Alianza Popular cabalga de nuevo
LA BRUSCA aceleraci¨®n de los trabajos de la Comisi¨®n Constitucional, posibilitada por un acuerdo previo entre UCD y PSOE, al que se sumaron la Minor¨ªa Catalana y el PCE, ha desencadenado la suficiente fuerza centr¨ªfuga como para despedir de sus asientos a los representantes del PNV y de Alianza Popular. De las protestas de los nacionalistas vascos seguramente es parcialmente responsable el se?or Roca, que era su portavoz en la ponencia y que deber¨ªa haberles informado de esos pactos. Tal vez sin la sorprendente ausencia del se?or Fraga (muy graves tienen que ser los asuntos que han reclamado su presencia en Estados Unidos para que uno de los siete ponentes abandone sus deberes parlamentarios en tan delicados momentos), la marginaci¨®n de Alianza Popular en esa negociaci¨®n no hubiera sido completa o se hubiera producido de otra forma. Hay, sin embargo, las suficientes discrepancias entre los aliancistas y las dem¨¢s formaciones pol¨ªticas que integran el, ?arco constitucional? -cuyos arbotantes son UCD y PSOE, y al que el PCE sirve de contrafuerte tras el nuevo viraje de su secretario general, que ha abandonado el zozobrante ?Gobierno de concentraci¨®n? para fletar el ?Gobierno tripartito?como para que la ?espantada? de los franquistas nost¨¢lgicos no extra?e a nadie. La tosca virulencia del comunicado ratificando su retirada de la Comisi¨®n, aparte de enriquecer la literatura panfletaria con la inefable expresi¨®n ?consenso ucedista-marxista?, deja claro su lugar en este impresionante aceler¨®n que imprime una velocidad de viaje espacial a los trabajos constitucionales; si son varios los grupos que pretenden representar la figura de Ovi Ben Kenobi en la pel¨ªcula, Alianza Popular es el ¨²nico candidato para desempe?ar el negro y jadeante papel de Lord Darth Vader.La minor¨ªa que silenci¨® a la mayor¨ªa mientras detent¨® un omn¨ªmodo poder y castig¨® de manera implacable a los disidentes que intentaron quitarse la mordaza que les hab¨ªa sido impuesta, se lamenta ahora del mal trato que recibe corno grupo minoritario. Los te¨®ricos y administradores de la autocracia franquista, que prohibi¨® los partidos pol¨ªticos, las centrales sindicales, la prensa libre y los derechos c¨ªvicos, se arrogan s¨²bitamente funciones de jueces para condenar por ?proceder antidemocr¨¢tico? a m¨¢s de nueve d¨¦cimas partes del Congreso. Quienes medraron e hicieron su carrera pol¨ªtica en la penumbra de los pasillos y en los cuchicheos de las rec¨¢maras que llevaban al despacho del dictador se escandalizan por la falta de publicidad del acuerdo entre ucedistas, socialistas, comunistas y catalanes, al que, con manifiesta impropiedad en los t¨¦rminos, califican de ?pacto extraparlamentario?.
Ciertamente es de lamentar que las negociaciones entre los estados mayores de los partidos tiendan al secreteo y al cabildeo. Sin embargo, los resultados de las celebradas el lunes se hicieron p¨²blicos al d¨ªa siguiente, y de manera espectacular, en temas tan delicados y pol¨¦micos como la ense?anza, el r¨¦gimen jur¨ªdico matrimonial y la definici¨®n del marco de la actividad econ¨®mica. M¨¢s grave es que la rapidez con que se llevan los debates impida a los ciudadanos seguir la discusi¨®n del articulado y prive a los comisionados de la posibilidad de exponer con claridad y extensi¨®n sus argumentos. Pero los beneficios derivados de ese pacto son muy superiores a los perjuicios que pueda producir; porque la r¨¢pida promulgaci¨®n de la Constituci¨®n es una imperiosa necesidad para la consolidaci¨®n de la democracia.
En efecto, ser¨ªa muy peligroso prolongar la etapa constituyente m¨¢s all¨¢ del verano. La democratizaci¨®n a fondo de las instituciones, la eficaz garant¨ªa de los derechos y libertades y la normalizaci¨®n definitiva de la vida pol¨ªtica aguardan una Constituci¨®n que pueda ser instrumentada por leyes ordinarias. Las elecciones municipales, demoradas por UCD hasta despu¨¦s del refer¨¦ndum constitucional, son de una urgencia apremiante, tanto. para desalojar a los residuos del franquismo de la Administraci¨®n Local como para dar vida a los reg¨ªmenes preauton¨®micos. El debilitamiento de la figura del se?or Tarradellas en Catalu?a y la reanudaci¨®n de la violencia en el Pa¨ªs Vasco imponen tambi¨¦n la necesidad de acelerar la negociaci¨®n de unos estatutos de autonom¨ªa definitivos, s¨®lo posibles cuando la Constituci¨®n entre en vigor. Finalmente, la celebraci¨®n de nuevas elecciones generales para clarificar las posiciones de las diferentes opciones pol¨ªticas y permitir un Gobierno de mayor¨ªa estable es un objetivo sobre cuya conveniencia hay un acuerdo general, pero que se halla condicionado, asimismo, a que los parlamentarios, primero en el Congreso y luego en el Senado, rematen sus trabajos constitucionales. Ante tales exigencias, la nueva cabalgada de Alianza Popular, por muy lamentable que sea, en tanto que reduce la superficie del consenso, no debe asustar m¨¢s que a quienes la han emprendido.
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