La peristencia en los malos h¨¢bitos
El aumento de la libertad en la prensa, tras cuarenta a?os de silencio, ha tra¨ªdo consigo una saludable cr¨ªtica de las acciones del Gobierno, adem¨¢s de otras cosas tambi¨¦n beneficiosas y otras tal vez menos necesarias que ir¨¢n entrando en cauces normales al perder el atractivo de la novedad.Es l¨®gico que as¨ª suceda. El periodismo moderno es -y debe ser- cr¨ªtico. La cr¨ªtica no es necesariamente censura, sino juicio,- no es una hoguera quemando en permanencia, pero es conveniente que la prensa ejerza con rigor su funci¨®n cr¨ªtica si quiere ser independiente y compensar los enormes botafumeiros que el Gobierno tiene siempre en marcha para que le den incienso a cambio de oro.
Pero resulta que a muchos miembros del actual gabinete les irrita tremendamente que los peri¨®dicos sean m¨¢quinas de criticar y hasta, a veces, de provocar. Quiz¨¢ sean reminiscencias de un pasado franquista: porque el pasado franquista les pertenece tanto a quienes no llegaron, con Franco, a lo alto de la cuca?a y se quedaron en cargos peque?os o enchufes poco espectaculares, como a aquellos que consiguieron alcanzar cotas m¨¢s altas. Para evitar esa molesta cr¨ªtica se han lanzado, desde las altas esferas, comandos dispuestos a acabar con la independencia de los peri¨®dicos m¨¢s audaces o m¨¢s libres. Las luchas para apoderarse de alguna publicaci¨®n han trascendido ya a la prensa. Una guerra sorda que tiene lugar casi siempre entre bastidores, pero que no por ello es menos cruel e implacable. Si no se desenfundan las pistolas o salen a relucir las navajas cabriteras, s¨ª se muestran, en cambio, las carpetas de pl¨¢stico de distintos colores donde se almacenan los ?dossiers? de los adversarios pol¨ªticos y tambi¨¦n de los hoy aliados y amigos, pero que en un d¨ªa no muy lejano pueden dejar de serlo.
Las primeras denuncias
Mientras los medios de informaci¨®n independiente se limitaban a denunciar la corrupci¨®n del anterior r¨¦gimen, todo iba muy bien. Miel sobre hojuelas. Pesaban sobre nosotros cuarenta a?os de desastres: atribuir todos los males al desaparecido predecesor era un ejercicio c¨®modo y gratificador. Quedaba atr¨¢s, arrancada de sus ra¨ªces y encerrada en el armario de los malos recuerdos, la historia personal de alg¨²n protegido de Herrero Tejedor, director de la televisi¨®n franquista, presidente de la Uni¨®n del Pueblo Espa?ol, ministro del Movimiento, uno de los cuarenta de Ayete. Pero lo fastidioso es que a veces se abre el armario y el pasado se nos viene a las manos. La historia es la ¨²nica memoria que tienen los pueblos y no puede dejarse olvidada en el desv¨¢n de los trastos viejos ni es f¨¢cil enterrarla entre tristes cipreses para que se pudra, se convierta en polvo y desaparezca. Uno mismo es due?o y responsable de su propia historia.
Pero no importaban demasiado los pecados de juventud. No quer¨ªamos remover la letrina que a tantos hab¨ªa salpicado. Hab¨ªamos decidido mirar hacia delante y conducir sin poner el ojo constantemente en el espejo retrovisor. Ibamos a construir entre todos, generosamente, una Espa?a nueva y joven que estaba en barbecho. Olvidar ya el pasado, atenernos al presente y preocupamos de un futuro mejor.
