"No hay un solo cubano en Africa que no haya sido llamado por un Gobierno leg¨ªtimo
El viceprimer ministro cubano, Carlos Rafael Rodr¨ªguez, en una entrevista concedida a EL PAIS, habl¨® ampliamente sobre los ¨²ltimos acontecimientos en el Zaire y la pol¨ªtica cubana hacia el continente africano. Con su natural despliegue verbal fue respondiendo a cada tina de las preguntas sobre Eritrea, Shaba, Somalia y Angola, censurando en¨¦rgicamente los proyectos de recolonizaci¨®n de Francia, B¨¦lgica y Estados Unidos.Pregunta. Mobutu, dice tener en su poder a varios prisioneros de origen cubano. ?Qu¨¦ hay de cierto en tal declaraci¨®n?
Respuesta. Bueno, de esto acabo de enterarme por una informaci¨®n de la agencia Prensa Latina.
Es evidente que ha habido un inter¨¦s, que est¨¢ relacionado, a nuestro juicio, con la divisi¨®n, que hoy es p¨²blica., dentro de los consejeros del presidente Carter, en dos alas. Una que est¨¢ desarrollando una pol¨ªtica de ?chantage? de guerra fr¨ªa, encabezada por Brzezinski, y el ala dirigida por Vance donde tambi¨¦n podemos insertar la pol¨ªtica de Young con respecto a los acontecimientos de Africa, que sigue el proceso de distensi¨®n sobre la base de una negociaci¨®n. Desde que se produjeron los acontecimientos anteriores, hace m¨¢s de un a?o, y que hab¨ªan sorprendido al presidente Fidel en pleno viaje por Africa -yo tuve el privilegio de acompa?arlo en ese momento- fuimos los primeros sorprendidos de lo que estaba ocurriendo. Desde ese momento qued¨® claro que nosotros no ten¨ªamos ninguna relaci¨®n pol¨ªtica con Nathaniel Mbamba.
No juzgamos su, lucha, sin embargo hay algunos elementos que no nos resultan claros. No queremos echar ninguna nube de sospecha sobre su actuaci¨®n, pero, sin duda, sabemos que hay inter¨¦s de la CIA de penetrar todos estos movimientos. Hasta qu¨¦ punto, a trav¨¦s de una penetraci¨®n inteligente, han conducido a este grupo de katangue?os a una provocaci¨®n reiterada, es algo que est¨¢ por ver, pero que hay que examinar. Ahora aparece el se?or Mobutu con estas declaraciones. De Mobutu hay poco que hablar, como no sea para caracterizarlo. Es, sin duda alguna, dentro de los gobernantes de todo el mundo, tal vez el m¨¢s corrompido. Un hombre, adem¨¢s, completamente entregado a las potencias occidentales, que ha facilitado lo que en estos momentos se puede considerar como una verdadera maniobra de recolonizaci¨®n. La presencia francesa en el Zaire no se puede explicar de otra manera, as¨ª como la pol¨ªtica dise?ada por Giscard a partir de los acontecimientos de Shaba: la organizaci¨®n de una fuerza africana dirigida, amparada, organizada por la OTAN, es, como dijo una personalidad africana, una maniobra de recolonizaci¨®n que los africanos est¨¢n ya rechazando, al menos todos los africanos que no est¨¢n envueltos en esa maniobra. De modo que Mobutu no tiene cr¨¦dito ante la opini¨®n mundial. Podemos decir lo siguiente: no hay ninguna posibilidad de que el se?or Mobutu presente ante la opini¨®n p¨²blica, o ante los periodistas, a cubanos envueltos en la operaci¨®n Shaba. Estamos esperando que haga tal cosa, y sin duda quedar¨¢, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, completamente desenmascarado.
P. As¨ª que el desencadenamiento de la guerra podr¨ªa ser una maniobra para solicitar el apoyo de los pa¨ªses europeos, o los pa¨ªses europeos han utilizado esa maniobra para volver a...
