El Instituto para la Peque?a y Mediana Empresa Industrial
Presidente del Instituto de la Peque?a y Mediana Empresa Industrial
La peque?a y mediana empresa es objeto de atenci¨®n especial e? los medios de comunicaci¨®n y si. problem¨¢tica est¨¢ siendo enunciada por agrupaciones de la m¨¢s diversa naturaleza. Est¨¢ actitud ha creado un estado de opini¨®n que se proyecta en m¨²ltiples direcciones, pero que, en definitiva, propicia a que se inicie un programa de actuaciones pr¨¢ctica sy concretas encaminadas ¨¢ mejorar la eficacia de la peque?a y mediana empresa y de todo. su entorno social.
El nuevo marco democr¨¢tico en que se est¨¢ insertando nuestra sociedad ofrece la estructura sociol¨®gica -organizaciones profesionales- indispensable para poder abordar la resoluci¨®n de las limitaciones y deficiencias de estas empresas, derivadas de su dimensi¨®n, como ya se ha realizado en los pa¨ªses del Mercado Com¨²n y en econom¨ªas con niveles de expansi¨®n notables como las de Estados Unidos y Jap¨®n.
La problem¨¢tica de la peque?a y mediana empresa se puede sintetizar, sin un af¨¢n exhaustivo ni general, as¨ª: deficiencia e inadecuaci¨®n de los recursos financieros de que dispone y, especialmente, en el medio y largo plazo; carencia de los sistemas adecuados de formaci¨®n e informaci¨®n empresarial; retraso en la innovaci¨®n de procesos y productos, por un limitado desarrollo de la tecnolog¨ªa intermedia; por ¨²ltimo, un insuficiente desarrollo del marco legal, que impide dar cabida a un conjunto de instituciones, como por ejemplo las sociedades de garant¨ªa rec¨ªproca, concertadas, etc¨¦tera..., que atiendan y recojan en su normativa las circunstancias particulares de estas empresas, respondiendo as¨ª a sus exigencias en el marco mercantil, fiscal y laboral.
La PYME, en otros pa¨ªses
Los problemas de nuestra peque?a y mediana empresa son los mismos que desde hace m¨¢s de treinta a?os vienen manifest¨¢ndose y resolvi¨¦ndose en otros pa¨ªses y, concretamente, en aquellos europeos a los que nuestro pa¨ªs est¨¢ necesariamente abocado a homologarse e integrarse.
Contemplar las experiencias extranjeras, para consolidar y potenciar la peque?a y mediana empresa, no supone el traducirlas literalmente, pero s¨ª pueden enriquecernos a todos los que estamos obligados a mejorar la condici¨®n y calidad de estas empresas y servimos de base de partida adelantada, para iniciar el camino de las realizaciones concreta que demanda su situaci¨®n.
Recorriendo, r¨¢pidamente, la legislaci¨®n de aquellos pa¨ªses cuya estructura econ¨®mica por raz¨®n de su dimensi¨®n es similar a la espa?ola -95%/98% del censo de empresas y 65 %/85 9 del total de empleo-, observamos que en B¨¦lgica, el Ministeric de las Clases Medias se ocupa del apoyo- a estas empresas, a trav¨¦s de una Direcci¨®n General y de un Instituto dependiente del mismo; en Holanda existe una estructura similar; en Francia, una Secretar¨ªa de Estado; en Inglaterra, una subsecretar¨ªa creada a ra¨ªz del informe del Comit¨¦ Bolton, etc¨¦tera...
Tambi¨¦n. existen institutos de naturaleza p¨²blica, cuya actividad est¨¢ orientada a resolver la problem¨¢tica de la peque?a y mediana empresa, abarcando algunos, incluso, la empresa artesanaL Italia (Cofindustria), Estados Unidos (SBA), Irlanda (ADI), Jap¨®n (SMEA), Suecia y Portugal, entre otras muchas partes, disponen de organismos especializados en este sentido.
Paralelamente se han desarrollad¨®, en el extranjero, iniciativas de naturaleza p¨²blica o semip¨²blica, que atienden aspectos concretos de la tem¨¢tica de estas empresas. Su enumeraci¨®n, por competencias y pa¨ªses, ser¨¢ muy extensa y no adecuada al objeto de estas l¨ªneas.
S¨®lo a t¨ªtulo indicativo citaremos, en materia de financiaci¨®n y afianzamiento, a la CNME y CCHCI, en Francia; la Caja Nacional de Cr¨¦dito Profesional, en B¨¦lgica; la NMB, en Holanda... En asistencia y formaci¨®n empresarial, el Centro Franc¨¦s de Asistencia en Gesti¨®n Industrial (CEFAGI). En materia de tecnolog¨ªa, el Instituto Tecnol¨®gico, en Dinamarca, y el ISI, en Francia.
Previa y simult¨¢neamente al desarrollo de estas instituciones, se ha ido configurando un movimiento asociativo privado vigoroso, que iniciado desde las bases, ha estimulado la actuaci¨®n de los poderes p¨²blicos respecto a la peque?a y mediana empresa y ha permitido por medio de una coordinaci¨®n entre ambas iniciativas, con su correspondiente efecto multiplicador, alcanzar logros importantes materializados en cotas constantes y progresivas de bienestar social. En este campo destaca, entre otras de varios pa¨ªses, la que existe en Francia: Confederaci¨®n General de la Peque?a y Mediana Empresa (CGPME).
La Uni¨®n del Artesanado y de la Peque?a y Mediana Empresa (UIAPME) incorpora a la organizaci¨®n privada m¨¢s representativa de cada pa¨ªs siempre que est¨¦ especializada en este tipo de empresas. As¨ª, se completa el cuadro institucional a nivel supranacional de apoyo y asistencia a la peque?a y mediana empresa.
