Los conservadores, incapaces frente a los sindicatos
A los conservadores brit¨¢nicos les preocupa hoy mucho menos su fracaso parlamentario de hace unos d¨ªas, al intentar derrotar al Gobierno en la votaci¨®n del presupuesto presentado por el ministro de Hacienda, que el informe secreto recibido por su l¨ªder, Margaret Thatcher, y en el que virtualmente se concluye que un pr¨®ximo Gobierno conservador podr¨ªa ser incapaz de controlar a los sindicatos en una confrontaci¨®n directa.La holgada victoria laborista en la votaci¨®n de las principales medidas contempladas por el presupuesto del canciller del Exchequer es s¨®lo un contratiempo previsto en la estrategia tory a corto plazo. Las advertencias contenidas en el informe preparado durante dos a?os por un trust de cerebros conservadores, dirigido por Lord Carrington, l¨ªder del partido en la C¨¢mara de los Lores, son, sin embargo, una carga de profundidad en la misma filosof¨ªa pol¨ªtica de la formaci¨®n que aspira a tomar el relevo a los laboristas.
La afirmaci¨®n b¨¢sica del informe es que la fortaleza de los sindicatos brit¨¢nicos y la avanzada tecnolog¨ªa controlada por alguno de ellos, fundamentalmente en el campo de la energ¨ªa, impide a un Gobierno que se les enfrente asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales. La alternativa inmediata, el uso de las fuerzas armadas como soluci¨®n, es descartada por el informe conservador en base a dos argumentos: uno t¨¦cnico, que no hay tropas suficientes, otro pol¨ªtico, que destruir¨ªa la estructura y la materializaci¨®n cotidiana del sistema brit¨¢nico.
El informe de Lord Carrington. ha sido elaborado por un equipo de ex ministros conservadores y altos consejeros del partido, y consultado secretamente en cada una de sus fases con l¨ªderes industriales, t¨¦cnicos en diversos campos y altos ex funcionarios civiles. Seg¨²n sus redactores, la derrota conservadora de 1974 no se debi¨® a la incompetencia del entonces premier Edward Heath, sino a la primera manifestaci¨®n global de esta fuerza sindical -cuyos m¨¢s directos protagonistas fueron los mineros- que paraliz¨® virtualmente la vida f¨ªsica v econ¨®mica del pa¨ªs.
El partido de la oposici¨®n, parte en su informe de una situaci¨®n aguda de confrontaci¨®n con los sindicatos, pero en ning¨²n momento pone en tela de juicio su propia filosof¨ªa pol¨ªtica ni, por consiguiente, el papel de ¨¦sta como detonante de la hipot¨¦tica crisis.
El documento reconoce la falta de soluciones del partido para controlar un per¨ªodo de desorden industrial, y concluye que es Imposible hoy en Gran Breta?a superar una huelga general por el procedimiento utilizado por Baldwin en 1926; el mantenimiento de los suministros y servicios esenciales.
Un futuro Gobierno conservador, recomienda Lord Carrington, debe dar absoluta prioridad a la planificaci¨®n, en tiempos de ?paz?, de posibles situaciones de emergencia. Nada se debe escatimar para concentrar a los cerebros del partido en torno al estudio del tema, y la llamada unidad de contingencias civiles, que trabaja a las ¨®rdenes directas del primer ministro, deber¨ªa ser reforzada hasta el l¨ªmite por un eventual gabinete tory con el objetivo ¨²nico de no cometer el error de Heath en 1974: actuar en el ¨²ltimo minuto.
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