Los obispos vascos denuncian el abuso de poder y la violencia
?Acci¨®n pol¨ªtica y violencia? es el t¨ªtulo de un amplio estudio realizado por los secretariados sociales de las cuatro di¨®cesis vascas, para analizar, desde una perspectiva humana y cristiana, las causas del clima de tensi¨®n social en el que vive el Pa¨ªs Vasco desde hace muchos a?os y que conduce al pueblo a participar inconscientemente de una actitud violenta, cuyas consecuencias recaen sobre el propio pueblo.
Los autores del estudio entienden que no se puede considerar ¨²nicamente como violencia la que se ejerce contra la integridad f¨ªsica de las personas, aunque sea la m¨¢s cruenta y llamativa, sino a cualquier forma de imposici¨®n sobre la voluntad de los ciudadanos a trav¨¦s de organismos de poder, o por medio de presiones para crear determinados estados de opini¨®n. El primer origen de este clima de violencia radica en la estructura econ¨®mica capitalista, que crea grupos humanos con intereses enfrentados y destruye cualquier forma de solidaridad aut¨¦ntica, para dejar paso a un hombre insolidario, competitivo, con un af¨¢n desmedido por el poder que da el dinero.
En el cap¨ªtulo de la violencia institucional se apunta la ausencia de algunas libertades fundamentales de la persona., sin que quepa explicar este hecho por el deseo de defender el bien com¨²n.
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Manifiesto de los obispos vascos sobre la violencia en Euskadi
(Viene de la p¨¢gina primera)
Se se?ala, asimismo, que el pueblo vasco, al igual que otros, no encuentra todav¨ªa en las instituciones existentes un cauce adecuado para la expresi¨®n de su identidad vasca.
Al mismo tiempo que se se?ala el valor del pueblo como principio de cohesi¨®n, se apunta el riesgo de su exaltaci¨®n desmedida, que ha creado un ambiente de divisi¨®n en el mismo pueblo y respecto a otros. Se identifica -a?ade el estudio- la pertenencia a un pa¨ªs con una opci¨®n pol¨ªtica determinada, hasta el punto de calificar de traidores a los que no la comparten o de negar todo derecho a las personas que proceden de otros lugares.
El abuso de poder ocupa otro apartado en el que se se?ala el riesgo de que se utilice la estructura de la Administraci¨®n para imponer determinados puntos de vista carentes de apoyo popular y cuyo cumplimiento exige actitudes represivas. Tambi¨¦n se apunta la continua violencia sobre las conciencias a trav¨¦s de campa?as de opini¨®n, actitudes dogm¨¢ticas, calumnias, verdades a medias, o por la falta de definici¨®n de los grupos pol¨ªticos.
Existe tambi¨¦n una instrumentaci¨®n de las reivindicaciones populares: amnist¨ªa, problema nuclear, autodeterminaci¨®n, que se utilizan como medio de agitaci¨®n permanente para sacar a las masas a la calle.
La violencia f¨ªsica, que atenta directamente contra la integridad de las personas, ocupa el ¨²ltimo cap¨ªtulo, con su larga cadena de atentados, muertes, amenazas, secuestros y coacciones de todo tipo que han obligado a algunos a abandonar el Pa¨ªs Vasco o han sembrado el temor en determinadas zonas.
El clima de inseguridad en que viven las fuerzas de orden p¨²blico, cuyos miembros son asesinados a sangre fr¨ªa o rechazados por un sector importante de la poblaci¨®n, les lleva en ocasiones a actuaciones poco serenas, aunque se se?ala que la actuaci¨®n violenta de tales fuerzas ha decrecido sensiblemente.
Entre las causas de la violencia f¨ªsica se apunta tambi¨¦n la utilizaci¨®n de la persona como un mero objeto de inter¨¦s pol¨ªtico, dependiente siempre de la raz¨®n de Estado o el inter¨¦s de la revoluci¨®n. En este ¨²ltimo caso, el grupo revolucionario, como poseedor de la clave de la historia, se convierte en juez indiscutible de las vidas y las acciones de cualquier persona.
En el terreno de los caminos posibles para superar este clima de violencia se se?ala la necesidad de profundizar en ?ajusticia y la libertad como valores humanos e hist¨®ricos que han de realizar en plenitud la existencia humana. El documento finaliza con una reflexi¨®n sobre la esperanza cristiana.
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