Denis Long
Posee el concierto de esta exposici¨®n la clara virtud de retrotraer el viejo concepto, eminentemente musical, de variaciones sobre un mismo tema, reafirmando, al propio tiempo, la muy actualizada corriente del pensamiento que circunscribe toda posibilidad de creaci¨®n, contemplaci¨®n e interpretaci¨®n a los t¨¦rminos, aparentemente contradictorios, de repetici¨®n y diferencia. Por tama?o y por t¨¦cnica, todos y cada uno de los dibujos de Denis Long acatan la norma de la igualdad repetitiva: una misma medida delimita al blanco del papel, gradualmente invadido, y en toda su extensi¨®n, por el ir y venir del l¨¢piz acrom¨¢tico. Desde el punto de vista intencional, ¨¦l suma y sigue de las obras expuestas discurre, por ¨¦l contrario, y se consuma como ¨ªndice paulatinamente diferenciador, como espejo fidel¨ªsimo de diversidad.Algo, en efecto, tienen de espejos los dibujos de Denis Long. La exposici¨®n misma, contemplada en su radiante conjunto, parece trasladamos a una gran sala de espejos que se reflejan y contemplan unos en otros, haciendo m¨¢s y m¨¢s expl¨ªcita la atm¨®sfera envolvente; envolvente y cambiante como las horas y las luces del d¨ªa. Tambi¨¦n el d¨ªa es espejo de s¨ª mismo, repetido y vuelto a repetir con meridiana exactitud. Y siendo id¨¦ntico a s¨ª mismo en su c¨®mputo cotidiano, ocurre que cada uno de sus instantes (luces, sombras y matices ... ) se va resolviendo, de sol a sol, por v¨ªa de clara e insensible diferencia. Luces, sombras y matices son, de igual modo, los destellos mil en que los dibujos de Denis Long expanden su contextura unitaria y esencialmente repetitiva.
Denis Long
Centro Cultural de Estados Unidos. San Bernardo, 107.
Denis Long quiere revelamos la insensible oscilaci¨®n, el tr¨¢nsito po¨¦tico, de las cosas desde su ¨ªntima presencia, a favor de una creciente nebulosa ambiental que termina por desatarse en el estallido de unas l¨ªneas y formas, sombras y luces, m¨¢s y m¨¢s cristalizadas, diferenciadas y ennoblecidas. ?Todo, como suele suceder en los sue?os -reza un texto de Borges-, era un poco distinto; una ligera magnificaci¨®n alteraba las cosas.? Como reci¨¦n llegadas del sue?o, las formas de Denis Long conservan, tambi¨¦n, un cierto ¨¦nfasis, un aura de magnificaci¨®n, que las hace un poco distintas entre las cosas del diario acontecer.
El tema, pues, es siempre el mismo e id¨¦ntica, por repetitiva, su f¨®rmula de presentaci¨®n, con no pocas referencias al medio natural, al espect¨¢culo de las cosas de la costumbre. Son las sucesivas y ponderadas variaciones (cual acontece en una partitura de Vivaldi) las que lo van tornando insensiblemente dispar, las que lo van invistiendo de una leve alteraci¨®n, de aquella oscilaci¨®n o sobre salto tan caracter¨ªsticos de los sue?os, y, en especial, de los que experimentan en la vigilia.
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