"Voluntad de consolidar un gran partido de masas"
El documento sobre la unidad socialista, elaborado con motivo de la unificaci¨®n entre el PSOE y el PSP, fue le¨ªdo por Alfonso Guerra, de la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Espa?ol. El documento constata el imperativo unitario que anima al socialismo espa?ol y resalta la voluntad de? PSOE, tras la integraci¨®n en su seno del PSP, de ?consolidar un gran partido de masas?, cuando ya est¨¢ pr¨®xima la ejecuci¨®n de ?una alternativa socialista en Espa?a?.
?En este d¨ªa, v¨ªspera del 1 de mayo de 1978, se consuma la fusi¨®n del Partido Socialista Popular y del Partido Socialista Obrero Espa?ol, quedando integrados bajo las siglas del partido que fundara Pablo Iglesias, patrimonio moral com¨²n del socialismo democr¨¢tico en nuestro pa¨ªs.El PSP y el PSOE han decidido fusionarse tras haber constatado por medio de una comisi¨®n mixta constituida al efecto, la identidad sustancial de sus respectivos textos program¨¢ticos congresuales, de sus programas electorales, as¨ª como de la estrategia que ven¨ªan practicando.
La unidad de las clases trabajadoras en su tarea hist¨®rica de transformar la sociedad es un problema constante, te¨®rico y pr¨¢ctico, del movimiento obrero. La clase trabajadora tiene unos mismos intereses, pues todos los asalariados necesitan eliminar aquellas estructuras alienantes que les privan de la posesi¨®n plena de la riqueza producida, del dominio sobre su propio trabajo y, en suma, de realizarse ¨ªntegramente asimismos.
Ideas coincidentes
Pero los trabajadores no son m¨¢quinas, sino seres inteligentes, y por tanto interpretan de manera distinta el modo de defender sus intereses y as¨ª surgen distintas corrientes en el movimiento obrero que cristalizan en diversos partidos y sindicatos de clase. Es l¨®gico, por tanto, que cuando existen diferentes concepciones sobre la estrategia, sobre la alternativa, y sobre el modo de organizarse, haya pluralidad de organizaciones. Por el contrario, cuando las ideas son coincidentes, todo personalismo, todo inter¨¦s de grupo, ha de ceder ante el Imperativo unitario. Conscientes de ello, los socialistas de las diversas racionalidades y regiones del Estado han llevado a cabo desde la restauraci¨®n de las libertades p¨²blicas en el pa¨ªs un trascendental proceso de unidad, dentro del cual, la fusi¨®n PSOE-PSP marca el hito decisivo. Mientras otros hablan de unidad, y utilizan la palabra como eslogan, para disimular las disensiones en su campo, los socialistas hacen la unidad consolidan una potente organizaci¨®n popular.
La unidad socialista se fundamenta en la unidad de doctrina, en la fidelidad al dep¨®sito de ideas que ha legado el socialismo espa?ol y a la iluminaci¨®n del presente por aqu¨¦llas, renovadas seg¨²n la experiencia de la acci¨®n y las aportaciones de los pensadores contempor¨¢neos. Tras un riguroso an¨¢lisis hemos comprobado que entre las declaraciones colectivas del PSP y del PSOE exist¨ªan menos diferencias que las que pudiera haber entre distintos componentes de cualquiera de ambas organizaciones, pues el pensamiento no es monol¨ªtico en el ¨¢mbito del socialismo democr¨¢tico sino que se enriquece constantemente con la libre discusi¨®n y la cr¨ªtica, sin perjuicio de la disciplina org¨¢nica como garant¨ªa de eficacia, y la unidad de acci¨®n. Unimos tambi¨¦n nuestra voluntad de consolidar un gran partido de masas. Un partido en el que todos los trabajadores encuentren el instrumento m¨¢s adecuado para la defensa de sus intereses. Un partido abierto a los peque?os propietarios de la tierra, del comercio, de los talleres y de los artesanos; porque en nuestro partido tiene cabida todo aquel que vive de su trabajo y no explota el trabajo ajeno. Un partido en el que concurre la inteligencia y el esfuerzo, que une a las fuerzas del ingenio, del arte y a los trabajadores intelectuales y manuales. Porque la liberaci¨®n del hombre requiere el concurso de todas las formas de laboriosidad humana productiva. Este partido de masas ha de ser cada vez m¨¢s el instrumento, asimismo, de la liberaci¨®n de la mujer, porque en nuestras reivindicaciones de toda ¨ªndole no s¨®lo figuran la eliminaci¨®n de las normas y costumbres discriminatorias, sino tambi¨¦n la realizaci¨®n de aquellas medidas asistenciales y servicios que favorezcan la incorporaci¨®n de la mujer al mundo del trabajo y a participar libre e igualmente en las relaciones sociales de todo tipo. Afirmamos esto desde el convencimiento cierto de que la incorporaci¨®n masiva de la mujer en las contiendas sociales dinamiza y fortalece, singularmente, el empe?o colectivo. Nos une tambi¨¦n la voluntad de ofrecer a la juventud un proyecto de sociedad distinta digno de ser vivido por las generaciones nuevas, as¨ª como una decisi¨®n vigorosa, una resoluci¨®n para el cambio que produzca de modo natural la rec¨ªproca atracci¨®n entre el vigor de nuestra lucha por el socialismo y el vigor de la juventud que por su innata rebeld¨ªa frente a lo caduco se debate por la justicia. Un partido, igualmente, que devuelve a millares de jubilados su confianza en la solidaridad y la acci¨®n colectiva, ofreci¨¦ndoles un puesto en el quehacer com¨²n.