Un presente negro
El presente no es halag¨¹e?o. Deterioro de orden p¨²blico, violencia en las calles, continuos atentados a las fuerzas judiciales. Situaci¨®n l¨ªmite en el Pa¨ªs Vasco. Un mill¨®n y medio de parados, cifra insoportable, que es un grito continuo y desgarrador. Falta de inversi¨®n. M¨ªnima actividad econ¨®mica, por lo que no se crea riqueza. Cuatro millones de empresarios atemorizados, confusos; desilusionados, y muchos de ellos arruinados. Al lado de todo esto, como contraste o contrapunto -o como escarnio- la constante creaci¨®n de puestos nuevos para amigos enchufados. Una irresistible inflaci¨®n de cargos p¨²blicos. Hace poco eran nuevos ministerios o extra?as asesor¨ªas. Ahora son embajadas. Tras un r¨¢pido paso por, un ministerio en el que en un breve espacio de tiempo tuvo la habilidad de irritar igualmente a empresarios y trabajadores, un determinado se?or es nombrado ahora embajador en un lugar donde no existen embajadas. De manera similar a aquellos concursos ?Reina por un d¨ªa? en que se regalaban a la concursante favorecida un viaje a Mallorca para dos personas, una maleta, un perfume, y hasta, a veces, un ajuar de novia, aqu¨ª a quien ha sido ministro un d¨ªa se le da por vida una sustanciosa renta mensual, alguna condecoraci¨®n y un nuevo cargo, invent¨¢ndolo expresamente para ¨¦l si es preciso.
El desprecio que ello supone hacia quienes pertenecen a la carrera diplom¨¢tica y van siendo relegados para que pasen delante aquellos que se cobran las ayudas prestadas en la penumbra s¨®lo tiene parang¨®n con el que supone para todo un pa¨ªs que se halla en una situaci¨®n econ¨®mica desastrosa. Pues ninguna naci¨®n del mundo tiene embajador en la OIT y son las representaciones diplom¨¢ticas acreditadas en Suiza las que se encargan de unas relaciones que el Gobierno separa ahora para colocar a alguien, irritando a los diplom¨¢ticos, recortando las funciones del actual embajador y esquilmando a¨²n m¨¢s las arcas del erario p¨²blico, que es, a la postre, quien paga los gastos.
Cargos nuevos que ni los pa¨ªses m¨¢s ricos y m¨¢s poblados del mundo necesitan. La insolencia de las peticiones es ahora infinita. Antes se conformaban con medallas, homenajes y condecoraciones. Hoy exigen cargos en los que pueden originar cat¨¢strofes irreparables. El nuevo embajador ha declarado que va a hacer una diplomacia agresiva. ?Dios nos coja confesados!
Los fracasos de UCD
?Extra?ar¨¢ a alguien el tremendo fracaso del partido gubernamental en ese muestreo que han sido las elecciones de Asturias y, Alicante? El term¨®metro ha marcado con claridad el grado de desilusi¨®n del pa¨ªs y la falsedad de que frente a UCD s¨®lo existe la alternativa PSOE: sumados los votos socialistas y ucedistas, representan tan s¨®lo un tercio del censo electoral en Alicante y una cuarta parte en Asturias. El ?Su¨¢rez o Gonz¨¢lez? versi¨®n eurofranquista y puesta al d¨ªa del ?Franco o comunismo? no funciona.
Que alguien en UCD haya dicho que ese 50% de abstenciones son votos de ellos es una frase peligrosa que se revuelve contra quien la pronunci¨®. Pues si, efectivamente, cabe suponer que la mayor¨ªa de los no votantes son pol¨ªticamente moderados, es seguro que el presidente de UCD, lanzado en persona a la palestra p¨²blica en la propaganda electoral, ha demostrado ser incapaz de movilizar el voto centrista, ha carecido totalmente de capacidad de convocatoria y ha perdido m¨¢s de la mitad de los votos que obtuvo el 15 de junio.
Ahora vemos con m¨¢s claridad a¨²n el rid¨ªculo de afirmar que Acci¨®n Ciudadana Liberal carece de espacio pol¨ªtico. Ah¨ª est¨¢n los resultados de Asturias y Alicante. Los espacios pol¨ªticos no son pedazos de un pastel troceado ya de antemano ni se adjudican desde el poder como los espacios televisivos o los casinos de juego. Los espacios pol¨ªticos se ganan en la calle y, de id¨¦ntica manera a los caminos de don Antonio Machado, se van haciendo al andar.
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