Villalar, suma y sigue

Es de agradecer a la prensa inadrile?a, en general, la ?imparcial¨ªdad? con que han tratado en sus respectivas informaciones la celebraci¨®n de VILLALAR-78. A eso debe ser debida la carta de protesta firmada por cuarenta informadores presentes en el acto, algunos de ellos corresponsales de los peri¨®dicos madrile?os, a quienes se les ?recort¨®? (o as¨ª...) su cr¨®nica. Para algunos no hubo en Vilialar m¨¢s que quema de banderas; se presenta a los castellanos como gente mal avenida, y el n¨²mero de asistentes ofrece grandes diferencias entre unos y otros peri¨®dicos. Claro que de Villalar la prensa madrile?a pudo tener informaci¨®n ?directa?, porque cuando se trata de Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco todo sale bien ?coladito? por las agencias y los ?admirados corresponsales vascos y catalanes?, tan fieles ellos a sus respectivas patrias. Pues bien; si en la ¨²ltima manifestaci¨®n de Lem¨®niz hubo 150.000 personas, en Villalar hubo el d¨ªa 23 de abril 300.000. De lo de las banderas (aqu¨ª s¨ª que se puede hablar de grupos minoritarios, por un bando y por otro, que ?tanto montan...?) no se enter¨® ni la cuarta parte de los asistentes. Es verdad, en cambio, que el comportamiento del servicio de orden fue lamentable, buscando catapultar protagonismos est¨¦riles. Leo la carta de Luis Melero, de Le¨®n, cuyos puntos de vista me merecen, por supuesto, el m¨¢ximo respeto. La cuesti¨®n del unitarismo Castilla-Le¨®n hay que entenderla m¨¢s all¨¢ del ?Le¨®n sin Castilla, manda Valle manda Villa?, o de la simploner¨ªa del GAL (la ?banda inglesa?), Grupo Autonomista Leon¨¦s.