Creemos que un partido de masas no es tal solamente por el n¨²mero de los afiliados, y tampoco lo es simplemente porque mueva tras de s¨ª millones de votos. Un partido de masas sigue una estrategia de masas; surge de la entra?a del pueblo, y es motor de movimientos populares. La praxis cotidiana de nuestra acci¨®n es ser vanguardia de la lucha sindical; es estar presente en los barrios, en los movimientos feministas y juveniles, es ser animadores del cultivo de los valores que encierra la cultura propia de todas y cada una de las nacionalidades y regiones de Espa?a. Sabemos que la fuerza de la izquierda no puede residir s¨®lo en resultados electorales, sino en la capacidad de movimiento del pueblo organizado.
Memoria, conciencia e imaginaci¨®n
Por todo aquello el Partido Socialista no renuncia a su deber de ser memoria, conciencia e imaginaci¨®n del colectivo social. Recordamos con admiraci¨®n la tarea pedag¨®gica que ejercieron los fundadores del partido y nos sentimos en el deber de proseguirla. Por ello no seremos el aparato domesticado que se instrumentaliza para canalizar peque?as aspiraciones inmediatas que faciliten la integraci¨®n de las masas en los modos y rutinas del consumismo. Entendemos por el contrario, como tarea propia, plantear la alternativa de una sociedad distinta, liberadora de los individuos a trav¨¦s del esfuerzo solidario. Toda esa carga ut¨®pica del socialismo, que le hace ser factor de regeneraci¨®n constante, se apoya en la realidad presente de las desigualdades y de la irracionalidad de los procesos productivos, articulados hoy en beneficio de unos pocos y en dem¨¦rito de la mayor¨ªa. La gran masa de los perjudicados por la oligarqu¨ªa encuentra en el socialismo la racionalizaci¨®n de su malestar y de sus aspiraciones. El socialismo transforma el s¨®rdido resentimiento en af¨¢n de transformaci¨®n social y torna los impulsos de destrucci¨®n y degradaci¨®n en fuerzas para edificar otra sociedad. Esa preocupaci¨®n humanista nos hace desembocar cada d¨ªa en la ocupaci¨®n constante por eliminar las formas m¨¢s groseras de explotaci¨®n, por mitigar los efectos de las desigualdades, por corregir las condiciones que obstruyen la igualdad seg¨²n el m¨¦rito, y la recuperaci¨®n de los marginados. Pero nos lleva tambi¨¦n a no olvidar que s¨®lo una transformaci¨®n rigurosa del r¨¦gimen de propiedad, de producci¨®n y de cambio, sanificar¨¢ de modo estable y duradero las condiciones adecuadas para humanizar la vida. El Partido Socialista, por la escrupulosa democracia interna que lo caracteriza desde sus or¨ªgenes, se atiene a la voluntad de las masas en cuanto al ritmo que imprime a sus acciones para ir realizando esos ideales. El control de los dirigentes por las bases, desde cada secci¨®n de barrio, desde cada agrupaci¨®n de cada pueblo hasta todas las esferas del mismo, no s¨®lo garantizan los derechos de cada militante, sino que tambi¨¦n es garant¨ªa contra cualquier aventurerismo. Arraigado el partido entre los trabajadores, siendo el partido democr¨¢tico, el partido responde a la tensi¨®n y voluntad de cambio impresas en cada momento en la conciencia colectiva. Por otra parte, la democracia del partido forma a cada militante en la atm¨®sfera y en los h¨¢bitos democr¨¢ticos, elementos por los cuales el pueblo elige socialistas para que marquen las instituciones con el sello democr¨¢tico t¨ªpico de las actuaciones socialistas. Ello es el concepto de Partido Socialista en torno al que nos unimos los socialistas para ampliarlo y reforzarlo, pr¨®ximos a ejecutar una alternativa socialista en Espa?a.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.