Susan Sontag: "Asisto al final simb¨®lico de la guerra civil espa?ola"
Entrevista con la autora de "Contra la interpretaci¨®n"
Susan Sontag ha venido a Espa?a para asistir a lo que sus amigos de Nueva York, donde reside habitualmente, creen que es el s¨ªmbolo del final definitivo de la guerra civil espa?ola. Ha venido, en efecto, al estreno de Morir en Madrid, la pel¨ªcula producida hace dieciocho a?os por su amiga Nicole Stephane. Antes vino alguna vez, con disgusto, a Espa?a y casi exclusivamente para ver las obras del museo del Prado, al que ha acudido de nuevo ahora. La presencia de la dictadura de Franco le produc¨ªa el disgusto que se advierte en su gesto cuando recuerda aquella ¨¦poca de la historia reciente de Espa?a.
Susan Sontag, que es una personalidad fascinante, no muestra ahora ese disgusto. Se sorprende del cambio que se ha producido y, en cualquier caso, se extra?a de que en algunos sectores -las relaciones de las mujeres con la sociedad- todo vaya tan despacio. Le horroriza recordar -ella es una militante feminista- que hasta hace muy poco la mujer espa?ola no pod¨ªa viajar o tener una cuenta bancaria sin contar con el permiso del marido o del padre.
Contra la interpretaci¨®n, que se public¨® en Estados Unidos en 1966, es la obra m¨¢s conocida de todos los textos de Susan Sontag que han sido traducidos en Espa?a. Viaje a Hanoi, Estuche de muerte, El benefactor son otros libros publicados aqu¨ª. Sus pel¨ªculas, sin embargo, no nos han llegado. La ¨²ltima -Promised lands (Tierras prometidas)- podr¨ªa venir. Al menos ella muestra gran inter¨¦s por darla a conocer en Espa?a. Se trata de lo que en ella llama una pel¨ªcula de no-ficci¨®n sobre el conflicto que enfrenta a ¨¢rabes e israel¨ªes en Oriente Pr¨®ximo. Grupos palestinos y grupos israel¨ªes se han manifestado contra el filme. Cada uno ha tomado esta obra como un alegato que perjudica a su facci¨®n. En medio, Susan Sontag insiste en que, simplemente, quiso hacer una pel¨ªcula.
Parece obvio que la guerra -Espa?a, Vietnam, Oriente Pr¨®ximo- est¨¢ muy presente en su obra. ?Es normal. Creo que la vida de todos nosotros est¨¢ signada por la guerra. Mis primeros recuerdos se refieren a la segunda guerra mundial. Supongo que para ustedes la guerra civil espa?ola supone un factor similar. En realidad, no recuerdo nada excepto la guerra.?
En cuanto a las razones de la guerra civil espa?ola, Susan Sontag se estra?a ahora de que ?este? pa¨ªs, donde ha entrado de lleno la sociedad de consumo y donde casi todo parece ser pr¨®spero, sea el mismo que se manifest¨® con tanta pasi¨®n en 1936?.
?La guerra civil espa?ola fue importante no s¨®lo para Espa?a. A veces pienso que es m¨¢s famosa fuera de este pa¨ªs que en la propia Espa?a. Cuando anunci¨¦ a mis amigos de Nueva York que ven¨ªa a Espa?a para asistir con Nicole Stepliane al estreno de Morir en Madrid todos lo celebraron como si yo viniera a participar en un acontecimiento hist¨®rico. Ahora yo llego a Madrid y me doy cuenta de que ustedes no lo consideran as¨ª. Pero para el resto del mundo s¨ª es un acontecimiento hist¨®rico. Para ellos, este estreno es, en realidad, el final simb¨®lico de aquella insurrecci¨®n que enfrent¨® a los espa?oles.?
?Ni para los extranjeros ni para los espa?oles aquella fue una guerra rom¨¢ntica. Tampoco fue una guerra entre buenos y malos. Por supuesto, yo me encuentro al cien por cien al lado de la causa por la que combati¨® entonces el Gobierno republicano. Pero este sector tambi¨¦n protagoniz¨® atrocidades y errores que hacen que, en efecto, no se pueda hablar de esa guerra en t¨¦rminos tan contrapuestos.?
