticos. Cita el deseo del artista, que no ha querido que sean otros sino esos lienzos los que sobrevivan a su intenci¨®n de ser olvidado.
Deformaci¨®n y violencia
La deformaci¨®n facial, la violencia que proviene de los rostros y de los cuerpos espirales que pinta Bacon no es s¨®lo la expresi¨®n de una idea de desesperanza y de p¨¢nico que el artista extrae de sus obsesiones. El cuenta que uno de los espect¨¢culos que m¨¢s le impresionan es el de los mataderos de animales. El terror de los animales cuando van a ser sacrificados, el olor de la muerte, son elementos que funcionan como fuente de inspiraci¨®n de un modo m¨¢s eficaz que cualquier otra abstracci¨®n.
Obsesiones
Como los creadores conscientes de que la vida es lo que sustenta la expresi¨®n, este gran expresionista contempor¨¢neo acude a las im¨¢genes de la vida -?casi siempre las de una persona en particular?- para reflejar su mundo, las obsesiones que padece. Bacon considera que la fotograf¨ªa ofrece un inter¨¦s mayor que la pintura abstracta o figurativa. En su obra Bacon no oculta ese amor por lo fotogr¨¢fico como punto de partida para una destrucci¨®n de la imagen que Vel¨¢zquez tambi¨¦n se hubiera propuesto si hubiera sido ahora cuando pintara el retrato del papa Inocencio X, transformado por Bacon en una obra maestra del expresionismo contempor¨¢neo. No hay una reverencia del pasado pict¨®rico ni una. adoraci¨®n constante de los maestros -Vel¨¢zquez, Rembrandt- El an¨¢lisis de la pintura de los antepasados se hace con igual rigor que la toma de una fotograf¨ªa de carnet en una de esas cabinas callejeras de fotomat¨®n en la que uno es a un tiempo el artista y el personaje.
Y est¨¢ la obsesi¨®n por el cuerpo. Somos carne, dice Bacon, sin darle a la frase ning¨²n contenido expresamente filos¨®fico. ?Somos carne, cad¨¢veres potenciales. Cuando voy a una carnicer¨ªa me sorprendo de que no sea yo el que se halla all¨ª muerto y colgado, en lugar del animal.? Las radiograf¨ªas le han ayudado a Bacon a ir m¨¢s all¨¢ de la carne, para hacer una interpretaci¨®n global y atormentada de un cuerpo humano que ¨¦l recuerda gritando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.