Fantasmas del pasado espa?ol
?(...) ?El comunismo? Este hombre sue?a con ¨¦l. Es su pasi¨®n. Sin el marxismo, ?c¨®mo hubiese tenido la prueba tangible de la existencia de Sat¨¢n en la tierra? ?C¨®mo se justiicar¨ªa ¨¦l mismo? No hay crimen sangriento frente al comunismo. O ¨¦l o nosotros. La alternativa es clara. Francamente, ?qu¨¦ ser normal, responsable, dudar¨ªa colocarse al lado del Bien para eliminar el Mal? Entre Dios y el Diablo, Franco ha escogido sin vacilar. Y nos lo da a conocer, con toda simplicidad, tal vez demasiado simplemente, elementalmente ( ... ).Para este general peninsular, de otro siglo, que no ha salido apenas de las fronteras de su patria, el comunismo es el centro de sus preocupaciones, un misterio que le pone, todav¨ªa y siempre, en trance ( ... ).
A nadie se ama tanto, como al enemigo que se odia. Su contrario o su doble invertido (. ..).
Franco me cogi¨® del brazo. Ahora ¨¦l es el que interroga y da las respuestas. ?La Espa?a de ma?ana? Pase lo que pase, la terrible lecci¨®n del pasado dar¨¢ sus frutos. El general ignora, y con raz¨®n, que lo esencial de su obra no le sobrevivir¨¢ seis meses.
Pero de qu¨¦ forma hablar¨ªa hoy si supiese que Santiago Carrillo y Felipe Gonz¨¢lez reniegan, el uno, del leninismo, y el otro, del marxismo. ?Que confusi¨®n?, afirmar¨ªa. ?Ahora no se sabe d¨®nde se encuentran nuestros adversarios.? Luego, despu¨¦s de un instante de reflexi¨®n, me dir¨ªa, confidencialmente: ??Camuflaje o no, no es una manera como otra de reconocer que yo no me equivoqu¨¦??
, 22junio
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