Test para socialdem¨®cratas

?Alguien ten¨ªa dudas de que un socialdem¨®crata pod¨ªa militar en el PSOE? ?Hubiera sido posible que un marxista no se sintiera en su partido al recibir el carnet del PSOE? Unas puntualizaciones quiz¨¢ inicialmente poco perfiladas del primer secretario del PSOE han hecho dudar a algunos de cu¨¢l es la respuesta a los interrogantes iniciales. Alguno han pretendido dar la impresi¨®n de que los socialdem¨®cratas han recibido -por fin- garant¨ªas para incorporarse y que los marxistas est¨¢n a punto de ver complicado el derecho a mantener su ideolog¨ªa dentro del PSOE.Es curioso c¨®mo la falta de formaci¨®n pol¨ªtica e hist¨®rica -que como una m¨¢s de las lacras del franquismo padece Espa?a- lleva consigo que ciertas ideas adquieran un significado propio, aut¨®nomo e independiente en gran medida de lo que realmente entra?an en su rigurosa acepci¨®n Este es el caso de las palabras idea marxismo y socialdemocracia.

En el fondo puede ser ingenuo el recordar -como hacen algunos para apoyar unas u otras tesis- que Marx no se consideraba marxista o que Rosa de Luxemburgo pertenec¨ªa a un partido socialdem¨®crata. Es igual. Ciertas palabras seguir¨¢n teniendo determinadas connotaciones propias, y, en consecuencia, habr¨ªa que manejarlas en ese contexto.

Connotaciones espec¨ªficas

El marxismo tiene entre los trabajadores espa?oles unas connotaciones espec¨ªficas que s¨®lo indirectamente tienen que ver con el t¨¦rmino, pero que son v¨¢lidas. Marxismo es la garant¨ªa de la lucha por el cambio social. Eso que durante veintis¨¦is congresos del PSOE no hac¨ªa falta incorporar porque estaba (y est¨¢) perfectamente recogido por la teor¨ªa y la pr¨¢ctica del partido, ahora es una piedra de toque m¨¢s que una palabra.

Hoy, desprenderse de la palabra marxismo, para el Partido Socialista Obrero Espa?ol, es imposible. Hoy, no aceptar que lo planteamientos socialdem¨®cratas son los ¨²nicos que resultan viables para establecer una pol¨ªtica econ¨®mica favorable a los trabajadores de la Europa occidental, es una inconsciencia. Combinar -retomando el pasado- ambos t¨¦rminos es el gran reto del XXVIII Congreso.

?Componenda excesiva? En absoluto. Y, ah¨ª est¨¢ la esencia del pensamiento de los l¨ªderes del PSOE -inclu¨ªdos los que hoy llamar¨ªamos socialdem¨®cratas- durante casi cien a?os.

Un partido socialista como el PSOE tiene una meta permanente y unos medios que pueden y deben cambiar. La meta permanente se puede resumir en esa espl¨¦ndida definici¨®n del ideal del partido que se aprueba congreso tras congreso: ?La completa emancipaci¨®n de la clase trabajadora; es decir, la abolici¨®n de todas las clases sociales y su conversi¨®n en una sola de trabajadores, due?os del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes.? Este ideal est¨¢ definido de tal manera que lo mismo marxistas que fabianos, que cristianos, que socialdem¨®cratas o que un largo etc¨¦tera, de or¨ªgenes de pensam¨ªento socialista, se pueden sentir y se han sentido siempre perfectamente incluidos y recogidos. Lo que ha de evitarse es que la ¨²nica corriente de pensamiento que se asuma sea la marxista, dando paso as¨ª en vez de a una ideolog¨ªa instrumental a un dogma religioso.

Pero para llegar a esa meta ideal por la que las gentes de tantas ideolog¨ªas y pa¨ªses luchan y han luchado, se impone -en el mundo occidental- un modelo econ¨®mico que se puede definir como la socialdemocracia. Es decir, un proceso gradual de cambios y modificaciones de la sociedad capitalista. No hay ni un solo partido obrero que no est¨¦ de una u otra forma aceptando esta idea. El ejemplo m¨¢s reciente es el del PCE quje est¨¢ ya de lleno en el proceso para la plena asunci¨®n por sus militantes de la socialdemocracia como medio.

La meta final

Un socialdem¨®crata debe conocer claramente cu¨¢l es la meta final en ese cambio social y econ¨®mico que definen los principios del programa m¨¢ximo del Partido Socialista. En consecuencia, ninguna de las medidas pol¨ªtico-econ¨®micas que propugne puede dificultar el camino -el largo camino- hacia ese fin. Por tanto, no es posible que un socialdem¨®crata pueda vivaquear pol¨ªticamente fuera de las filas del socialismo del PSOE, del socialismo que tiene un claro programa final radicalmente transformador. Los otros, si se autodenominan socialdem¨®cratas son pura y simplemente social-liberales. Con ellos se podr¨¢ llegar a alianzas circunstanciales, pero nunca plante¨¢rse la militancia com¨²n dentro de un partido como el PSOE que aspira desde su fundaci¨®n a cambiar la sociedad.

Se debe aceptar todo el gradualismo que sea conveniente para no poner en peligro ni la eficacia de la econom¨ªa ni la libertad misma, pero no se puede perder el punto de referencia final.

Si no pueden aprobar este test m¨¢s vale que estos pretendidos socialdem¨®cratas dejen de utilizar este t¨¦rmino y dejen de confundir a la opini¨®n p¨²blica. Aceptamos que sean liberales progresistas y preocupados por las cuestiones sociales, pero no confundamos esto con lo que realmente tiene que volver a significar la palabra socialdem¨®crata.