Cuatro tendencias luchan por el control del socialismo franc¨¦s
Mientras la tormenta de contestaci¨®n amaina, o inicia una fase larvaria, en el seno del Partido Comunista franc¨¦s (PCF) las divergencias discretamente enmascaradas hasta la fecha en el Partido Socialista (PS) estallan espectacularmente. Cuatro corrientes o clanes, que implican querellas de personalidades diferentes, manifiestan su visi¨®n diferente en materia de funcionamiento del partido y de proyecto pol¨ªtico tras el fracaso de la Uni¨®n de la Izquierda en los ¨²ltimos comicios legislativos de 1978.
El elemento revelador de la lucha de personas y de corrientes en el Partido Socialista se produjo hace tres d¨ªas, con la publicaci¨®n de un documento de treinta personalidades del PS, en el que explicitaban su concepci¨®n del funcionamiento del partido y su enraizamiento en la Uni¨®n de la Izquierda, a pesar del reciente fracaso legislativo. Estas treinta personalidades (dirigentes nacionales del partido o diputados) son todas ellas partidarias del primer secretario actual, Francois Mitterrand, y aunque advirtieron que su iniciativa era espont¨¢nea y no ten¨ªa que ver con el l¨ªder del PS, los observadores y los medios pol¨ªticos no lo comprendieron as¨ª. Mitterrand, tras el fracaso de la Uni¨®n, es objeto de ataques m¨¢s o menos velados por parte de las otras dos corrientes que han venido configur¨¢ndose en el PS a trav¨¦s de los seis meses que precedieron a las elecciones de marzo ¨²ltimo: la que encarna el alcalde de Lille, Pierre Mauroy, y la que se ha polarizado en torno a otro dirigente nacional, Michel Rocard. Tanto el uno como el otro ponen m¨¢s en entredicho la Uni¨®n de la Izquierda, solicitan un proyecto pol¨ªtico espec¨ªficamente socialista y entienden que el actual sistema de funcionamiento del partido, defendido por los mitterranistas, no es suficientemente democr¨¢tico y que favorece la ?dictadura? del actual primer secretario.La cuarta corriente es la que representa el ala m¨¢s a la Izquierda del partido, el Ceres, que par desbaratar la ofensiva de los socialdem¨®cratas Mauroy y Rocard se podr¨ªa aliar al clan dirigente actual.
El documento de "los treinta", se estima en los medios pol¨ªticos de esta capital, es la primera batalla de una guerra que concluir¨¢ con la celebraci¨®n del pr¨®ximo congreso nacional, en 1979. En esta guerra se va a ventilar una nueva mayor¨ªa del partido que, en ¨²ltima instancia, implicar¨ªa una nueva direcci¨®n y eventualmente un nuevo l¨ªder. Con este primer ataque, los partidarios de Mitterrand pretenden obligar a las dem¨¢s corrientes a tomar posici¨®n: si aceptan el contenido del documento, es decir, la estrategia de Uni¨®n de la Izquierda, y el funcionamiento actual del partido, impl¨ªcitamente reiteran su confianza al primer secretario actual y a la direcci¨®n. Pero, en caso contrario, deben declarar la guerra abierta y el pr¨®ximo congreso decidir¨ªa.
El hombre fuerte de la oposici¨®n a Mitterrand es Mauroy. La federaci¨®n de Lille, dirigida por ¨¦l, es la m¨¢s importante del PS, y su actitud respecto al documento mitterranista, en caso de ser negativa, abrir¨ªa las puertas a todas las alianzas imaginables.
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