Eritrea: dos socialismos frente a frente
Confrontados con un grave dilema en Eritrea, cubanos y sovi¨¦ticos han intentado que un Gobierno civil sustituyese al militar y para ello quisieron apoyarse en el Sindicato Pan-Et¨ªope (MEISON) cuyo l¨ªder reci¨¦n regresado del exilio en Par¨ªs, vive en la embajada de Cuba en Addis Abeba, y en la Confederaci¨®n Sindical (AETU). Los principales dirigentes del MEISON y de la AETU han sido encarcelados.Fracasados estos dos proyectos, los 17.000 soldados cubanos estacionados en Etiop¨ªa, con los 3.000 oficiales sovi¨¦ticos, tienen que ponerse en marcha. El mensaje de Fidel Castro aljefe militar Mengistu, de hace unos d¨ªas, es claro: ? Reafirmamos nuestra solidaridad con Etiop¨ªa y su integridad territorial.? Aquellos a quienes et¨ªopes, cubanos y sovi¨¦ticos se disponen a combatir tienen una larga historia de lucha por la independencia y son competidores en el marxismo con el r¨¦gimen et¨ªope.
A vuela pluma, la historia de Eritrea, por determinadas circunstancias hist¨®ricas y geogr¨¢ficas, transcurre desde la antig¨¹edad separada de la de Etiop¨ªa. Cuando la compa?¨ªa italiana Rubatino se instala en el puerto de Assab, en 1869, Eritrea no tiene m¨¢s relaci¨®n con Abisinia que la cl¨¢sica en el siglo XIX entre pueblos africanos vecinos: unas veces conquistadores, otras conquistados.
Eritrea es citada ya por los fil¨®sofos de la corte de Ptolomeo por el siglo II antes de la era cristiana.
Artemidor de Efeso relata a su vez las localidades eritreas donde los griegos hac¨ªan escalas: Filotera, Myos-Hormos, Catartos y Berenice, y las islas que llamaron Ofiodes y Ptolemais. Posteriormente, la influencia del Oriente ¨¢rabe y turco es grande. Los turcos ocuparon Massawa en 1557. Durante tres siglos s¨®lo tuvieron en la zona una guarnici¨®n, al igual que en Chipre. En 1818, Mehemet Ali ofreci¨® a su hijo Ibrahim los reinos del Hedjaz (hoy Arabia Saudita) y Abyssinia (la Eritrea actual).
La expansi¨®n egipcia por Eritrea se consolida con las batallas de Gundat (1875) y Gura (1876) tras. las cuales se quedan con toda la costa eritrea. Desde el siglo XVI, pues, Eritrea costera est¨¢ islamizada, mientras que en Etiop¨ªa o en el resto de Eritrea predominan los cristianos. De hecho, el 54 % de la poblaci¨®n eritrea es musulmana de religi¨®n, y el resto cristiana. La tragedia de ambas religiones, culpable en gran medida de la situaci¨®n presente, es que sus respectivas historias no tienen puntos tangenciales.
En 1882 llegan los italianos, que tres a?os despu¨¦s logran desplazar a los egipcios. Los repetidos inten tos de Italia por conquistar el hinterland fracasaron. Hasta 1933 no se lanza Italia seriamente a la pre paraci¨®n de la invasi¨®n de Etiop¨ªa que fue invadida realmente en 1935. ?Tambi¨¦n nosotros, escribir¨ªa a?os m¨¢s tarde la periodista italiana Oriana Fallaci, ten¨ªamos en 1935 nuestro V¨ªetnam: se llamaba Abisinia.?
La colonizaci¨®n italiana
El dos de mayo de 1889 el rey Menelik firm¨® el tratado de Ucciali con los italianos y a cambio de armas entrega el reino del ?Tigre?. El 4 de octubre de 1896, por el tratado de Addis Abeba se le reconocen a la colonia italiana de Eritrea fronteras separadas de las de Etiop¨ªa.
En plena segunda guerra mundial, Asmara, la capital de Eritrea, es ocupada por los brit¨¢nicos, que en 1941 establecen varios puestos. Durante la dominaci¨®n brit¨¢nica aparecen los primeros partidos pol¨ªticos eritreos, musulmanes y cristianos, y los primeros diarios en las dos lenguas de Eritrea, el ?tygrinia? y el ¨¢rabe. En 1950 en esa regi¨®n costera se instalan ochenta empresas europeas, mientras que toda Etiop¨ªa cuenta con s¨®lo 55. El desarrollo pol¨ªtico entreo es muy diferente al et¨ªope. Por primera vez probablemente en Africa, las compa?¨ªas instaladas en Eritrea le reconocen a sus obreros el derecho a sindicarse.