R. Nosotros vemos el asunto desde otro ¨¢ngulo: el desencadenamiento de la guerra, promovido por un grupo que tiene intereses de reconquista de las libertades de su pa¨ªs, como es el grupo katangu¨¦s, que tiene, sin duda, antecedentes secesionistas bien conocidos, aunque ellos en este momento dicen tener una pol¨ªtica de unidad, resultar¨ªa en estos momentos, y result¨® ya cuando el viaje de Fidel la vez anterior a Africa, extraordinariamente oportuno para desencadenar una lucha pol¨ªtica contra la presencia de Cuba y la URSS en Africa, con el pretexto le que se trata de una presencia de tipo pol¨ªtico, que pone en peligro la estabilidad africana. Esta presencia es una presencia que ning¨²n jefe de Estado ha podido impugnar, puesto que se trata de una presencia autorizada, por el hecho de haber sido reclamada por los Gobiernos leg¨ªtimos de los pa¨ªses de Angola y Etiop¨ªa. De modo que como dijo el se?or presidente de Zambia, se?or Kaunda, en sus declaraciones en Washington y en Jamaica, no hay un solo cubano en Africa que no haya sido llamado por un Gobierno leg¨ªtimo. Pero los acontecimientos son sospechosamente coincidentes, con el prop¨®sito de crear un debate pol¨ªtico, y a la vez articular una pol¨ªtica africana neocolonialista y de recolonizaci¨®n. De modo que cuando se examina en este contexto lo que podr¨ªa ser una lucha interna, por parte de los katangueses para recuperar la democracia en su pa¨ªs, y tambi¨¦n para recuperar el dominio pol¨ªtico de la provincia de la cual han sido desalojados, se convierte simult¨¢neamente en una operaci¨®n de inteligencia, de la que derivan todas estas consecuencias pol¨ªticas.
P. Y la presencla china en este conflicto. ?es anterior, o se ha actualizadc con los ¨²ltimos acontecimientos?
R. La presencia de China en el conflicto, como usted recuerda, est¨¢ desde los acontecimientos de la guerra de Angola. En el momento en que la CIA empez¨® a actuar en Angola, hubo coincidencia de presencia china preparando las tropas de Mobutu y entrenando las tropas del FNLA.
Yo no s¨¦ si usted conoce el m¨¢s reciente libro sobre la CIA, que es el de Stockwell, que se llama In serch of enemies (En busca de enemigos). Stockwell, era el jefe de la operaci¨®n CIA en Angola, y asqueado por el car¨¢cter del trabajo de la CIA, que lleg¨® a los l¨ªmites en esta ocasi¨®n, pone de relieve como se prepar¨® esta operaci¨®n, a trav¨¦s de una orden directa de Kissinger y de una decisi¨®n de la CIA en su escala superior. Pero hay algo m¨¢s que eso: el libro revela c¨®mo la CIA a los niveles medianos, e incluso a los niveles de centro, en un pa¨ªs, es capaz de ir m¨¢s all¨¢ de lo que sus propios jefes y de lo que el propio Gobierno norteamericano le ordenan.
P. La pcl¨ªtica y la estrategia de Francia y de B¨¦lgica no han sido las mismas. Se dice que B¨¦lgica apoyaba la secesi¨®n katangue?a, en una especie de nueva operaci¨®n Tshomb¨¦ para preservar sus intereses, mientras que Francia prefiere conservar a Mobutu, para situarse en todo Zaire. ?Quiere profundizar este an¨¢lisis?
R. Es imposible elegir entre la posici¨®n francesa y la belga, porque ambas representan intereses diferentes, pero muy definidos. El papel de los belgas en el Congo ha sido un papel ominoso. En estos momentos, sin embargo, hay que decir que fue m¨¢s cauteloso. Ellos hab¨ªan definido su operaci¨®n como una operaci¨®n de rescate en la forma en que la ten¨ªan planeada, mediante negociaciones con las fuerzas envueltas en el combate hubiera dado lugar, a nuestro juicio, a la posibilidad de rescatar a la poblaci¨®n blanca, sin desencadenar una matanza, mientras que la forma en que los franceses realizaron la operaci¨®n conduc¨ªa directamente a la lucha, y por consiguiente, desencadenaba la matanza. Nadie duda que algunos de los participantes -se dice que el jefe militar de la operaci¨®n- deliberadamente provoc¨® la situaci¨®n. Hay antecedentes que nos hacen sospechar que algo de eso hubo en la situaci¨®n.
P. Tal vez deber¨ªamos hablar un poco del problema de Eritrea, y la posibilidad de que se pueda llegar a un enfrentamiento entre las fuerzas cubanas y los movimientos de liberaci¨®n de Eritrea, a los que La Habana apoy¨® no hace mucho.
