Justicia Democr¨¢tica, ante la nueva situaci¨®n espa?ola
Entre los damnificados de Justicia Democr¨¢tica, durante el r¨¦gimen anterior, hay ahora, incluso, alg¨²n presidente de junta preauton¨®mica. Siete fueron los miembros de este movimiento que resultaron represaliados o marginados de una u otra forma por militar en un grupo que ped¨ªa el acercamiento de la administraci¨®n de la justicia al pueblo.El libro que ahora ha publicado Justicia Democr¨¢tica, en la colecci¨®n Documentos pol¨ªticos de Tucar Ediciones, ?tiene el valor hist¨®rico de un testimonio?, como dice uno de los componentes de JD. ?Es una evidencia de que los profesionales de la carrera judicial no estuvimos callados durante el tiempo de la dictadura.?
?Seguiremos reclamando que se consigan nuestros objetivos, y continuaremos llam¨¢ndonos Justicia Democr¨¢tica para diferenciarnos de otras tendencias que pretendan adjetivar a la justicia de otra forma.?
Algunos miembros de Justicia Democr¨¢tica creen que hay sectores conservadores en la justicia espa?ola que preferir¨ªan organizarse pura y exclusivamente como entidades profesionalistas.
Seguir¨¢ existiendo Justicia Democr¨¢tica, porque ?la democracia no es una meta, sino un proceso, y el poder judicial est¨¢ obligado a contribuir a ese proceso de modo permanente?.
?Sabemos que el nombre de nuestro movimiento ha molestado y molesta en sectores para los que somos inc¨®modos porque no permanecemos mudos. No les molesta el adjetivo democr¨¢tico. Lo que, les perturba es nuestra existencia.
Justicia Democr¨¢tica naci¨® hace diez a?os. ?Fue un nacimiento similar al de los r¨ªos: completamente natural?, comentaba ayer uno de sus miembros. ?No era confortable nuestro trabajo. No nos qued¨® m¨¢s remedio que buscar compa?eros afines.?
En 1977 se produjo la fecha culminante de este movimiento, cuando sus miembros celebraron el primer congreso -clandestino- y el presidente de las Cortes, Antonio Hern¨¢ndez Gil, les recibi¨® oficialmente. Aun as¨ª, ha seguido habiendo damnificados en la lucha por cambiar la imagen de la justicia en este pa¨ªs. Hace unos meses, el fiscal Jes¨²s Vicente Chamorro fue expedientado por el ministerio fiscal por participar sin permiso en un programa de televisi¨®n en el que se hablaba de su profesi¨®n.
El expediente incoado al se?or Chamorro ha dado lugar a nuevas reivindicaciones de libertad de expresi¨®n, de sindicaci¨®n y de afiliaci¨®n a partidos pol¨ªticos pedidas reiteradamente por Justicia Democr¨¢tica tanto en su primer congreso como en los art¨ªculos que componen este libro.
?Es de esperar que este expediente cierre la lista y que la Constituci¨®n reconozca todos los derechos ciudadanos, sin que de ellos sean excluidos los derechos de los funcionarios. ?
Miembros de Justicia Democr¨¢tica muestran su extra?eza ante la ausencia en el anteproyecto constitucional del enunciado de esos derechos, que ellos no piden para ellos, ?sino que los pedimos para toda la poblaci¨®n. El hecho de que un juez o un ciudadano cualquiera no pueda militar en un partido pol¨ªtico significa que se tiene una idea equivocada y falsa de lo que es la pol¨ªtica, a la que parece verse como una actividad que puede da?ar la independencia y la honestidad de un profesional determinado. Los jueces y los fiscales no queremos ser disminuidos pol¨ªticos?.
Manuel Villar Arregui, senador y colaborador en la redacci¨®n de algunos documentos de Justicia Democr¨¢tica, explicaba ayer que este movimiento ?s¨®lo se explica en funci¨®n del pasado?, cuando el Estado dictaba unas leyes para reprimir derechos humanos y libertades. Para el se?or Villar Arregui la preocupaci¨®n principal de los hombres de Justicia Democr¨¢tica ?ha sido la de servir a la justicia en lugar de ser meros gestores de la arbitrariedad?.
El futuro tambi¨¦n es una preocupaci¨®n presente de Justicia Democr¨¢tica. En las conclusiones del libro que se present¨® ayer est¨¢n las bases de las reivindicaciones que el movimiento mantiene. Algunas se han ido cumpliendo. Otras siguen sin ser contestadas positivamente. La abolici¨®n de la pena de muerte, la supresi¨®n del delito de adulterio y amancebamiento, el estatuto del detenido, el control judicial de las ejecuciones de las penas, la dependencia exclusivamente parlamentar¨ªa del ministerio fiscal eran cuestiones que hace un a?o formaban la plataforma reivindicativa de Justicia Democr¨¢tica. En definitiva, el prop¨®sito final es ?lograr una justicia m¨¢s libre y democr¨¢tica?. Para ello, Justicia Democr¨¢tica no piensa cambiar ni de nombre ni de voz.
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