Al final de la segunda guerra mundial los ?cuatro grandes? Se ocupan del destino del imperio colonial italiano en Africa, constituido por Etiop¨ªa, Eritrea y Somalia. Una comisi¨®n integrada por Pakist¨¢n, Guatemala, RFA, Sur¨¢frica y Noruega para decidir el futuro de Eritrea propone que ¨¦sta sea federada con Etiop¨ªa, pero conservando sus particularismos nacionales.
En septiembre de 1952 se crea el primer Parlamento eritreo, con igual n¨²mero de diputados cristianos y musulmanes, se adopta una Constituci¨®n, y se pone en pie una Administraci¨®n totalmente aut¨®ctona que sustituye a la brit¨¢nica. Toclos los asuntos internos est¨¢n en. manos de los eritreos, aunque el Gobierno federal se reserva la pol¨ªtica y el comercio exterior y la defensa. Eritrea conserva su banclera y sus idiomas, ?tygrinia? y ¨¢rabe, mientras que en Etiop¨ªa se impon e el ?amhara? como lengua oficial.
Anexi¨®n pura y simple
En 1955 el Negus ha llenado ya Eritrea de agentes, la prensa ha sido clausurada, ha desaparecido el Gobierno local, la bandera, y los funcionarios eritreos han sido sustituidos por et¨ªopes. El ?amhara?, a su vez, desplaza obligatoriamente al ?tygrinia? y al ¨¢rabe. El 15 de junio de 1962 el emperador Haile Selassie decide unilateralmente la anexion pura y simple de Eritrea y comienza una transformaci¨®n a fondo de las estructuras econ¨®micas de Eritrea que ahora han de supeditarse al inter¨¦s de Addis Abeba.
Sir John Trevaskis, autor del estudio hist¨®rico m¨¢s importante sobre Eritrea, escribe: ?Los abisinios llevaron a cabo incontables razzias contra las tierras, bajas de Eritrea, pero nunca dejaron guarniciones permanentes en ellas. Sometieron la regi¨®n incontables veces al pillaje, pero nunca la gobernaron.? Fue la apertura del Canal de Suez, en 1809, la que hizo que esta regi¨®n del mar Rojo surgiese como una de las principales rutas mar¨ªtimas del mundo.
Intereses estrat¨¦gicos encontrados, el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, la influencia creciente de los Estados ¨¢rabes del golfo, y la expansiva presencia sovi¨¦tico-cubana en Africa, coinciden para hacer del Cuerno de Africa el centro m¨¢s moderno de tensi¨®n. El temor, l¨®gico, de los Estados africanos a cualquier alteraci¨®n de las fronteras heredadas de la etapa colonial contribuye a hacer m¨¢s compleja la soluci¨®n de un problema que en verdad dos formaciones marxistas, una en el poder y otra en la guerrilla, podr¨ªan haber solucionado sin guerra.
Cambios de alianzas
Los protagonistas del presente, sovi¨¦ticos y cubanos, se han encontrado en el plazo de un quinquenio en uno y otro lado de la barricada. El fin del imperio del Negus, en 1974, y la subida al poder de una junta militar que se autoproclama marxista y socialista, fue el punto de partida para el cambio de alianzas.
Tras la eliminaci¨®n de los partidos pol¨ªticos en Eritrea a partir de 1952, el independentismo s¨®lo volver¨¢ a cohesionarse en 1958, fecha en la que fue creado el Movimiento de Liberaci¨®n de Eritrea entre los emigrados eritreos de Port Sud¨¢n. Paralelamente un grupo de estudiantes eritreos de la Universidad de El Cairo, ayudados por Nasser, crean el Frente de Liberaci¨®n de Eritrea.
A lo largo de veinte a?os de acci¨®n pol¨ªtica y militar, los eritreos del interior se han radicalizado y del puro nacionalismo han pasado a transformar las estructuras sociales, casi feudales, de Eritrea bajo presupuestos socialistas. En las monta?as y las zonas que ellos controlan, ha comenzado una transformaci¨®n de la vida similar a las introducidas por el Gobierno militar et¨ªope.
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