El circo catal¨¢n
Disculpe la tardanza en escribirle la presente, pero he necesitado algunos d¨ªas para reponerme del ataque de risa que me provoc¨® una noticia sucedida en Estocolmo, la cual veo, finalmente, hoy impresa en su peri¨®dico. Los delegados catalanes en la conferencia del Pen Club (Club Internacional de Escritores) se opusieron a que el castellano fuese considerado lengua oficial de la instituci¨®n, ya que ¨²nicamente es hablado por trescientos millones de analfabetos y cultivado por algunas docenas de resentidos plum¨ªferos del planeta.Aunque la propuesta parec¨ªa bien a todo el mundo, inclu¨ªdos los que escriben en swahili, que son africanos antiimperialistas, los catalanes la consideraron una ofensa para su pa¨ªs y para su pueblo por tratarse de la lengua sojuzgadora. Creo que el presidente del Pen. un tal Vargas Llosa -no s¨¦ si le suena de algo- se qued¨® mudo ante los argumentos, y at¨®nitos los dem¨¢s cuando el delegado catal¨¢n, sin venir a cuento, se levant¨® a leer un mal poema en catal¨¢n dedicado a Guernica (masacrada quiz¨¢, por los versos de Garc¨ªa Lorca o las prosas de Quevedo).
Este se?or, llamado Palau y Fabre, compiti¨®, como usted sabe, con Aleixandre por el ¨²ltimo Premio Nobel y anteriormente con Borges y Neruda, pero fue postergado siempre por culpa de la conjura judeo - imperialista - mas¨®nica - fascista - mesetaria orquestada desde San Baudilio de Berlanga; sus novelas aparecen en los quioscos del mundo traducidas a todas las lenguas, ha sido le¨ªdo por unos 2.000 millones de extraterrestres y preside las m¨¢s conspicuas academias, cen¨¢culos y concilios del universo. Gracias a ello se ha ido con toda su inmensa autoridad a Estocolmo a provocar tama?o ataque de risa en los escritores de todos los pa¨ªses que el Gobierno sueco ha tenido que importar urgentemente cien toneladas de calmantes prohibidos.
Se siente uno rejuvenecido y aliviado ante estas manifestacione de democracia, solidaridad y sentido com¨²n. Por cierto: podr¨ªan invitar a este se?or a los debates constitucionales para que alegrase la adustez y el aburrimiento de las sesiones. Y que la fiesta no decaiga.
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