Apertura de la Feria del Libro
La llegada del escritor alem¨¢n G¨¹nter Grass a Madrid fue, ayer, el primer aldabonazo de una feria que se va a caracterizar por la predominancia de la literatura y, especialmente, de la narrativa. Con m¨¢s casetas que nunca, amenazadas por la crisis econ¨®mica y la presencia del Mundial restando p¨²blico, se inaugur¨® ayer oficiosamente la Feria del Libro.
Las casetas de la Feria del Libro se abrieron ayer en el paseo de coches del Retiro madrile?o, dos d¨ªas antes de su inauguraci¨®n oficial, el pr¨®ximo viernes. Las primeras, hacia las once de la ma?ana, presentaban un aspecto de cierta dignidad, algunas no abrir¨ªan hasta la tarde. Las m¨¢s, con la poca afluencia de p¨²blico y las cajas de libros apiladas en su interior, se limitaban a exponer unos pocos ejemplares. Y, desde luego, casi ninguna de sus novedades atrasadas por la reciente huelga del sector, y que ya bien entrada la feria se ver¨¢n en los caracter¨ªsticos mostradores del paseo.La Feria del Libro este a?o se va a despegar, en los contenidos, de las dos ediciones, anteriores. En la ¨²ltima coincid¨ªa con el principio de la democracia espa?ola y primaban los libros pol¨ªticos, coyunturales, preelectorales. Ahora, seg¨²n dijeron varios libreros y editores a EL PAIS, ?volvemos a la novela?, va a primar la narrativa. La poes¨ªa, pese a las novedades apreciables que se esperan, seguir¨¢ vendiendo poco, s¨®lo para sus fieles. Pero, en cualquier caso, esta es la feria de la literatura.
Seguramente, la pr¨¢ctica de la pol¨ªtica en vivo va acostumbrando a los lectores a otro tipo de comunicaci¨®n. En cambio, durante los ¨²ltimos meses s¨ª se vendieron esos otros libros, igualmente pol¨ªticos, pero que rozan con la filosof¨ªa. Como ejemplo, un librero comentaba: ?Seguramente, el ¨²ltimo libro de Merleau-Ponti se vender¨¢ m¨¢s que el ¨²ltimo de Santiago Carrillo.?
Dos sombras para esta feria: por un lado, la crisis, ese fantasma que, por otra parte, tampoco es exclusivamente nuevo. De otro lado, el Mundial. Las retransmisiones de f¨²tbol previstas se supone que atar¨¢n al personal a sus butacas junto a la tele en color, o en negro, en demasiados casos reci¨¦n comprada. Lo cierto es que seg¨²n los libreros y editores que exponen en la feria, el Mundial va a quitarles a ese p¨²blico que no es precisamente asiduo a las librer¨ªas y que, en cambio, es el que se persigue en este tipo de acontecimientos. El hombre normal, de la calle, que, por supuesto, le gusta el f¨²tbol.
Con todo, este a?o hay 344 casetas, que corresponden a m¨¢s de 250 firmas, lo que supone un aumento considerable respecto al a?o anterior. Si las cosas fueran mal -han dicho los libreros- nos plantamos. Si no, habr¨¢ que pedir una prolongaci¨®n de los d¨ªas de feria.
Por el lado de los incondicionales, en cambio, la feria va a estar particularmente animada. Son muchos los escritores que con este boom previsible de la narrativa se est¨¢n dejando caer por aqu¨ª. Desde G¨¹nter Grass -estrella indiscutible-, hasta los escritores madrile?os, pasando por la presencia de los catalanes y la casi resurreccion de algunos novelistas y escritores prohibidos, por ejemplo, aquellos cronistas de la guerra, espa?oles o extranjeros, como Arthur London y Jes¨²s Izcaray, estar¨¢n en sus casetas firmando ejemplares desde el primer d¨ªa.
Por otra parte, en el cap¨ªtulo de ventas este primer d¨ªa ha sido francamente flojo. Bien es verdad que ninguno de ellos considera estos como d¨ªas h¨¢biles, pese a los costos que cada jornada de exposici¨®n supone para editores y libreros. En cualquier caso, por esta vez, para muestra no sirve un bot¨®n. Habr¨¢ que esperar que tanto los ejemplares de los libros como el personal se sientan metidos en este gran jolgorio que es la Feria del Libro.
Una obra monumental
Un libro singular que se presenta en la feria es el Diccionario Enciclop¨¦dico Espasa, en doce tomos y a todo color, producto de un notable esfuerzo de s¨ªntesis, recopilaci¨®n y ordenaci¨®n del saber.En la elaboraci¨®n de esta ?m¨¢quina del pragmatismo general humano?, como defini¨® Ortega y Gasset al primer diccionario enciclop¨¦dico editado en Espa?a, se ha invertido doce a?os de trabajo de un equipo de varias decenas de personas.
En su conjunto, el Diccionario Espasa consta de unos diecis¨¦is millones de palabras y 26.000 ilustraciones, en su mayor¨ªa a todo color, a lo largo de sus 11.000 p¨¢ginas. Dentro de los 25. 000 art¨ªculos enciclop¨¦dicos, m¨¢s de 12.000 son biograf¨ªas.
Bajo el punto de vista ling¨¹¨ªstico incluye unas 75.000 voces con m¨¢s de 200.000 acepciones, que abarcan y ampl¨ªan todas las palabras aceptadas por la Academia de la Lengua. Tambi¨¦n contiene todos los americanismos al uso, as¨ª como la versi¨®n de la mayor¨ªa de las voces en franc¨¦s, ingl¨¦s, italiano y alem¨¢n, de las etimolog¨ªas griegas, latinas y ¨¢rabes.
El contenido de esta obra, que tiene una presentaci¨®n sencilla y funcional, comprende una gran riqueza de datos plenamente actualizados; constata y describe acontecimientos de ¨²ltima hora, casi period¨ªsticos, como, por ejemplo, el desenlace fatal de Aldo Moro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.