La guerra civil espa?ola no fue una guerra rom¨¢ntica, pero existe en la memoria de los j¨®venes espa?oles y extranjeros como un elemento importante de un pasado que ni siquiera han vivido. Sin embargo, alguien tan pr¨®ximo en el tiempo -y tan rom¨¢ntico- como Ernesto Guevara ha perdurado menos que los Beatles, que son de la misma ¨¦poca. ?Che Guevara fue, en efecto, el ejemplo de algo rom¨¢ntico. Pero el resultado pol¨ªtico de su mito fue un fracaso. El representaba un ideal que no ten¨ªa una base pol¨ªtica real. Usted no puede ir haciendo revoluciones en pa¨ªses ajenos a no ser que detr¨¢s tenga un ej¨¦rcito que le apoye. Y si lo tiene, lo suyo no se llamar¨¢ revoluci¨®n, sino que ser¨¢ tomado por una invasi¨®n.?
?Existe mucho lenguaje gratuito sobre lo que ocurri¨® hace diez a?os. Hay como una obsesi¨®n por definir y rescatar d¨¦cadas pasadas. Eso impide que la gente se fije en la presencia de alguien realmente m¨¢s valioso que Che Guevara, alguien que en este mismo momento est¨¦ llevando a cabo algo verdaderamente genial, superior a lo que ya se hizo y es recuerdo. Es posible que el p¨²blico no capte la presencia de ese personaje porque los medios de comunicaci¨®n no lo han fabricado todav¨ªa. Yo recuerdo a muchos j¨®venes que ten¨ªan en las salas de estar de sus casas los carteles de Guevara y de los Beatles. Para ellos no significaban cosas realmente distintas.
Contra la interpretaci¨®n es un t¨ªtulo que sirve tambi¨¦n para definir la personalidad de Susan Sontag, una norteamericana que, en principio, parece esquiva, pero que luego penetra al interlocutor con una mirada en la que la iron¨ªa y la profundidad van mezcladas. Ella est¨¢ en contra de la interpretaci¨®n de su propia obra e incluso despacha una pregunta (?En qu¨¦ contexto escribi¨® usted ese libro de ensayos?) con la ¨²nica respuesta que le parece obvia: ?Yo no escribo mis libros en un contexto: los escribo en mi cuadro.? Reducir su personalidad a la definici¨®n de lo que es como escritora o como artista en general ser¨ªa reducirla a vol¨²menes y a tiras de celuloide. La tesis que sobre la interpretaci¨®n de la obra literaria o pict¨®rica mantiene en aquel famoso libro te¨®rico es la misma que parece aplicar Susan Sontag a su propia biograf¨ªa.
Para Susan Sontag, el oficio del escritor es el de prestar atenci¨®n al entorno y ofrecer su examen sin volver a intervenir en la interpretaci¨®n que se haga de su obra. Ese fue el ejercicio que se propuso en Contra la interpretaci¨®n. El resto de sus obras tienen el mismo prop¨®sito. Sus textos sobre lo camp, un fen¨®meno que ella analiz¨® y que ahora recuerda ?s¨®lo porque usted me habla de ¨¦l?, fueron en Espa?a particularmente atractivos. Ahora ella se extra?a del inter¨¦s que despert¨®. Pero prefiere concentrar su atenci¨®n en el cine (Saura y Berlanga son los ¨²nicos directores de cine que conoce) o en la literatura que se ha hecho en Espa?a (Juan Goytisolo es amigo suyo ?y un escritor que me interesa mucho?). El eurocomunismo, la actividad de las feministas en Espa?a y la fotograf¨ªa (su ¨²ltimo libro se dedica a este tema exclusivamente) son los asuntos de los que prefiere hablar. En una versi¨®n ampliada de esta entrevista, que publicar¨¢ en su d¨ªa ,el suplemento de Arte y Pensamiento de EL PAIS, habr¨¢ un desarrollo completo de este sumario.
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