Nueva "carta cristiana" del cardenal Taranc¨®n en contra del divorcio
El cardenal Taranc¨®n, por tercera vez en las ¨²ltimas semanas, dedica su ?Carta cristiana?, en la revista dominical Iglesia en Madrid, al tema del divorcio.?El matrimonio, por s¨ª mismo, exige la permanencia -se?ala el prelado-. Es, por principio, indisoluble. Tan s¨®lo as¨ª se pueden atender debidamente las exigencias del aut¨¦ntico amor humano y las necesidades de hogares consistentes en los que encuentren refugio los hijos.?
?No se puede negar, sin embargo -a?ade el cardenal- que este principio produce en la realidad de la vida conflictos graves y hasta verdaderas tragedias. Existen muchos matrimonios pr¨¢cticamente rotos, en los que la convivencia entre los dos esposos es imposible -el amor inicial se ha convertido en odio-. Y se dan muchas personas que se sienten frustradas porque ha fracasado su primera uni¨®n. Los hijos de estos matrimonios pueden quedar tarados para toda la vida por ese clima que han de vivir en su hogar.?
?Esa realidad que todos reconocemos y admitimos, y que puede tener consecuencias muy serias en el orden social, ha impulsado a muchos gobernantes a regular por ley el divorcio. Aun considerando que el divorcio es un mal, se sienten obligados a reconocerlo y admitirlo en determinadas circunstancias, para evitar un mal mayor y para atender prudentemente al bien com¨²n de la sociedad que presiden.?
?Lo cierto es que en muchas naciones existe una ley del divorcio. Y que incluso en naciones cat¨®licas, como Italia, y a pesar de las intervenciones de la Conferencia Episcopal y del mismo Papa, se aprob¨® por plebiscito una ley del divorcio.?
?La Iglesia -se?ala m¨¢s adelante-, que ha defendido siempre con firmeza el principio de la indisolubilidad del matrimonio y que incluso ha tenido que sufrir persecuc¨ª¨®n por no ceder en este principio ante los poderosos de la Tierra, reconoce y admite, en casos muy limitados, la excepci¨®n.?
?El matrimonio es de por s¨ª indisoluble -concluye el cardenalY no s¨®lo el matrimonio sacramento, sino todo rnatrirricinio contra¨ªdo con las garant¨ªas suficientes, porque su estabilidad es una exigencia del aut¨¦ntico amor humano y bienestar social. ?
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