El domingo habr¨¢ nuevo campe¨®n
Argentina ya venci¨® en el Campeonato del Mundo, su propio Campeonato de la cordialidad, hace bastantes d¨ªas. Deportivamente tambi¨¦n se encuentra en v¨ªas de ganarlo. Cuando por su juego nadie pod¨ªa pensarlo, con su condici¨®n de local y dando la estocada decisiva mejor que Brasil, se enfrentar¨¢ a Holanda en River, el pr¨®ximo domingo. Ambos equipos perdieron sus dos ¨²nicas finales, jugadas en 1930 y 1974. Habr¨¢, pues, nuevo campe¨®n. Nada m¨¢s terminar el arrollador partido contra Per¨², el pa¨ªs entero se ech¨® a la calle para festejar el triunfo, y aun que todos pensaban que Holanda es superior, hasta se so?aba ya con el t¨ªtulo. Argentina merece m¨¢s que Brasil estar en la final junto con Holanda, y si otros equipos de calidad quedaron en el camino s¨®lo cabr¨ªa repescar a Italia, ya vence dora del anfitri¨®n en la primera fase. Pero este Mundial, tan mediocre en nivel de juego, ha sido el ideal para aprovechar oportunidades.Decir que este pa¨ªs era el mi¨¦rcoles por la noche una fiesta es poco. La alegr¨ªa ha sido total desde entonces, y aunque no se olvida que Per¨² fue un rival sospechosamente f¨¢cil, el amplio y brillante triunfo hizo olvidar malos tragos anteriores. Incluso el rato pasado tras la victoria de Brasil, que obligaba a golear con estr¨¦pito. Los pupilos.de Coutinho, que pudieron haber forzado la marcha en su partido contra Polonia, equipo que qued¨® groggy en la segunda parte, lo despreciaron orgullosamente sin esperar la humillaci¨®n de Per¨². La suerte que les hab¨ªa acompa?ado hasta ahora en las carambolas clasificatorias les jug¨® una mala pasada al final. Cuando se retiraban hacia los vestuarios del campo de Mendoza, y nada m¨¢s terminar el partido, los abrazos quer¨ªan demostrar que Argentina no podr¨ªa ganar por tanta diferencia. Eran las 18.30 horas. A las veinte, con 2-0 favorable a Argentina en Rosario, y un Per¨² que s¨®lo hab¨ªa funcionado los primeros minutos, quiz¨¢ tambi¨¦n se arrepintieron de no haber forzado m¨¢s el tren el d¨ªa 14, cuando ganaron s¨®lo por 30 al tambi¨¦n decepcionante equipo incaico. Los n¨²meros les dejaban fuera de la final, que no merec¨ªan por juego.
En realidad, el triunfo argentino por doble diferencia que Brasil ante el mismo enemigo, el m¨¢s amplio de su historia, fue un justo reflejo de lo ocurrido, pues jug¨® m¨¢s de esa medida en la comparaci¨®n. Este ha sido un Mundial para aprovechar las oportunidades, y un error en cierto momento ha dejado en la cuneta a muchos equipos en la primera fase. Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, se equivoc¨® ante Austria y ya no se pudo recuperar. Francia, contra Italia y hasta con Argentina, aunque frente a esta ¨²ltima m¨¢s que error suyo fue un medio robo, con penalti incluido. Escocia cometi¨® su falta el primer d¨ªa, ante Per¨², y tambi¨¦n al empatar con Ir¨¢n. Hungr¨ªa quem¨® sus naves muy pronto ante la misma Argentina, al perder el partido y sus dos mejores hombres.
Las oportunidades, en cambio, las aprovecharon Austria, Brasil, Per¨², Holanda y la RFA. Los austr¨ªacos, por su victoria ante Espa?a; los brasile?os, porque les ganaron a los centroeuropeos, sin jugar ninguno de los dos, y se salvaron de milagro ante espa?oles y suecos; los peruanos, al vencer a Escocia y entrar en una racha totalmente artificial, como se confirm¨® en la fase final; los holandeses, que tuvieron ya suerte en la primera fase, con un gol salvador de Rep, cuando Escocia estaba a punto de ganar por 4-1 y eliminarlos, no desaprovecharon la ocasi¨®n de golear a Austria, otra revelaci¨®n a medias; finalmente, la RFA, porque con su 6-0 a M¨¦xico vivi¨® de las rentas de sus empates sucesivos hasta el ¨²ltimo d¨ªa, en que cay¨® frente a Austria.
Ha habido otros pa¨ªses que pasaron sin pena ni gloria, como puede ser el caso de Suecia. Pero curiosamente, en el equipo n¨®rdico estuvo tal vez el mejor guardameta del torneo: Hellstrom. La selecci¨®n del Mundial, muy dif¨ªcil de hacer, porque no ha habido figuras, no se formar¨ªa, desde luego, solamente con jugadores de equipos que han pasado a la segunda fase. Otros han brillado. T¨²nez, por ejemplo, aprovech¨® tambi¨¦n su oportunidad ante M¨¦xico, pero no tuvo suerte ante Polonia o la RFA. Dej¨® entrever sus enormes posibilidades. Polonia, por ¨²ltimo, se clasific¨® s¨®lo pasando apuros con los tunecinos, pero se ha portado dignamente y es de los equipos que ha ido a m¨¢s en el torneo, hasta su hundimiento frente a Brasil.
Caso aparte fue Italia. Despu¨¦s de ser el ¨²nico- quipo que convenci¨® en la fase inicial -ya se pensaba que Per¨² no iba a sostenerse- se encontr¨® en el grupo m¨¢s dif¨ªcil, y puede dar gracias, que Austria le hizo el favor final ganando -a la RFA. En caso contrario, con mucha mejor trayectoria en el Campeonato que los alemanes, hubiera tenido que dejarles la plaza para el partido del tercer y cuarto puesto.
Por todo ello, pensar que tanto para el Brasil-Italia de ma?ana, como Argentina- Holanda del domingo, deben ser favorito? los dos equipos europeos, resulta dif¨ªcil. El partido de brasile?os e italianos ser¨¢ m¨¢s el de la frustraci¨®n que el de un puesto de honor en el Campeonato del Mundo. Pero si alguno lo merece es Italia. Brasil se puede dar por muy satisfecha de haber llegado hasta aqu¨ª, y asombrado s¨®lo con un gol como el tercero frente a Polonia, tras rematar tres veces consecutivas al poste, en una exhibici¨®n inusitada para sus anteriores calidades. En cuanto a la final, Holanda, equipo que ha mejorado m¨¢s en el transcurso del, Campeonato, intentar¨¢ concluir la nada f¨¢cil tarea de ganar un t¨ªtulo que se le escap¨® ya ante otro anfitri¨®n, la RFA, hace cuatro a?os. Sin duda alguna, su nivel no es el de entonces, pero tampoco el de Argentina respecto a los alemanes o a otros equipos, tantos, que ha dado el f¨²tbol de este pa¨ªs. La victoria ante Per¨², sin embargo, pese a las cr¨ªticas al equipo incaico por su baj¨ªsimo juego, que se esperaba, pero no tanto, ha dado moral al equipo y a la gente. El estadio de River ser¨¢ el domingo algo nunca visto en el pa¨ªs. A nadie le puede extra?ar. En 1930, en Montevideo, Argentina perd¨ªa por 4-2 frente a Uruguay la primera final de un Campeonato del Mundo. As¨ª pues, tiene ante s¨ª, como los holandeses, pero en su casa, algo muy importante, seg¨²n se ha visto siempre: la segunda gran oportunidad.
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