R. En esto el compa?ero Fidel Castro fue muy categ¨®rico, en una ocasi¨®n que tiene una importancia muy ilustrativa, porque fue durante la visita del presidente Mengistu a Cuba. Defini¨® la posici¨®n cubana de esta manera: Cuba est¨¢ por una soluci¨®n pol¨ªtica y no militar del conflicto de Eritrea. Cuba est¨¢ por una soluci¨®n de este conflicto, sobre la base y los criterios del marxismo leninismo en cuanto al problema nacional; es decir, ah¨ª est¨¢n envueltos los problemas de autodeterminaci¨®n de distintas formas. Todo esto tiene que ser discutido por las partes envueltas: el Gobierno central y los representantes de Eritrea. Hay otro elemento que nos parece esencial, y es el respeto a la integridad territorial de Etiop¨ªa. Por otra parte, podemos decir que los que est¨¢n interesados en que este problema se resuelva pol¨ªticamente tienen que luchar por impedir que los Estados reaccionarios ¨¢rabes y ciertas fuerzas imPerialistas conviertan el problema de Eritrea en un problema internacional. Entonces si es verdad que la situaci¨®n se complicar¨ªa extraordinariamente.
P. Lo que se ha dicho en Europa es que la demora, primero, de la eventual intervenci¨®n armada cubana en Eritrea, y luego la suspensi¨®n sine die de esta intervenci¨®n se deber¨ªa a las presiones vehementes de ciertos movimientos africanos de liberaci¨®n y, en particular, de los palestinos. ?Es cierto?
R. Podr¨ªamos decir que no. La posici¨®n de Cuba est¨¢ determinada desde el principio. Si nuestros principios coinciden con las posiciones de algunas fuerzas pol¨ªticas europeas y otras, o con los palestinos, eso nos alegra, pero en verdad desde el primer momento ha habido demora en lo que no est¨¢ en la l¨ªnea de los acontecimientos. Hemos dicho siempre que estamos por una soluci¨®n pol¨ªtica. Si nos dicen que hemos apoyado a los eritreos antes decimos que s¨ª. Hemos apoyado a los movimientos, incluso independentistas, secesionistas, en un momento en que Etiop¨ªa estaba bajo Hail¨¦-Selasi¨¦. Etiop¨ªa, era el feudalismo africano feroz. Si hay una revoluci¨®n, nosotros, como revolucionarios, tenemos que ver el entorno, el nuevo contexto, y juzgar la situaci¨®n en ese contexto. Precisamente por esto decimos que ahora lo que se impone es una soluci¨®n pol¨ªtica, para ambas partes.
P. Hist¨®ricamente el problema sigue siendo igual: Eritrea hab¨ªa sido anexionada a la fuerza por el Negus, sin ninguna justificaci¨®n. Y Mengistu mantiene esa conexi¨®n.
R. Nosotros hemos seguido en esto el mismo problema de principio; anteriormente, cuando el Gobierno central era un Gobierno feudal y reaccionario, ese problema no ten¨ªa soluci¨®n pol¨ªtica, pero ahora, que hay un Gobierno revolucionario, ese problema tiene una soluci¨®n pol¨ªtica. Por consiguiente, de la misma manera que nosotros estamos por la unidad territorial en Angola, frente al separatismo tribal, estamos en contra del secesionismo en Eritrea. Pero creemos que las discusiones pol¨ªticas pueden conducir a soluciones positivas para ambas partes. M¨¢s all¨¢ no queremos opinar.
P. ?Y cu¨¢ntos cubanos hay en Africa?
R. Bueno, eso es otro problema. Nosotros, por ejemplo, decimos, y esto es muy importante se?alarlo, que cuando el Consejo General, de Seguridad, por instigaci¨®n de Brzezinski, hace ya un a?o, sac¨® aquel mapa famoso en el que Cuba estaba por todas partes, all¨ª hab¨ªa una evidente falsificaci¨®n. Por ejemplo, en Sierra Leona se nos pon¨ªa con 150 hombres cuando en realidad lo que ten¨ªamos e,ran cinco personas instruyendo las milicias. No estamos interesados en facilitarle el trabajo militar a la CIA. Ser¨¢ la CIA la que tenga que averiguarlo. Los que tenemos que lo digan los Gobiernos.
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