Primera iniciativa eficaz en
Espa?a: el IMPI
La peque?a y mediana empresa espa?ola se ve afectada sustancialmente por la falta de desarrollo de un con unto de medidas similares a las que se vienen aplicando en el extranjero, desde hace m¨¢s de treinta a?os.
La reciente puesta en marcha del Instituto de la Peque?a y Mediana Empresa Industrial (IMPI), como organismo aut¨®nomo del Estado, viene a llenar este vac¨ªo, al ser la m¨¢s firme decisi¨®n que se ha tomado en nuestro pa¨ªs para apoyar la eficacia de la peque?a y mediana industria.
La heterogeneidad y dispersi¨®n de la problem¨¢tica. de la peque?a y mediana industria exige la adecuaci¨®n de una estructura muy peculiar del instituto, que en cierta medida supone una novedad importante dentro del marco jur¨ªdico de la Administraci¨®n espa?ola, a la vez que demanda un alto grado de desarrollo y de madurez de las organizaciones empresariales de la peque?a y mediana empresa, con el fin de lograr una colaboraci¨®n y coordinaci¨®n rec¨ªproca entre ellas y el Instituto.
El Instituto, una novedad importante
El desarrollo de la organizaci¨®n del Instituto presentados caracter¨ªsticas, tan novedosas como indispensables, para la resoluci¨®n real de la problem¨¢tica de la peque?a y mediana industria.
Sus ¨®rganos supremos de decisi¨®n, consejo de direcci¨®n y consejo de las unidades territoriales. se basan fundamentalmente en una representatividad de los entes privados, pr¨¢cticamente paritaria con la representaci¨®n de la Administraci¨®n.
La representatividad es ?mprescindible en cuanto que el Instituto pretende exclusivamente potenciar la capacidad e iniciativa empresarial y no sustituirla ni tutelarla. El Instituto no puede llegar a todas y cada una de las peque?as y medianas industrias, y solamente si en sus ¨®rganos existe una aut¨¦ntica representaci¨®n de los movimientos de base y de las organizaciones de orden superior, el IMPI podr¨¢ alcanzar sus objetivos. El IMPI, en definitiva, potenciar¨¢ la capacidad global de estas empresas.
La descentralizaci¨®n e! un aspecto complementario y necesario de la representatividad si se pretende abordar la tem¨¢tica de estas industrias, aceptando la variedad de peculiaridades que presentan en cada zona o regi¨®n. Es com¨²nmente admitida la falta de recetas universales para la resoluci¨®n de los problemas de la peque?a y mediana empresa. Solamente se puede alcanzar una eficacia en su apoyo, consolidaci¨®n y potenciaci¨®n s¨ª se busca la mayor aproximaci¨®n posible a las peculiaridades de cada sector y en cada zona geogr¨¢fica, corno ¨²nica v¨ªa para lograr el grado de sensibilidad ncar soluciones correctas y adecuadas a circunstancias muy espec¨ªficas.
Las organizaciones empresariales
Introducida la novedad en el Instituto de una amplia representaci¨®n de los entes privados y de un r¨¦gimen de actuaci¨®n descentralizado, el IMPI necesitar¨¢, para que sus resultados sean directos, concretos y adaptados a las exigencias particulares de estas industrias, una eficaz actuaci¨®n de las organizaciones empresariales.
Las organizaciones empresariales, nacidas espont¨¢nea y naturalmente, tienen en Espa?a un per¨ªodo de vida corto. El Instituto las potenciar¨¢ con su asistencia y su ayuda pero, tambi¨¦n, necesitar¨¢ de su r¨¢pida evoluci¨®n para que la coordinaci¨®n rec¨ªproca ofrezca los efectos deseados en favor de todas y cada una de nuestras peque?as y medianas industrias.
El empresario tiene que romper su aislamiento y soledad, buscando su agrupaci¨®n en las organizaciones empresariales y teniendo un participaci¨®n directa y activa en las mismas, emergiendo de su particular problem¨¢tica y buscando planteamientos m¨¢s amplios que hagan eficaces las actuaciones del Instituto.
Situaci¨®n de igualdad y libertad de empresa
El pleno ejercicio de la capacidad de iniciativa y de creaci¨®n del empresario s¨®lo podr¨¢ obtenerse cuando, disponga de un marco jur¨ªdico que responda a las peculiaridades de su dimensi¨®n: sociedades de garant¨ªa rec¨ªproca, reasignaci¨®n de recursos financieros proporcional a su contribuci¨®n a la formaci¨®n del producto nacional bruto y empleo y un conjunto amplio de instituciones mercantiles, laborales y fiscales que den respuesta a sus circunstancias concretas.
En esta situaci¨®n, la empresa no tendr¨¢ que concentrar su imaginaci¨®n y creatividad para superar las limitaciones derivadas de su propia naturaleza -necesaria en una estructura industrial equilibrada- y podr¨¢ dirigir sus esfuerzos al objeto primordial a que est¨¢ destinada: fomentar la creaci¨®n de riqueza para mejorar su entorno social y, as¨ª, transmitir su prosperidad, indirectamente, a los restantes componentes sociol¨®gicos de la estructura econ¨®mica.
Una sociedad de libertades, una sociedad en constante progreso social y econ¨®mico en t¨¦rminos reales de bienestar creciente, solamente es posible si se asienta en el pleno desarrollo de la libertad de empresa. El peque?o y mediano industrial tiene que aceptar este reto, como protagonista principal que es de estas libertades de iniciativa, en una econom¨ªa social de mercado. El Instituto de la Peque?a y Mediana Empresa Industrial tiene que propiciar este protagonismo, renunciando, si es preciso, al suyo propio.
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