La exportaci¨®n de armas no puede resolver el problema del paro en Alemania

El ministro de Defensa de la Rep¨²blica Federal de Alemania considera ?falso desde el punto de vista econ¨®mico y pol¨ªticamente peligroso? el criterio cada vez m¨¢s dominante en las esferas empresariales de este pa¨ªs de que la creciente producci¨®n de armamento contribuye a mejorar la situaci¨®n de empleo en la RFA.

Seg¨²n el ministro, Hans Apel, la exportaci¨®n de armamento alem¨¢n, que ahora representa un 1 % del volumen total de env¨ªos al exterior, no puede resolver por s¨ª misma el problema del paro -postura esta que se diferencia notablemente de los sectores empresariales y sindicales- aunque al entender del ministro el Gobierno ?actuar¨ªa falsamente s¨ª decidiese en materia de exportaci¨®n de armas de un modo unilateral, restrictivo y parcial, ya que en esto como en todo, cualquier Gobierno necesita una cierta flexibilidad?.El ministro Apel, que ocupa el puesto de jefe de la Defensa de la RFA desde hace apenas tres meses, reconoce varias veces a lo largo de sus declaraciones al diario Frankfurter Rundschau, que no acaba de encontrar un concepto adecuado para resolver en forma global los problemas de organizaci¨®n de las Fuerzas Armadas alemanas, aunque se propone resolver caso por caso a medida que se vayan presentando. Algunos de estos pormenores han inquietado a los sectores militares m¨¢s desvinculados de las reformas pol¨ªticas desde el campo de la socialdemocracia.

Seg¨²n Apel, el programa de reforma ha quedado congelado por razones econ¨®micas y t¨¦cnicas y por ?el efecto que tendr¨ªa esta reforma en los soldados?. ?Yo no pretendo -ha a?adido Apel- convertir a nuestras Fuerzas Armadas en un potencial capaz de emprender una gran operaci¨®n de movilizaci¨®n en los pr¨®ximos a?os.?

Esta postura del ministro respecto de su propio departamento se refleja tambi¨¦n al pasar revista a la nueva situaci¨®n creada por el Bundesrat (C¨¢mara alta) a los j¨®venes objetores, sometidos nuevamente a la ?prueba de conciencia?.

Tras la primera intervenci¨®n del presidente federal, Walter Scheel, ante el generalato, seguida de duras cr¨ªticas por parte de ¨¦ste, el ministro parece abocado a nuevos conflictos con los jefes militares debido a sus posiciones personales.