El lenguaje deportivo, entre el ingl¨¦s y el lunfardo

Desde que Wenceslao Fern¨¢ndez Fl¨®rez dijo aquello del vicegol la literatura deportiva ha ca¨ªdo en el uso de los t¨®picos. Ha faltado imaginaci¨®n y ha habido que recurrir a la repetici¨®n de las frases hechas. El lenguaje deportivo se qued¨® detenido en los ?proleg¨®menos? de Mat¨ªas Prats. Y es una pena que as¨ª haya sido porque en los a?os de mayor confusi¨®n ling¨¹¨ªstica derivada de los modismos de la tecnocracia, lo ¨²nico que entend¨ªa el personal claramente era lo de pol¨ªtica de ataque o de defensa y ve¨ªa como permisible, dentro de un orden, las cenas pol¨ªticas del centrocampismo.En Argentina el lenguaje del f¨²tbol est¨¢ a medias entre el ingl¨¦s y el lunfardo, pero visto desde una ¨®ptica espa?ola resulta m¨¢s divertido y ser¨ªa cosa de solicitar la venia de los doctos acad¨¦micos para poder usar determinadas frases y vocablos. En algunos aspectos es mucho m¨¢s original que el doctrinario y geom¨¦trico lenguaje deportivo espa?ol, en donde al terreno de juego se le llama rect¨¢ngulo y al bal¨®n esf¨¦rico.

En Argentina, un equipo es un plantel de jugadores, el campo es la cancha y el ¨¢rbitro es un soplapitos. El portero es arquero o guardavallas; los defensas laterales, marcadores de punta; el central, stopper y fullback, y si es defensa escoba, no es l¨ªbero, sino cuevero. La defensa es la l¨ªnea de cuatro. Los medios son centrocampistas como en casi todas partes, pero el extremo es un win y el centrodelantero es centro-forward.

Un portero puede ser una Venus de Milo si no sujeta bien los balones; un defensa, si es duro, se dir¨¢ de ¨¦l que cepill¨® al delantero, lo tranc¨® o lo baj¨®. Si al defensa le cuelan el bal¨®n entre las piernas no s¨®lo le han hecho el t¨²nel, sino que deber¨¢ tener m¨¢s cuidado y en el futuro salir a la cancha con sotana. El ¨¢rea es la olla y all¨ª puede suceder que el central marque tan de cerca que hasta le sople en la nuca al delantero. Si despeja mal la bola se considerar¨¢ que la ha rifado y si sus rechaces son altos se pensar¨¢ que intenta voltear aviones. Cuando es el centrocampista el que lanza los balones por arriba lo que hace es mandar encomiendas.

Puestos ert lo de la lucha entre delanteros y defensas hay que decir que cuando un delantero es fuerte, es un ropero, un tanque al que le pegan m¨¢s que en la guerra. Si el delantero es de corta estatura es, adem¨¢s de petiso, un jockey. Si el delantero es inteligente Y certero, no falla el gol si env¨ªa la pelota por el rinc¨®n de las ¨¢nimas, que es el sitio al que ito puede llegar el arquero. Un extremo escurridizo es un pescadito, y si es r¨¢pido, se le califica de perdiz. Un delantero que falle los remates f¨¢ciles ser¨¢ un tipo con los pies redondos. O con los zapatos o botines cambiados.

Los centrecampistas son los que juegan en el ombligo dela cancha. Ellos tienen, entre otras misiones, la de producir jugadas en las que el delantero est¨¦ en mano a mano con el defensa piira definir. Un mal volante ser¨¢ un perro o un tronco. Si la l¨ªnea est¨¢ formada por jugadores t¨¦cnicos esti,r¨¢ compuesta por exquisitos. Si por las circunstancias an¨®malas del partido un medio se torna en luchador, se dice que cambia el frac por el overol o mono de obrero. Si su actuaci¨®n es brillante, quiere decir que hace un partido de galera y bast¨®n. Si el jugador debutante es un descubrimiento, se dir¨¢ que apareci¨® un tapado, palabra esta que se usa tambi¨¦n para designar el abrigo.

Un jugador que comienza a actuar entre los grandes, si tiene buenas maneras, ser¨¢ un futbolista con presencia de crack. Cuando alcanza momentos de precisi¨®n se dir¨¢ que jug¨® como un Gardel. Gardel es sin¨®nimo de magnificencia.

Puesto que el terreno de juego es el field o el pasto, un jugador nervioso o de escasas condiciones t¨¦cnicas es probable que lleve la bola viva, es decir poco controlada. Si tal sucede acabar¨¢ por cometer faut o foul, y con suerte hasta es posible que en el ¨¢rea le cometan penal. Este ser¨¢ un jugador propenso a bombear balones hasta sacarles chichones a los back.

Los entrenadores son la legi¨®n de los inestables y su gran misi¨®n consiste en preparar a sus jugadores para que hagan jugadas de pizarr¨®n. La escuadra argentina hace jugadas de pizarr¨®n y Kempes patea la bola en los golpes libres.